Opinion

Este lunes, el Senado se convertirá en una verdadera zona de guerra. Desde las 9 de la mañana las Comisiones de Energía y Estudios Legislativos discutirán hasta morir los dictámenes más polémicos de la reforma energética: La Ley Orgánica de Pemex y la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional. Al mediodía, los coordinadores parlamentarios se reunirán con el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, para tratar el espinoso asunto del peso y las reservas. Y ya entrada la noche, la Comisión de Hacienda resolverá el paquete económico que el jueves pasado le envió la Cámara de Diputados ¡Ah!, y todo esto bajo la mirada de Andrés Manuel López Obrador, quien está listo para movilizar a su gente para impedir cualquier cambio en materia energética. Todos velan armas.

No pasaron ni 48 horas del día que la maestra Elba Esther Gordillo obsequió varias Hummer a sus queridos compañeros de las 59 secciones, cuando el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa, ya declaraba que tenía un video que da fe de una votación en la que se aprueba la rifa de los famosos vehículos de lujo, para utilizar los recursos recaudados en infraestructura educativa. Y aunque esto lo declaró en distintos medios de comunicación, nadie ha visto las imágenes de dicho video. Cuando se solicita la evidencia, la oficina de prensa del sindicato de maestros enmudece. Como premio de consolación ofrecen conferencias de prensa para tratar el tema del magisterio ¿cómo ve?

Como agua bendita cayó en sectores oficiales lo dicho por el vicepresidente de asuntos globales de Manpower, David Arkless, en su reciente visita al país. Para el directivo de la empresa especializada en contratación de personal, no hay indicios que demuestren un retorno masivo de mexicanos que trabajan en Estados Unidos, pese a la caída de su economía y del sombrío panorama que desde ahora se avizora en la Unión Americana. Arkless contó a empresarios nacionales que muchos trabajadores que perdieron su trabajo en la construcción ya laboran en los campos de la Unión Americana. La afirmación calmó a más de uno en Los Pinos, nos cuentan.