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Análisis | Theotonio dos Santos

En busca de la gobernabilidad

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Continúa la lucha para apropiarse de la victoria electoral de Lula

Miércoles 22 de noviembre de 2006

En busca de la gobernabilidad

Continúa la lucha para apropiarse de la victoria electoral de Lula. Como vimos en artículo anterior, los derrotados defienden la tesis inmoral de que las promesas de la pugna electoral deben ser abandonadas en el ejercicio del poder. Según ellos, el verdadero estadista es aquél que se olvida de las afirmaciones emitidas "en el calor de la pugna electoral" para asumir las tareas superiores exigidas por el sereno ejercicio del poder. Estas, dicen ellos, son"duras" mientras las promesas de campaña son "fáciles". En resumen: en las campañas se promete al pueblo lo que este quiere escuchar, es decir, la defensa de sus intereses y objetivos, para, en el gobierno, volver a asumir los intereses de las clases dominantes que controlan el Estado y se oponen a los intereses populares. Esta versión transforma la democracia en un circo para atender los apetitos malsanos de los pueblos, la "turba" o la "masa ignara", los que tantas veces han sido abominados por el pensamiento conservador.

El punto central de estas fantasías de las elites financieras es la política económica. Como ya hemos visto en artículo anterior (" ¿Enseñando economía a Lula? " ), trata se de mantener en alto la bandera del control monetario y la restricción de los gastos públicos (entre los cuales no incluyen el pago de intereses extraordinarios por el Estado a una minoría de agiotas, lo que no se considera parte del gasto público pues es algo totalmente necesario para el buen funcionamiento de la economía, y no cosas prescindibles y por lo tanto objeto de cortes como nversiones en infra-estructura, educación, salud, previsión social, etc., etc.) . Trata se en fin de contener el crecimiento económico y la distribución del ingreso en nombre de tesis generales sobre el buen gobierno.

Pero, al lado de estas preocupaciones cruciales, están otras menos evidentes como intereses de las clases dominantes en general. Este es el caso de la exigencia de una reforma política que pretende reformar la constitución de 1988, considerada por la derecha un documento demagógico, debido a la fuerte participación popular en su definición y aprobación. La verdad es que se busca sobretodo exigir del gobierno la existencia de una mayoría de 2/3 en el Congreso que visa controlar su voluntad transformadora y realizar los cambios constitucionales que salvarán el país de la demagogia y del populismo.

Fue en nombre de la necesidad de esta mayoría aplastante que Fernando Henrique Cardoso se alió en el gobierno con el Partido del Frente Liberal, fracción más liberal de la dictadura militar, y el Partido Popular, fracción más derechista y oportunista de la misma dictadura militar, para producir la mayoría del 2/3 ( para completarla tuvo que atender a los apetitos del PTB, un partido creado por la dictadura para impedir la vuelta plena del laborismo bajo la dirección de Leonel Brizola y otros diputados oportunistas de las más distintas orígenes). En realidad FHC quería reformar la constitución para obtener su reelección y muy poco más.

En 2002, después de una victoria política espectacular y un apoyo social colosal, Lula se sintió obligado a buscar el mismo apoyo en el Congreso para hacer algunas reformas claramente anti-populares. Las consecuencias fueron desastrosas pues fueron los intentos de facilitar el éxito electoral de los partidos oportunistas que condujeron a los gastos absurdos que dieron origen al llamado "mensualón" , un pretendido pago mensual a los congresistas que deberían votar con el presidente.

En las circunstancias actuales, Lula pretende realizar un acuerdo político programático y de gobierno con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) cuyos votos, sumados al PSB, el PCdoB, y otros partidos de izquierda como el PDT le darían al gobierno una mayoría simple, suficiente para legislar dentro de la constitución vigente que, como decimos, es en general progresista.

Pocos gobiernos en el mundo cuentan con una mayoría tan definitiva y pueden dar a Lula la gobernabilidad que tanto busca. Ir más lejos y buscar una mayoría para reformar la constitución es un factor perturbador de la gobernabilidad, una fuente de confusión política y de dificultades en el parlamento.

Mejor sería que Lula se preocupase en reunir los partidos que lo apoyan en un Consejo cuyas resoluciones serán respetadas en sus líneas generales por el gobierno, como suele ocurrir en democracias maduras. Mejor sería que Lula se preocupase en esclarecer a la población las leyes que presenta y sus medidas administrativas en un régimen político que da un enorme poder al ejecutivo. Mejor sería que se preocupara en movilizar esta población para defender los cambios progresistas en el país, como lo hizo en la segunda vuelta de las elecciones, retomando su discurso popular y muchas metas dela izquierda que fueron definitivas para su aplastante victoria.

Nada de mayorías de 2/3, nada de compras de diputados o senadores, nada de negociaciones individuales sino la consolidación de una democracia profundamente articulada con las necesidades de la población. El pueblo brasileño demostró una madures política impresionante al sobreponerse a una ofensiva de los medios de comunicación en contra del PT y de Lula ( aprovechando se de fallas gravísimas de ambos) que pretendía exterminar con la "raza" petista, como lo expresó el presidente del Partido de la Frente Liberal el cual cayó drásticamente en estas elecciones.

Por sinal, según un fallo de la justicia del interior de São Paulo, es motivo de penas brutales criticar estas expresiones racistas. Por haber atacado el presidente del PFL, el profesor universitario recién elegido para dirigir el Consejo Latino americano de Ciencias Sociales (CLACSO) Emir Sader deberá cumplir pena de prisión y pérdida de su cargo de profesor en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). La reacción en contra de esta aberración judicial por millares de profesores universitarios, periodistas e intelectuales de todo el mundo permite elevar las esperanzas de que, en el contexto de manifestaciones populares tan definitivas como la victoria de Lula en la segunda vuelta electoral para presidente de la República de Brasil, este país va avanzar hacia una fase post dictatorial ampliamente democrática.

Para que esto ocurra, es necesario que Lula se apoye en fuerzas realmente progresistas y democráticas y en ellas sostenga su gobernabilidad.

thdossantos@terra.com.br



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