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Mirada al mundo | Paul Krugman

Gordon lo hace bien

Premio Nobel de Economía 2008, considerado entre los economistas más destacados del mundo. Autor de más de 18 libros y columnista estrella d ...





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¿Ha salvado el primer ministro británico, Gordon Brown, al sistema financiero mundial?

Jueves 16 de octubre de 2008

Está bien, la pregunta es prematura pues todavía no sabemos la forma exacta de los rescates financieros planeados en Europa y Estados Unidos, menos aún si realmente funcionarán.

Lo que sí sabemos, empero, es que Brown y Alistair Darling, el ministro de Finanzas, son quienes definieron el carácter que tendrá la iniciativa mundial de rescate, mientras otras naciones ricas tratan de emparejarse.

Es un giro inesperado de los acontecimientos. El gobierno británico es, después de todo, un socio más bien menor en lo que a los asuntos económicos mundiales se refiere. Es cierto que Londres es uno de los grandes centros financieros del mundo, pero la economía británica es mucho más pequeña que la estadounidense, y el Banco de Inglaterra no tiene ni de cerca la influencia ni de la Reserva Federal ni del Banco Central Europeo. Así que uno no espera que Gran Bretaña juegue el papel de líder.

No obstante, el gobierno de Brown se ha mostrado dispuesto a pensar con claridad en relación con la crisis financiera y a actuar con rapidez a partir de sus conclusiones. Y esta combinación de lucidez y determinación no ha sido igualada por ningún otro gobierno occidental, y el nuestro menos que ninguno.

¿Cuál es la naturaleza de la crisis? Los detalles pueden ser demencialmente complejos, pero los asuntos básicos son bastante sencillos. El estallido de la burbuja inmobiliaria ha provocado grandes pérdidas para todos los que compraron activos basados en el pago de hipotecas; esas pérdidas han dejado a muchas instituciones financieras con demasiada deuda y muy poco capital para proporcionar el crédito que la economía necesita; las instituciones financieras con problemas han tratado de pagar sus deudas y aumentar su capital mediante la venta de activos, pero esto ha arrastrado el valor de los activos y reducido su capital todavía más.

¿Qué se puede hacer para mitigar la crisis? Ayudar a los dueños de casas, aunque deseable, no puede impedir que se registren fuertes pérdidas por los préstamos impagables y, en cualquier caso, su efecto sería demasiado lento para ayudar a disipar el pánico actual. Entonces, la opción natural (y la solución adoptada en muchas otras crisis financieras previas) es enfrentar el problema del inadecuado capital para financiamiento haciendo que los gobiernos proporcionen a las instituciones financieras más capital a cambio de una participación en su propiedad.

Esta especie de nacionalización temporal, a la que con frecuencia se denomina “inyección de capital”, es la solución a la crisis favorecida por muchos economistas, y fuentes bien informadas dijeron al Times que también fue la solución favorecida en privado por Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal.

Pero al anunciar su plan de rescate financiero por 700 mil millones de dólares, Henry Paulson, el secretario del Tesoro, rechazó esta vía obvia diciendo que “eso se hace cuando hay un fracaso”. En cambio, solicitó que el gobierno comprara títulos respaldados por hipotecas en problemas, basándose en la teoría de que... de hecho, nunca quedó en claro cuál era su teoría.

Mientras tanto, el gobierno británico atacó directamente el corazón del problema y maniobró para atenderlo con sorprendente velocidad. El miércoles, funcionarios de su gobierno anunciaron un plan para realizar importantes inyecciones de capital en bancos británicos y garantizar la deuda bancaria, lo que debe hacer que los préstamos entre bancos, parte crucial del mecanismo financiero, se reanuden. Y el primer compromiso importante de entrega de recursos se presentó el lunes, cinco días después de anunciarse el plan.

En una cumbre especial europea llevada a cabo el lunes, las principales economías de la Europa continental se proclamaron listas para seguir el liderazgo británico, inyectando cientos de miles de millones de dólares en los bancos y al mismo tiempo garantizando sus deudas. Y, quién lo iba a saber, Paulson, después de indiscutiblemente desperdiciar varias preciosas semanas, también dio marcha atrás y ahora planea comprar participaciones accionarias en lugar de títulos hipotecarios incobrables (aunque parece seguir moviéndose con dolorosa lentitud).

Como dije, todavía no sabemos si estas medidas funcionarán. Pero las políticas, finalmente, están siendo impulsadas por una visión clara de lo que se necesita hacer. Lo cual hace surgir la pregunta, ¿por qué esa visión clara tuvo que salir de Londres en lugar de Washington?

Es difícil evitar la sensación de que la respuesta inicial de Paulson fue distorsionada por la ideología. Recuerde: trabaja para una administración cuya filosofía de gobierno puede resumirse en “privado bueno, público malo”, lo cual debe haber hecho difícil enfrentar la necesidad de que el gobierno asumiera la propiedad parcial del sector financiero.

También me pregunto en qué medida la entrega del gobierno a leales de Bush sin experiencia en los puestos recibidos contribuyó al error de Paulson. Por toda la rama ejecutiva, profesionales conocedores han sido expulsados; quizá no quedaba nadie en el Tesoro con la estatura y la formación para decirle a Paulson que no estaba siendo sensato.

Por fortuna para la economía mundial, Gordon Brown y sus funcionarios sí están siendo sensatos. Y quizá nos mostraron la forma de salir de la crisis. (Traducción: Gregorio Narváez)



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