Opinion

El pulgar prensil de los jugadores de Fabuloso Fred que permaneció atrofiado tras la desaparición del idem, o que en su defecto encontró en los videojuegos un modo de ejercitarse, podrá recordar su vieja gloria...

...con la invención de un aparatito que emula perfectamente la ejecución tactil, visual, sonora, aunque con una considerable evolución, es un instrumento musical, más que una súper calculadora.

Como si Willy Wonka encargara a su ejército de Oompa Loompas la conformación de una orquesta, tenemos la cadena evolutiva del Theremin: están el Air FX, Samchillian, Reactable y Tenori On. Este último reproduce la emoción de jugar con el extinto Fabuloso Fred y lo combina con la composición de música de cámara, y si lo hizo el iPod, éste seguro también te convertirá en DJ. Consiste en un tablero sensible de 16 x 16 botones de LED que funciona como controlador y como display a la vez, exactamente como el juguetito de Ensueño; sin embargo, lo que este tablero produce son secuencias, frecuencias, armonías y todo cuanto esté en nuestra imaginación para crear música. Ofrece seis diferentes modos de display audiovisual por el momento, pero con ellas ya es infinita la capacidad performativa del aparatito. Produce capas de sonido que va integrando uno a uno en su modo programático, o bien en su modo random puede producir automáticamente secuencias según el botón que uno aprieta, o bien, en su modo draw varía la altura y la frecuencia de las ondas sonoras, produciendo efectos distintos en la ejecución que responde sensiblemente al tacto. Como jugar con la cajita de piedrulces, y de plano sumarte a Björk, Peter Gabriel, Jim O´Rourke o Kieran Hebden, quienes están fascinados por esta cajita que cuesta la módica suma de 600 libras, disponible sólo en el Reino Unido.

En este momento que la música ha sido visitada por instrumentos de alto diseño y desempeño que no tienen nada que ver con sus antecesores percusivos, de cuerdas o alientos, sin que ello demerite sus infinitas aportaciones, hay que echar un vistazo a los instrumentos que, sin desbancar a sus primos los sintetizadores, son para principios de este milenio la nueva generación de instrumentos musicales, lo que lleva a pensar que la escritura de la música no será igual, aunque eso ya venía ocurriendo desde mediados del siglo pasado, o incluso antes, sólo por recordar el intonarumori. Sonidos sintéticos, puros, que un Pierre Schaeffer o un Stockhausen probablemente imaginaron, pero que ahora es más sencillo producir.

Debemos reconocer que la ejecución, más sencilla, permite que estas nuevas sonoridades sean explotadas por músicos de todas las ramas, profesionales y amateurs; a la par, las ejecuciones son completamente distintas de una mano a otra. Yamaha y sus competidores ya comprenden las necesidades de los músicos para ampliar el espectro sonoro que en muchas ocasiones los orillan a la construcción de sus propios instrumentos.

En ese sentido, Toshio Iwai, creador del Tenori On, insistió en recuperar el significado de la meticulosa elaboración de los primeros instrumentos, “son bellos, tanto en forma como en su sonido, y se creaban para ajustarse a los intérpretes y no viceversa, cosa que sí sucede con los instrumentos electrónicos que no guardan relación entre la forma, el sonido y el intérprete”. Además, el Tenori On posee una buena conectividad con otros instrumentos electrónicos y miembros de su especie. La creatividad musical de cualquier individuo está a prueba con esta tecnología, y si bien cualquiera con una computadora puede hacer música potencialmente, en cuanto estos dispositivos sean más accesibles se escucharán en todos lados.

Agustín Peña es Jefe de Contenidos Hablados de Ibero 90.9 Conduce DFM, el programa de arte y comportamiento urbano. Lunes a viernes 11:00 hrs. agustin@ibero909.fm