Opinion

El 8 de julio de 1992 se inauguró el Museo José Luis Cuevas . Desde entonces han sucedido infinidad de cosas.

Ha habido cambios en la política nacional. Muchos han muerto desde entonces. En los archivos del museo conservo material histórico de enorme valor. Cuidadosamente guardo filmaciones que me fueron obsequiadas por Jacobo Zabludovsky. El paso del tiempo ha dañado algunas. Quisiera que todo se conservara intacto, pero esto es imposible, las cosas envejecen y uno también sufre el embate del tiempo. El espejo es implacable. Refleja el paulatino envejecimiento. Pasan cinco años, y advierte uno los cambios físicos que se han operado. Diez años más y la vejez ofensivamente presente. Ya no soy el joven de antes. Me pregunto mirándome en el espejo: ¿Cuántos años más viviré? Me consuelo recordando que en una ocasión una lectora de tarot me dijo que seré longevo. Muchos años pasarán antes de que me llegue la muerte. Puede ser que sea cierto lo que me dijo, pero de todos modos en poco o en mucho tiempo llegará el momento en que dejaré de existir. Hay en mí un cuerpo que dejará de respirar. Ese alguien ya no pintará más. Ni siquiera seré alguien que diga, estoy muerto.

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Beatriz del Carmen y yo, poco antes de casarnos, tuvimos la idea de adoptar una niña. Se llamará Luisita, dijimos, y arreglamos una de las recámaras. Se convirtió en una maravillosa fantasía.

Recurrimos entonces a unas casas de cuna. Íbamos en búsqueda de una bebé rubia y hermosa. Pasamos por todos los trámites necesarios. Por las noches nos preguntábamos: ¿Cómo será Luisita? Es probable que ya exista. Beatriz del Carmen y yo hicimos grabados y dibujos en los que dibujábamos a quien ni siquiera teníamos la certeza de que existiera. Hace pocos días hemos desistido de adoptar a Luisita. Pero todavía la tenemos presente y cada día sentimos quererla más.

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Hoy en la mañana, estando en el museo, hicimos una lista de los niños y niñas que nacieron desde que se inauguró el Museo Cuevas. Maricarmen me ayudó a elaborar la lista que a continuación anoto:

Desirée Montserrat Alegría, hija de Manuel y Maricarmen, fue la primera en nacer, cuando recién se había inaugurado el museo. Después llegaron Cathia Vales y Paola, hijas de Fausto Vales y María del Lourdes Martínez.

Hijo de Rafael Alvarado y Norma Reséndis, nació Francisco Javier. A este le siguió Natalia Yunuén Guijosa, hija de Nadia Oliva y Juan Carlos.

Poco después nació Axel Alan Gandarilla, a quien siguieron Metzi Jane y Dylan, los tres hijos de Andrés Gandarilla y Eva Ramírez.

El más reciente que ha nacido bajo el cobijo de La Giganta ha sido Karen Nicole, hija de Edmundo López y Fátima García.

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Beatriz del Carmen y yo hemos vivido diferentes percances durante nuestros constantes vuelos. En una ocasión, más o menos reciente, estuvimos a punto de chocar contra un avión que imprudentemente se cruzó en nuestro camino.

También sucedió que un avión sufrió una avería en pleno vuelo y tuvimos que regresar al aeropuerto del que habíamos despegado hacía media hora. Fuertes sacudidas, ocasionadas por tormentas nos han llevado a imaginar que el peligro es inminente. También hemos vivido aterrizajes forzosos. Dicen que el avión es el medio más seguro para viajar, que las probabilidades de un accidente son mínimas. No lo creo.

*Artista plástico