aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Agenda del debate | José Carreño Carlón

Ante la inseguridad, divide y perderás

José Carreño Carlón: Premio Nacional de Periodismo por artículo de fondo, director de la oficina presidencial de comunicación, son algunos ...




Sería muy grave una violación de expectativas en la cumbre de hoy
Fragmentar las fuerzas públicas, inercia del viejo presidencialismo


Jueves 21 de agosto de 2008

Con el explicable escepticismo que concita la llamada “cumbre” de la seguridad convocada para hoy en Palacio Nacional podría, sin embargo, constituirse en una respuesta institucional adecuada. Pero eso sólo será posible si los titulares de los diversos órdenes de gobierno, procedentes de los principales partidos, logran enviar una señal convincente de compromiso con una sociedad en el límite de la paciencia.

Ante el desbocamiento de la delincuencia —fuera de control por su abierta injerencia en los propios cuerpos de seguridad, con la consecuente impunidad de los criminales—, los gobernantes tendrían que traducir muy rápidamente el mensaje de la unidad escenográfica de la reunión palaciega a la unificación operativa de los órdenes de gobierno, si lo que realmente se quiere anunciar a la sociedad es la viabilidad de la depuración de los cuerpos policiales y el establecimiento obligado y exigible de estrategias y planes de acción comunes.

Pero son muy grandes los obstáculos que enfrenta la clase gobernante para responderle a la sociedad con esta satisfacción elemental. El problema no radica en el régimen de asignación de atribuciones dentro del gobierno nacional ni en la distribución de competencias en los estados en el sistema federal, sino en su utilización al servicio de las viejas y nuevas inercias del ejercicio del poder en nuestro país.

¿Divide y sobrevivirás?

Una inercia de más de seis décadas, por ejemplo, parece mantener al gobierno del presidente Calderón bajo los reflejos de la divisa de “divide y sobrevivirás” que le aplicó el presidente Miguel Alemán a las fuerzas de seguridad.

Como primer presidente de extracción civil en los gobiernos posrevolucionarios —fuera de las excepciones del maximato callista— se explica que Alemán fragmentara los poderes de decisión de las Fuerzas Armadas. Sin la experiencia del mando de tropas en las zonas militares y en una época y una región en que los cuartelazos estaban a la orden del día, Alemán optó por contar con sus propios resortes de decisión castrenses. Al respecto, sacó de la dependencia de la Secretaría de la Defensa Nacional al Estado Mayor Presidencial y lo puso bajo su mando directo. Además le asignó su propio Cuerpo de Guardias Presidenciales. Y por si fuera poco, creó también —con autonomía de la Defensa— el Departamento de la Industria Militar, es decir, el control del parque y de los equipos militares.

Pero nada parece justificar hoy el funcionamiento en los hechos de cuerpos de seguridad paralelos —en una competencia más destructiva que productiva— entre los efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República y las secretarías de la Defensa y de Marina, todos con sus propios historiales de infiltración de la delincuencia en sus filas y en sus mandos.

Divide y desaparecerás

“Divide y perderás”, parecería más bien el enunciado del saldo de andar siguiendo hoy aquellos reflejos alemanistas o de andar leyendo mal el “divide y vencerás” de Maquiavelo y Julio César.

En las actuales condiciones de alta fragmentación del poder político —a diferencia de la alta cohesión del viejo poder presidencialista— la exigencia social es la cohesión de las funciones públicas para que el gobierno esté en aptitud de restaurar la seguridad y la tranquilidad públicas.

“Divide y desaparecerás” podría serla advertencia a los políticos y gobernantes que desoigan un clamor social que aún se expresa en el reclamo de que el gobierno funcione, pero que mañana podría traducirse en que los gobernantes se marchen.

Son muy grandes las expectativas que se han generado tanto en la llamada cumbre de la seguridad organizada por el sistema político, como en la magna movilización organizada por los ciudadanos para la siguiente semana. Y por tanto son muy altos los riesgos de ruptura resultantes de una violación de esas expectativas.



PUBLICIDAD.