Opinion

Los dos vehículos en los que se pasea el ex presidente Vicente Fox, el famoso jeep rojo y el lujosísimo hummer, tienen un origen poco claro. Uno de ellos fue producto de un regalo de un empresario, solicitado por la ex primera dama Marta Sahagún. El otro no tiene datos fundamentales, como el nombre del propietario, y el domicilio coincide con la aduana de la Secretaría de Hacienda en Toluca.

¿Qué automóvil puede ser registrado por una autoridad sin el nombre del propietario? Las autoridades federales y las del estado de México, donde se dio de alta el hummer, no han dado una respuesta. Desde luego, también existe una normatividad para vehículos legalmente importados. Todo indica que el auto de don Vicente es producto de un decomiso, porque no tiene factura, nos explican.

Los coordinadores parlamentarios del Senado, Santiago Creel (PAN), Manlio Fabio Beltrones (PRI) y Carlos Navarrete (PRD), no acudieron a la comida que ofreció la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión al presidente Felipe Calderón. No quisieron exponerse a interpretaciones políticas, nos dicen.

¿Por qué?, se preguntará usted. Algunos legisladores comentan que si a Beltrones le inventaron una comida con el poderoso presidente del grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean, la presencia de los tres líderes de las bancadas pudo haberse leído como que los concesionarios doblaron a los promotores de la reforma electoral.

Nos aseguran que el investigador Ernesto Villanueva fue propuesto por la corriente de Nueva Izquierda, que encabeza Víctor Hugo Círigo, para el cargo de director de Comunicación Social de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, con el aval de todos los grupos parlamentarios.

De aprobarse su designación ante el pleno, don Ernesto —que tiene prestigio en el terreno de la transparencia— afrontará muchísimos intereses políticos y económicos. El grupo de Círigo tiene bajo su responsabilidad la Oficialía Mayor y todas las áreas que tienen relación con el uso de los dineros, donde son frecuentes las denuncias de contabilidades pocos claras, nos dicen.

¿Imagina usted una fiesta del Día de la Hispanidad sin hispanos? Eso ocurrió en la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, George Bush, ofreció tremenda pachanga y un discurso con ese motivo. Pero hubo un pequeño detalle: los embajadores de una docena de países, incluidos México, Colombia, Argentina, Perú y Ecuador, no fueron admitidos en la mansión presidencial.

“Un error en las computadoras”, explicó una avergonzada portavoz estadounidense. En lugar de escuchar al gran Cachao, los diplomáticos debieron conformarse con excusas…

El diputado priísta José Murat no ha dado una. Cuando se organizaba para el debate sobre las elecciones en esa entidad, pidió usar la tribuna en caso de que la oposición lo mencionara. Dijo estar harto de que siempre le echen tierra por Oaxaca, y recordó que luego de dejar la gubernatura, sólo ha regresado tres veces a esa entidad.

Frente a ese argumento, un diputado gritó: “¡Entonces, por qué no regresas los boletos!”, en alusión a la prestación con que cuentan los legisladores para tener ocho pases de abordar de avión al mes para viajar a sus estados.