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Economía Informal | Macario Schettino

Especulación

Macario Schettino se dedica al análisis de la realidad, en particular la de México, desde una perspectiva multidisciplinaria: social, políti ...

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Jueves 16 de octubre de 2008

En el caso específico de los dólares, lo asociamos con personas que tienen información privilegiada y por eso compran justo antes de una devaluación para ganar, a costa de que la devaluación sea más pronunciada, sobre todo cuando esas personas no sólo tienen esa información, sino mucho dinero.

Algo de esto se dijo que había ocurrido en 1976, luego en 1982, y seguramente en 1994, cuando la noche anterior a que se “desplazara la banda de flotación en 15%”, un grupo de empresarios y líderes sindicales se reunieron con el director del Banco de México y el secretario de Hacienda, según información periodística que desde entonces se ha conocido.

Así que ahora ha resultado muy sencillo confundirnos. Cuando el secretario de Hacienda, al referirse al brusco ajuste del tipo de cambio en la semana pasada, dice que “es un problema de orden especulativo,” nuestra mente actúa en automático e imagina a los empresarios sacadólares de López Portillo, regresando un cuarto de siglo después a saquearnos nuevamente. En esta imaginación participan no solamente personas normales, sino también medios de comunicación y políticos, que de pronto exigen la lista de especuladores que saquean las reservas internacionales para que sean castigados.

Sin embargo, lo que ocurrió fue muy diferente. Hubo empresas que especularon, pero no acumulando dólares, sino obligaciones en dólares, de forma que cuando el peso se ajustó en la semana pasada, estas empresas perdieron carretadas de dinero. Es decir, a diferencia del sacadólar del cuento, lo que estos directivos de empresa hicieron fue perder millones de dólares por especular… a favor del peso.

Para que sea más claro esto, permítame recordarle que desde hace ya ocho años el peso mexicano no sufría un ajuste importante, y ni siquiera se corregía poco a poco. Muy por el contrario, cada día y cada mes se hacía más fuerte. De hecho, el valor futuro del peso mexicano, calculado a un mes, ha sido tradicionalmente superior al valor spot en la fecha correspondiente. Sólo en nueve ocasiones, en los últimos siete años, el spot ha superado el valor futuro del peso.

Para que no nos hagamos bolas, me voy con más calma. Para saber cuál puede ser el valor del tipo de cambio en alguna fecha del futuro, lo que se hace es estimarlo utilizando las tasas de interés en México y en Estados Unidos. En teoría, el tipo de cambio debe ajustarse de forma que las tasas sean equivalentes. Si, por ejemplo, la tasa en México es de 8% anual, y en Estados Unidos de 4% anual, entonces el peso se devaluará 4% durante el año para que la ganancia en ambos países sea exactamente la misma. Si usted quiere estimar el valor para dentro de un año del peso, utilice esta fórmula.

Bueno, pues usando esa fórmula, el valor que debería tener el peso resultaba siempre mayor al valor que efectivamente tenía al paso del tiempo. Por ejemplo, el 2 de enero de 2002, se necesitaban 9.11 pesos para comprar un dólar. Si usted quería calcular el tipo de cambio para un mes después, la tasa de interés en México era de 8% y la de Estados Unidos de 1.7% (era poco después de las torres gemelas, recuerde). Con esa gran diferencia en tasas, al calcular el valor del dólar para el primer día de febrero, resultaba en 9.68 pesos por dólar. Sin embargo, el primer día de febrero, el dólar estaba en 9.16. Si usted hubiese vendido dólares el 2 de enero para entregar el 2 de febrero, habría ganado 52 centavos por cada dólar.

Entonces, la fortaleza del peso invitaba a especular a su favor, y según parece así le hicieron muchos. Cada mes vendían dólares a futuro, y ganaban. Pero después vieron que no era necesario hacer la venta del dólar, sino que bastaba hacer una opción sobre la venta del dólar, es decir, un derivado financiero sobre el valor futuro de la moneda. Así, en lugar de “congelar” 9 o 10 pesos en la operación por cada dólar, lo único que se está jugando es el puro margen, de forma que la opción cuesta unos pocos centavos, y genera unos pocos centavos.

Salvo cuando el peso no sólo cae en el valor futuro calculado, sino que lo rebasa de calle, como ocurrió la semana pasada. Entonces, en lugar de la ganancia de centavos, se tiene una pérdida de pesos. Uno o dos pesos por cada dólar. Pero recuerde que no estaban invirtiendo dólares enteros, sino sólo los centavos de la opción. Esto implica que la pérdida, calculada contra la inversión, puede ser de varios cientos por ciento.

Es de las primeras cosas que uno aprende con las opciones, pueden tener pérdidas infinitas. Pero nadie cree en la existencia del infinito. Pues si no es infinito, lo que perdieron los tesoreros de las empresas mexicanas que hicieron esto se parece mucho.

Ésta es la especulación a la que se ha referido el secretario de Hacienda, no a sacar dólares ni mucho menos. Es una apuesta absurda para empresas cuyo negocio es vender al menudeo o producir algún bien, pero es una apuesta que pagarán esas empresas con la desaparición o con muchos años de trabajar para pagar. Para las autoridades, la molestia es que esto provocó un ajuste del peso que no tenía por qué ocurrir y que complica todo. Para nosotros, lo mismo. Pero están pagando sus malas decisiones, no se preocupe.



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