Opinion

Sufrió varias modificaciones para ajustarse a lo que quieren en el PRI. Tanta condescendencia ha provocado molestias en las bancadas del PAN. Mientras en el gobierno dicen que no había otra manera de operar la reforma y garantizar su aprobación

Los tiempos y las condiciones para la presentación de la iniciativa de reforma energética no los definió el presidente Calderón, tampoco fueron decididos por el PAN; fue el PRI el que puso la fecha y el que delineó, con sus posicionamientos, el tamaño y el contenido final de la propuesta de reformas legales que anoche tenían lista los panistas para presentarla en el Senado.

Manlio Fabio Beltrones pidió a los panistas que el proyecto de ley se presentara ante el Congreso hasta que pasara la sesión del Consejo Político Nacional del PRI, porque hacerlo antes, les advirtió, provocaría un debate interno entre los priístas y obligaría a fijar posiciones más allá de los acuerdos que pudieran tener con el gobierno de Felipe Calderón.

Por eso el PAN decidió alargar sus tiempos y retrasar la presentación de la iniciativa que ayer por la noche recibió los últimos toques y que, con base en las posiciones expresadas en el consejo priísta, sufrió todavía modificaciones el fin de semana para ajustarse a lo que quieren en el PRI, lo que la convirtió finalmente en una “minirreforma” energética.

Tanta condescendencia para los priístas ha provocado molestias en las bancadas del PAN. Mientras en el gobierno dicen que no había otra manera de operar la reforma y garantizar su aprobación si no era cediendo a las presiones del viejo partido, entre los congresistas blanquiazules hay cuestionamientos porque, dicen, el PRI se ha convertido en un aliado “muy caro” en este proceso.

Pero el que Calderón haya cedido en algunas cosas no quiere decir que vaya a aceptar todas las condiciones que el PRI de Beltrones pedía a cambio de su voto por la reforma energética. Porque una cosa es que en Los Pinos hayan dado luz verde a la propuesta priísta de autonomía de las comisiones federales de Competencia y de Comunicaciones y Transportes, incluso a la desaparición de la Comisión Reguladora de Energía, pero otra muy distinta era la pretensión del tricolor para que Calderón aceptara la desaparición de la Secretaría de Desarrollo Social.

“Ahí no vamos a ceder”, afirma una voz cercana al Presidente que confirma el planteamiento priísta para desaparecer las delegaciones federales de la Sedesol y dar paso a un instituto federal, autónomo, que se encargue de manejar los presupuestos y programas de la política social en el país. Es tal la negativa de las cúpulas del PAN a que Calderón ceda en esa exigencia, que en su sesión de Consejo Político Nacional del fin de semana pasado, los panistas aprobaron crear una comisión nacional territorial que operará en las elecciones federales del 2009 y estará coordinada por la ex secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala.

El mensaje de los blanquiazules es claro: no sólo no van a desarticular la estructura nacional de la Sedesol, que según los priístas es parte de la base electoral del PAN, sino que además una ex funcionaria que la conoce y la manejó por más de un año, será la responsable de la estrategia electoral del panismo en los comicios intermedios.

Tan sólo este año son más de 50 mil millones de pesos los que se destinarán a los programas sociales que Calderón va a relanzar con su estrategia “Vivir Mejor” que, al estilo de Solidaridad salinista, busca agrupar y coordinar todos los apoyos sociales bajo una gran directriz que tampoco es ajena a la cercanía de la elección del 2009.

Eso no quita que Manlio Fabio y el PRI insistan en su pretensión de evitar el uso electoral de los programas sociales. Esos y otros temas fueron abordados por Beltrones en las reuniones que ha sostenido a lo largo de este proceso con Juan Camilo Mouriño, el cuestionado secretario de Gobernación. Aunque el senador sonorense suele acordar directamente en Los Pinos, en las últimas semanas aceptó la interlocución de Mouriño, al igual que los gobernadores priístas, que de esa manera le reconocieron aún legitimidad al inquilino de Bucareli.

Ayer por la noche, al cierre de esta columna, seguía la reunión que los senadores del PAN sostenían con la secretaria de Energía, Georgina Kessel, y el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, para la última revisión del proyecto de reforma. Ahí se definía si la iniciativa se presenta hoy martes o se va hasta el jueves.

Así que entre condiciones priístas, amenazas lopezobradoristas y cálculos panistas, el resultado de lo que hoy podría conocerse formalmente será mucho más una pequeña reforma posible que la gran reforma deseable.

NOTAS INDISCRETAS… Los saldos desastrosos para el PRD, por su fétida elección interna, afloran cada vez con mayor crudeza. Lo mismo en forma de una dura entrevista como la que le realizó el periodista Carlos Loret de Mola a Andrés Manuel López Obrador, que se reflejó en una caída de la popularidad del tabasqueño en las encuestas, como en el oxígeno que, involuntariamente, los perredistas le dieron al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Está medido que en la misma proporción que se ahondó la fractura y el “cochinero” en la contienda del PRD, la figura de Mouriño logró tomar un poco de aire, porque la dimensión de la crisis perredista hizo que se diluyeran las acusaciones y denuncias que el propio López Obrador había hecho contra el titular de Bucareli. ¿Eso buscan los perredistas con su eterna carnicería?... Luis Carlos Ugalde tiene listas sus maletas para regresar a México. Y en ellas trae terminado su libro Así lo vi, en el que revela pasajes interesantes y candentes de la elección presidencial del 2 de julio que le costó su permanencia como presidente del Instituto Federal Electoral... Se detienen los dados. Acecha la serpiente.

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