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Detrás de la Noticia | Ricardo Rocha

¿Cuál Creel?

Ricardo Rocha ha sido redactor, reportero, corresponsal de guerra, productor y conductor de programas.

En 1977 cubrió por dos meses la ...

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Los optimistas creen que en una de esas nos da la sorpresa y retoma el camino de la lucha por las buenas causas

Jueves 19 de junio de 2008

Esta, que parece pregunta, podría ser la respuesta al cuestionamiento cada vez más frecuente sobre lo que hará Santiago Creel de aquí en adelante: ¿cuál Creel? Aquel exitoso abogado corporativo, maestro del ITAM que devino primero en formidable luchador civil por la democracia y luego brillante consejero ciudadano en aquel IFE heroico al lado de figuras tan altas como Granados Chapa y Ortiz Pinchetti. Ahí en ese ámbito ciudadano-social libró y ganó épicas batallas en pro de la construcción de nuestro naciente proceso democrático. Era entonces un privilegio ser su amigo.

Luego, por desgracia —de él y del país— se volvió un lugar común la broma sobre si el Creel de ahora era aquel que fue. ¿Qué le pasa a Santiago, eh? ¿De veras es el mismo que conocimos? Eran las frases frecuentes para denotar la sorpresa por sus dichos y actos públicos execrables que a todos nos sorprendían. Y no me refiero por supuesto a la moralina del viejo rumor de hace cuatro años —confirmado ahora— de la procreación de una hija con una mujer tan respetable, valiente y talentosa como Edith González. No. Tampoco hablo de sus contiendas electorales perdidas o amañadas de las que hoy hacen mofa los oportunistas especializados en la leña de árboles caídos.

Lo que de Creel desconcertó en estos tiempos fue su traición a aquellos principios que lo proyectaron como una figura esperanzadora en la vida pública de México. Irritaron sus actos de pleitesía y entrega de canonjías a los poderosos. Ofendieron sus explicaciones ante evidencias indefendibles. Y suscitaron el repudio generalizado sus ambiciones lacayunas al amparo de Marta y Vicente Fox. El que quiso ser jefe de Gobierno y estuvo cerca pero no pudo. El que quiso ser Presidente de la República de este país y también estuvo cerca pero tampoco pudo. Así, la vida pública y privada de Santiago Creel se transformó en un drama que seguramente ha sido muy difícil de sobrellevar, considerando el juego de las apariencias.

Ahora llegamos al episodio de sobra conocido en el que el manotazo autoritario no únicamente le quitó la coordinación panista en el Senado y tal vez la candidatura presidencial en 2012, sino que lo humilló y degradó públicamente. Sobre todo porque no se han explicitado razones creíbles ni para el fondo ni para la forma. Las revelaciones en Bajo Reserva de EL UNIVERSAL sobre el trato recibido por Creel de parte de la dirigencia panista hablan no sólo de la mezquindad y rudeza innecesaria de que ha sido sujeto, sino del menosprecio que se tiene por su persona en su partido y en su gobierno.

Por eso intriga saber cuál Creel veremos de ahora en adelante: el político que seguirá tragando sapos sin hacer gestos; el legislador sumiso y levantadedos pegado a la ubre del poder a cualquier precio o el ejercitante convenenciero de la desmemoria. Cuál Creel vamos a ver en estos y futuros tiempos.

Los optimistas creen que en una de esas Santiago nos da la sorpresa y retoma el largo y sinuoso camino de la lucha por las buenas causas. Y como senador, que de cualquier manera seguirá siendo, aboga por los buenos propósitos de la nación más allá de los partidos. Como ser humano, rescribiendo una historia a la que tiene derecho como hombre de bien.

Me dicen que Creel podría recuperar muchos amigos. Yo creo que lo verdaderamente importante es que se recupere a sí mismo.

PD. EL UNIVERSAL acaba de iniciar una nueva y prometedora etapa en la que nuestros directivos corren el riesgo de la renovación. Es un honor estar aquí y con ellos.



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