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Bajo Reserva | Periodistas de EL UNIVERSAL

Se dice que Zedillo y Calderón acordaron que el ex presidente desde lejitos (Brasil) hiciera su declaración sobre la mariguana

Bajo reserva es elaborada con aportaciones de periodistas y colaboradores de EL UNIVERSAL previamente verificadas. ...




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Jueves 12 de febrero de 2009

No deja de sorprender que un individuo tan conservador como Ernesto Zedillo se atreviera a suscribir, junto con Fernando Henrique Cardoso de Brasil y César Gaviria de Colombia, la despenalización de la mariguana para uso personal. La declaración de los tres ex presidentes, a nombre de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia (de la que también forman parte Enrique Krauze y Mario Vargas Llosa), fue en Brasil. Nos cuentan que la sede original de este evento era México. Sin embargo, Zedillo no consideró prudente que desde su país, enfrascado en una guerra sangrienta contra cárteles, saliera un apoyo al consumo. Nos dicen que así se lo comentó en Davos a Felipe Calderón. Y los dos coincidieron hacer lo necesario para que el evento y la declaración conjunta se diera lejitos. Y por eso fue allá, muy hacia el sur, desde el gigante verde.

Agustín Carstens, secretario de Hacienda, dijo el martes a senadores que si bien el planteamiento del empresario Carlos Slim es real, tampoco debe ser visto tan dramáticamente. Relajado, Carstens desayunó con los líderes parlamentarios del PRD, PAN y PRI en el Senado, Carlos Navarrete, Gustavo Madero y Manlio Fabio Beltrones, ante quienes se mantuvo optimista. Navarrete, sin embargo, reclamó las declaraciones anteriores del presidente Felipe Calderón, esas en las que culpa a PRI y PRD de aprobar una reforma energética reducida. Al final de dos horas de jugos, chilaquiles y huevos fritos, salieron contentos. De alguna manera, a todos, a políticos o a ciudadanos, les interesa que se dé vuelta a esa tensa página en la que el presidente y el hombre más rico del país chocaron.

El gobierno juntó varios programas que inciden en el empleo y los empacó ayer en una presentación. En resumen, se trata de una acción para otorgar, por varias vías, apoyos directos para quienes queden en la calle con esta crisis. Es algo que haría, sin rubor, cualquier gobierno laborista de Europa. Hace muy poco tiempo, a estas acciones les llamaríamos “populistas”; así se llamó a las ayudas de Andrés Manuel López Obrador para los desempleados en el DF. La justificación de hoy es la crisis: todos, Barack Obama o Felipe Calderón, están impulsando estímulos estatales porque es claro que las respuestas para las clases media y baja en debacles anteriores fueron egoístas con los que menos tienen. El gran viudo de nuestros días es Vicente Fox, cuya principal motivación política para mantener la atención son “ciertamente estos gobiernos populistas que tanto daño hicieron a nuestros países en el pasado”. El neokeynesianismo ha desarmado a Fox.



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