Opinion

En general, el público percibe a la Economía como una ciencia ?por decir lo menos- compleja, difícil y sofisticada. Tiene, incluso, un halo de ?misteriosa?. Mi propia experiencia como profesor me ha enseñado que muchos de los estudiantes de las carreras de las Escuelas de Negocios entran al salón de clases en la primera lección de Micro o de Macroeconomía con temor y miedo. Y no es fácil vencer esa resistencia inicial, aunque es una tarea primordial para que el alumno perciba la utilidad e importancia de comprender los principios económicos básicos.

Sin embargo, muy probablemente, la responsabilidad de esta situación es de los propios economistas, que no hemos sabido comunicarnos adecuadamente con el público. El uso (¿abuso?) del lenguaje técnico ha tenido alguna responsabilidad. No obstante, existe ahora en la Ciudad de México -la otrora ciudad de la esperanza- un magnífico lugar para aprender -en forma por demás novedosa y divertida- los fundamentos de la Economía. En efecto, en Tacuba 17, esquina con Bolívar, en pleno centro, el Banco de México apostó por un proyecto singular: el Museo Interactivo de Economía (MIDE).

Visitar el MIDE es una experiencia atractiva y entretenida. El museo está instalado en un edificio extraordinariamente bello del siglo XVIII: el Hospital de Nuestra Señora de Belén y San Francisco Xavier, conocido popularmente desde entonces como el Convento de los Betlemitas. Este nombre proviene de una orden fundada en Guatemala en 1653 por Fray Pedro de Betancourt y que se instaló en nuestro país años después. Esta orden, por cierto, es la única fundada en América.

En los primeros años el edificio fue utilizado -de acuerdo a la vocación de la orden de los Betlehemitas- como convento, hospital, hostería, escuela de novicios y escuela pública. En esa época la calle de Tacuba -que entonces se llamaba San Andrés- era la calle más importante de la Ciudad de México. Iba desde la Plaza Mayor ?hoy el zócalo- hasta la Alameda, donde terminaba la ciudad.

El Banco de México adquirió este edificio a finales de la década de los ochenta. La obra de restauración se prolongó por aproximadamente 15 años, pues el edificio estaba muy deteriorado y se buscó respetar al máximo la obra original. Es importante señalar que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) participó activamente en la restauración. El resultado del rescate es una joya de la arquitectura colonial que merece ser visitado tan sólo por el edificio en sí. Pero si añadimos la experiencia interactiva del MIDE, la visita se convierte en un evento singular por todo lo que se puede aprender.

El MIDE se concibió con la finalidad de fomentar el desarrollo de una cultura económica básica en la sociedad mexicana. El museo es la columna vertebral de un proyecto educativo que contará, además, con un Centro de Información, un Foro Educativo y un Programa Cultural. La sorpresa aguarda al visitante desde el primer patio ?que es muy hermoso-, ya que la tecnología se mezcla en forma respetuosa con el ambiente colonial del edificio. La interactividad nos acompañará a lo largo de todo el recorrido, favoreciendo el aprendizaje, tanto de niños como de adultos.

Algunas salas destacan especialmente por la innovación de elementos tecnológicos que facilitan la comprensión de los conceptos económicos. Por ejemplo, aquella en la que se replica ?con una simulación personal en tiempo real- el comportamiento de los oferentes y de los consumidores en el mercado para alcanzar un precio de equilibrio. O aquella otra en donde se visualiza en tiempo real el cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (el INPC). Incluso hay un simulador con el que se puede determinar la inflación personal.

Realmente merece la pena que se recorra el museo con tiempo para explorar cada uno de los rincones del MIDE. El museo está diseñado para ofrecer diversión y aprendizaje para todas las edades.

El MIDE opera sin fines de lucro. La admisión general cuesta 45 pesos, aunque para profesores y alumnos con credencial vigente el precio disminuye 10 pesos. Los horarios son los siguientes. Lunes a sábado, de 9 a 19 horas. Domingos, de 10 a 17 horas.

Felicitamos al Banco de México y a su Junta de Gobierno por este enorme acierto. La felicitación se extiende, también, a Silvia Singer, Directora del MIDE y a todo su equipo.

Estoy abierto a sus comentarios y sugerencias.

jfpulidom@gmail.com Economista