aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Itinerario Político | Ricardo Alemán

Ciudadanos en marcha

Nació en la ciudad de México en 1955 e inició en 1980 su carrera profesional como reportero del diario "A.M." de León Guanajuato. Ha trabaj ...

Más de Ricardo Alemán



COLUMNAS ANTERIORES


Ver más columnas
En efecto, ahí estaba la derecha extrema, pero también la derecha moderada, los de centro, centro izquierda, liberales

Domingo 31 de agosto de 2008

Reclamo por seguridad y rendición de cuentas

Con aval del PRD, golpe a la UdeG: ¿Quién sigue?

En efecto, ahí estaba la derecha extrema, pero también la derecha moderada, los de centro, centro izquierda, liberales... y las clases medias y medias bajas, y bajas, y las altas y muy altas. De todo, como en botica.

El miedo solidariza, es motor de miles de ciudadanos en marcha por una porción de libertad; la libertad a estar seguro, a no ser asaltado, robado, secuestrado, extorsionado, asesinado... Acto político por definición, de ciudadanos que marchan por seguridad, pero que enseñan las lecciones de la politización inédita —que no partidización—, a los que no convoca la lucha por el poder, sino la sanción, la crítica a un poder ineficaz, incapaz, que no sólo no da resultados sino que se esconde en la opacidad de una clase política acostumbrada a todo, menos a rendir cuentas.

Manifestación de hombres libres contra la ineficacia de las instituciones del Estado, entre ellas, los partidos, ese grosero monopolio que ha secuestrado todas las expresiones del poder y que ayer fue convocado a rendir cuentas: “¡No más!” “¡Ya basta!”...

En el fondo de la polarización del binomio que forman la ineficacia gubernamental y el reclamo social está la perniciosa estructura de monopolio del poder que se vive en México; un control absoluto de los espacios de poder de la partidocracia, expresión sublimada del más grosero autoritarismo político.

MONOPOLIO DEL PODER

Los partidos políticos no sólo son negocios familiares formidables, de enorme renta económica; instituciones del Estado mexicano de interés público que no le rinden cuentas a nadie, que disponen de fabulosas fortunas de dinero público. El único canal por el que se puede acceder a los puestos de elección popular.

Para acceder a los poderes Ejecutivo y Legislativo hay que tener el aval de una franquicia partidista. Además, los que acceden al primer círculo del Poder Judicial, los ministros de la Corte, pasan por la propuesta del Ejecutivo y el aval del Congreso. Todos los espacios de gobierno en México están en manos de los partidos.

El reclamo generalizado de que: “Si no pueden, renuncien” no sólo es un grito desesperado contra las instituciones que han dado muestras contundentes de ineficacia, contra la incapacidad de los tres órdenes de gobierno —municipal, estatal y federal— y tampoco se queda en el sonoro “¡ya basta!” contra la violencia y el crimen organizado.

No, el “Si no pueden renuncien” es un grito contra el monopolio absolutista y autoritario de la arrogante partidocracia mexicana que cerró todos los espacios para la expresión ciudadana en una democracia que, si bien en su concepción teórica es representativa, en la práctica no es otra cosa que eso, un insultante monopolio del poder en donde los ciudadanos no tienen siquiera el derecho a votar por el “no” en los procesos electorales. Votamos sólo por aspirantes a puestos de elección popular que nos proponen los partidos, pero no podemos votar por el “no” a esas propuestas, ya no se diga por propuestas ciudadanas.

DERECHOS MUTILADOS

En el fondo, el derecho universal de votar y ser votados está limitado a elegir sólo a los políticos que nos proponen los partidos, que a su vez, son empresas familiares. Cuando se reclama “Si no pueden, renuncien”, el mensaje que se envía es que se ha llegado a ese extremo no para destruir el edificio institucional, sino porque no existen espacios para que gobiernen los ciudadanos sin partido y que en no pocas ocasiones están más y mejor capacitados que los políticos profesionales.

No faltarán quienes se dicen asustados y hasta ofendidos porque los ciudadanos sin partido pretenden meter la nariz en actividades que creen de su exclusividad. Pero resulta que esa controversia ya se ha resuelto en otras partes del mundo, en no pocas democracias modernas, a través de dos fórmulas exitosas y que van contra el monopolio de los partidos. Nos referimos a las candidaturas independientes y a la reelección. ¿Por qué los dueños de los partidos se niegan a legislar al respecto?

Porque al existir candidatos independientes —a diputados, senadores, gobernadores, jefe de Gobierno y Presidente—, los partidos corren el riesgo de perder su monopolio. Y cuando se pregunta la razón por la que dirigentes partidistas se niegan a eso, la respuesta es parecida a lo siguiente: “No vaya a ser que los retrasados mentales que son los ciudadanos, puedan equivocarse y elegir a alguien incapaz de gobernar”.

¿Qué pasa cuando existe la reelección de presidente, gobernador, alcalde, legislador..? Éstos tienen la obligación de hacer bien su trabajo, porque va a ser calificado por los ciudadanos, quienes con su voto pueden castigarlo o premiarlo. Eso lo convierte en un verdadero servidor público. Hoy quienes tienen un cargo de elección popular no son más que servidores al dueño del partido. Y resulten buenos o malos para el delicado oficio de gobernar, se van como si nada, muchas veces con las bolsas llenas de dinero y dejan tras de sí un verdadero tiradero del que nadie se hace cargo.

HISTORIA Y MOVIMIENTO

Ese es, en el fondo, el reclamo de la marcha de hoy: un grito por la recuperación de facultades sociales para el ejercicio del poder. Ese ejercicio tan importante y delicado no puede dejarse en manos sólo de los políticos. Pero tampoco es una novedad lo que estamos viviendo. En críticos previos —del calado de la de hoy— han surgido respuestas positivas que hoy también deben surgir.

Luego de 1968 nació la reforma electoral de Reyes Heroles. Luego de 1988 se dieron cinco reformas electorales. Luego del alzamiento zapatista se dio la gran reforma de 1996; luego de la muerte de Digna Ochoa apareció la CNDH; como secuela del crimen de Manuel Buendía desapareció el grupo policiaco paramilitar de la DFS, y se abrió un ancho canal a la libertad de expresión... hoy deben desaparecer las estructuras criminales, pero los ciudadanos debemos recuperar espacios y capacidad de influencia en la tarea de gobierno; se deben abrir las candidaturas independientes y reglamentarse la reelección a puestos de elección popular.

GOLPE A LA UdeG

A pesar de la imperfecta democracia mexicana, no podemos seguir viviendo en las cavernas, como en la Universidad de Guadalajara, en donde una mafia ha detentado el poder durante décadas y uno de los centros educativos y culturales del país está en manos de un cacique que coquetea y compra conciencias de intelectuales, medios y políticos, para mantener en pie autoritarismo, antidemocracia y opacidad. Y sí, la llamada izquierda también solapa esa barbarie. Con el aval del PRD hoy le dieron golpe de Estado a la UdeG. ¿Mañana a quién?



Comenta la Nota
PUBLICIDAD.