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Vitral | Javier Solórzano

¿Pues qué andamos viendo?

Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Iberoamericana en ...





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Viernes 24 de abril de 2009

Una de las razones por las que hay un hartazgo se debe a la forma en que se ejerce la política. Pocos libran la mirada crítica o el desdén ciudadano. Sin embargo, sigue existiendo una especie de zanja entre lo que los intelectuales, la academia y los medios dicen y transmiten, y lo que la gente en la cotidianidad ve y siente. No es que no tenga valor la crítica, lo que pasa es que se vive bajo muchas realidades y sobre todo bajo una gran cantidad de percepciones. Permítame ir al lugar común. El país es muchos países y más cuando se observan la cosas desde la capital o desde los estados.

Son constantes la pobreza, la corrupción, la injusticia envuelta en lo que llaman justicia, y con diferencias también la inseguridad. No tiene sentido poner al país en la misma balanza porque pese a que todo se llame México sus partes son cada vez más diferentes.

En muchos de los círculos de análisis sobre lo que pasa en el país la figura del presidente Calderón no es precisamente positiva. Desde la cuestionable elección, la crítica en su contra no ha parado. Se ha sumado la forma en que ha abordado el narcotráfico, el cómo sigue dejando crecer a la ya veinteañera profesora, la forma inicial en que se observó la crisis económica, el cómo sólo se atrevió a insinuar abrir a nuevos postores la televisión abierta y a la mera hora optó por el silencio. En fin, podríamos sumar muchas críticas que se merece la administración panista y supondríamos que la imagen de Calderón no necesariamente tendría que ser positiva entre la población.

Sin embargo, sin demérito y necesidad de la crítica, según una reciente encuesta de Parametría (12 mil 800 encuestados en todo el país), el presidente Calderón tiene la aprobación de 74% de la población; la más alta en lo que va de su sexenio.

¿Qué es lo que ve un amplio sector de la población y qué es lo que se ve desde la academia o los medios? ¿Tienen que ver los medios con el público al que pretenden llegar? Si se diluye la crítica los gobiernos hacen lo que quieren. La buena o mala imagen de un gobierno se da en función de lo que hace y de las maquinarias de la propaganda. Los noticiarios se han convertido en un elemento clave y llegan a tener más fuerza que el discurso mismo de los gobernantes. Los tiempos son otros, pero es evidente que junto con lo que Calderón ha hecho está su buena relación con la televisión. Por lo pronto es para pensar cómo es que Calderón —siendo motivo sistemático de críticas— tiene de su lado a 74% de la población ¿Pues qué andamos viendo unos y otros?

¡UUPPPS! No tenía ni un mes de llegar de Europa y lo invitaron a dar una conferencia a San Luis Potosí. Todo el viaje se la pasó leyendo. Quería dedicarse de lleno a la academia, decía que a eso había regresado. Hoy es secretario de Educación Pública y la profesora tuvo cuidado en darle un beso frente a todos.



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