Opinion

Sus augurios, a contrapelo de los descontones a diestra y siniestra que lanzó el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, están plasmados en todos los análisis de los consultores internos de las grandes empresas.

Se diría, pues, que Slim se atrevió a decir en público lo que se machaca una y otra vez en las salas de juntas de los corporativos: el gobierno no reacciona en consonancia con lo que viene, cuya virulencia llegará en 2010.

Los datos están en la mesa.

Mientras los gobiernos de países como Estados Unidos, China y Gran Bretaña le apuestan a una catarata de gasto público de inversión, a riesgo de agrandar el déficit en sus finanzas, México mantienen su meta en 1.8% del PIB… con un “estímulo” a la economía de sólo 0.7%.

En el caso del país de la muralla, por ejemplo, se diseña un plan de tres años que implicaría una apuesta sin precedente equivalente al 10% del Producto Interno Bruto.

Más aún, apretado el cinturón al máximo, Estados Unidos, Japón, India, China, Corea, Tailandia y Australia, están jugando la carta de devolución o reducción de impuestos.

En México éstos siguen al alza, en paralelo a una política de desmantelamiento de subsidios a los energéticos, en un escenario en que, pese a la congelación, las gasolinas cuestan más que en Estados Unidos, y el diesel sigue subiendo.

Más aún, aunque el programa de infraestructura se inició en julio pasado, la pizarra sigue en cero. Para no ir lejos, seis meses después Petróleos Mexicanos no ha elegido aún sede para la nueva refinería, mientras el proyecto Punta Colonet, la carta estelar del régimen, camina hacia el naufragio y se paraliza la posibilidad de nuevas hidroeléctricas.

La indolencia gubernamental, pues, dejó pasar olímpicamente la coyuntura.

Y aunque el gobierno ha anunciado hasta hoy cuatro programas de “estímulo” a la economía, éstos no tienen conexión entre sí. Se diría, pues, que se trata de fuegos de artificio que se derramaron en el aire, o “medidas estornudo” (por repentinas y diversas) como las han calificado los técnicos al servicio de la causa privada.

Peor aún, estas se lanzan sin tener aún los amarres que las garanticen. Así, un mes después no se ha instrumentado aún la mecánica para que los usuarios de refrigeradores con más de 10 años de uso puedan canjearlos por nuevos… lo que generaría al gobierno un ahorro en subsidios eléctricos.

Más allá, debieron pasar otros 30 días para que el presidente Felipe Calderón enviara la iniciativa correspondiente para que los trabajadores puedan disponer de mayores recursos de su ahorro para el retiro en etapas de desempleo.

Y si le seguimos, es el día en que no se hace efectiva la promesa de contribuir con una parte del salario de los trabajadores automotrices cuando las empresas caigan en “paros técnicos”.

Se diría, pues, que el actual gobierno heredó la modorra del anterior, con la diferencia que en éste el titular encargó el despacho para hacer campaña.

Por lo demás, de acuerdo con el esquema diseñado por el gobierno, la mayor parte de los “estímulos” a la economía serán financiados por el sector privado.

Para no ir lejos, el Plan Nacional de Infraestructura plantea que 58% de las apuestas lleguen por vía privada, en un escenario de esterilización del crédito.

Y si le seguimos, el gobierno no previó cerrar la posibilidad de los tradicionales subejercicios en la materia, al no modificar los factores que obstruyen la capacidad de ejecución, es decir la Ley de Obra Pública o la Ley de Adquisiciones del Sector Público.

Tampoco se ha fortalecido a la banca de desarrollo, cuyo papel ha sido vital en épocas de crisis.

De hecho, ésta prácticamente no existe desde 1985, cuando su aportación al financiamiento a las pequeñas y medianas empresas se redujo a sólo 0.11% del PIB, frente al 0.43% de Estados Unidos; 0.44% de Corea; 0.50% de Chile, o 2.46% de Taiwán.

Se diría que a partir del gobierno zedillista los bancos del gobierno se convirtieron en el patito feo del régimen.

Por lo pronto, frente a lo que se calificó como “catastrofismo” del rico más rico de México, al que ahora le adjudican un supuesto romance con un personaje de la realeza, el diagnostico más optimista de los técnicos privados habla de una caída de 1.5% en el consumo interno para este año.

El mensaje negro de Slim, pues es simple: Ven la procesión y no se hincan.

Te lo digo Congreso para que lo entienda gobierno.

Lo demás es simple lamida de heridas.

Balance General

De acuerdo con el obispo de Zacatecas, los mexicanos están molestos porque quien tenía un peso ahora vale 50 centavos, y quien debía un peso ahora debe dos.

Quizá bajo ese prisma los priístas en el Senado se atrevieron finalmente a plantear una iniciativa de ley que busca frenar el crecimiento de las tasas de interés vía dotar de facultades regulatorias al Banco de México.

La propuesta, avalada por los legisladores Manlio Fabio Beltrones y Fernando Castro Trenta, va a generar una espesa polémica entre los propios técnicos del Banco Central, los banqueros privados y los analistas, aduciendo la heterodoxia de navegar contra las leyes del mercado.

Ahora que el punto fino, es decir lo rescatable de la iniciativa, esto sí con la anuencia del instituto que encabeza Guillermo Ortiz, es la exigencia de frenar abusos en materia de comisiones.

Dos, pues, para dejarlo en uno.

Base sólida

A contracorriente del sector, la casa de bolsa Base Internacional acaba de consolidar un incremento en su capital de 60%, tras cerrar el año con una utilidad neta de 123 millones de pesos.

El doble play le permitió a la calificadora Standard & Poor’s ratificar sus calificaciones crediticias sobresalientes, destacando la estabilidad de la firma con sede central en Monterrey; su buen nivel de rentabilidad, y su prudente administración de riesgo.

La estrategia de Base apunta a las tesorerías de las empresas e instituciones.

Dirigida por Lorenzo Barrera Segovia, la intermediaria acaba de consolidar una oficina de representación en Toronto, Canadá, que se suma a otra en Houston.

Catarata de spots

Lo cierto, frente a quienes consideran exageradas las críticas que hablan de saturación del cuadrante con efectos contrarios a los buscados, es que hace tres años, durante la tórrida lucha por la Presidencia de la República, se transmitieron cuatro millones de spots electrónicos, incluídos los de organismos empresariales y empresas fantasma, frente a los 23 millones que pretende hoy el Instituto Federal Electoral.

A quién le importa la pobreza de la propaganda de los partidos políticos, unos haciendo suyos los programas sociales que por ley debe crear el gobierno; otros hablando de que ahora sí se portan dóciles con el gobierno, y otros destilando demagogia pura.