Opinion

Antojable de principio a fin, la serie La cocina de Diego y Frida, el sabor de un mundo , es mexicanamente deliciosa.

Y aunque usted no lo crea, el sabor también entra por los ojos, así que lo que vemos que humea dentro de esas hermosas cazuelas y ollas puestas al fogón de las soberbias cocinas antiguas, a la mexicana, con su bracero, su metate, sus hornillas, su mostrador y hasta su poyo -todo eso que vemos en la pantalla-, abre el apetito del espectador y no sólo le despierta las ganas de comer, sino de cocinar los platillos que con tanta mano y sabiduría va preprarando doña Guadalupe Rivera Marín, la dueña del don, del fogón y del recetario.

Esta serie de televisión es producida y transmitida por el canal 22. A Gabriel Santander fue a quien se le ocurrió proponer un programa dedicado a la cocina mexicana, reviviendo las recetas que se preparaban en la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera; pero ahora guisadas por la hija del pintor y de la escritora Lupe Marín, podría significar un éxito para la televisión cultural. Y no se equivocó; esta serie, con un diseño de escena, una cuidadosa producción y unas cocinas mexicanas como set, será sin duda un producto digno de exportación hacia Europa y Estados Unidos, donde todavía la fridomanía no ha declinado.

Lupe Marín explicó durante la rueda de prensa de presentación de la serie, que los platillos que habría de preparar en diversos fogones de cocinas mexicanas pertenecían al recetario que heredó de su abuela, madre de Diego Rivera, hombre que era de muy buen diente y mejor estómago, como se apreciaba desde cualquier ángulo. En el recetario de su antepasada, Lupe Rivera atesora platillos que tienen origen prehispánico y otros que son muestra de la primera cocina mestiza mexicana.

Algunos de esos guisos eran los preferidos de su padre; lo eran, por ejemplo, el clemole de Oaxaca, mejor conocido como "manchamanteles". A Frida le encantaba comer pato silvestre proveniente de Iztapalapa, mismo que ella aromatizaba con yerbas como el quelite y el epazote, para quitarle el sabor a tierra.

El aperitivo perfecto para las espléndidas comidas que ha preparado y preparará doña Lupe Rivera es la charla y el tequilita que comparte con pintores, escritores y actores, muchos de los cuales fueron alumnos, ayudantes y amigos de Diego y Frida. Por el escenario de cocinas como las del convento de Santa Rosa en Puebla; del Museo de Culturas Populares, en Toluca; de la casa de Emilio Indio Fernández y otras más, Lupe platica mientras guisa (como hacen las cocineras de cepa) con ilustres del arte como Gilberto Aceves Navarro, Hugo Gutiérrez Vega, Rina Lazo y Arturo García Bustos, entre otros que desfilarán en el espacio televisivo.

Ojalá que esta serie dedicada a la más tradicional cocina mexicana nos motive a desempolvar esos antiguos recetarios que heredamos de nuestras madres y abuelas. La cocina de Diego y Frida, el sabor de un mundo se transmite todos los miércoles a las 20:30 horas, por el canal 22.

*Periodista

viragarcia1952@aol.com