Opinion

"No voy a ser el Zedillo de 2006", disparó molestísimo el candidato presidencial de la Alianza por México, Roberto Madrazo , frente a los gobernadores del PRI, que la noche del 3 de julio lo arrinconaron para que le levantara el puño de triunfador a Felipe Calderón.

Los mandatarios estatales no podían creer lo que estaban escuchando en el cónclave con su candidato presidencial. Uno de los operadores más fieles del madracismo, el mandatario oaxaqueño, Ulises Ruiz, se mostraba inquietísimo. No aguantó más y se dirigió al tabasqueño: "Hay que reconocer el triunfo de Felipe Calderón".

Don Ulises lo planteó como un pacto tomado por los gobernadores, la víspera del encuentro con Madrazo. El mandatario de Durango, Ismael Hernández Deras, frenó en seco a Ruiz: "Esto no es un acuerdo".

Madrazo se distanció de Ulises Ruiz . Todo quedó, como ya sabemos, en la expresión de reconocimiento de la derrota para el PRI, el respaldo a la autoridad electoral y una apuesta por la estabilidad política del país. El tabasqueño ya no contestó ayer a las llamadas telefónicas del gobernador de Oaxaca.

Bajo Reserva le contamos que las pugnas por la presidencia del PRI se echaron a andar la misma noche del domingo 2 de julio. Para la sustitución de Mariano Palacios Alcocer comenzaron a sonar algunos nombres. Ahora hay un tercero, el de José Ramón Martel , que se suma a los de Beatriz Paredes y Enrique Jackson.

Martel ya se había promovido antes, principalmente cuando la profesora Elba Esther Gordillo renunció en septiembre del año pasado a la secretaría general del PRI. En ese entonces, don José Ramón quiso que le beneficiara el orden de prelación previsto en los estatutos. Recuerde usted que él era secretario de Organización. Una operación política madracista se lo impidió, para que César Augusto Santiago asumiera la presidencia por 15 minutos; luego dio paso a don Mariano.

Pero la pelea por la dirigencia del PRI no queda ahí. Algunos actores ven la oportunidad para quedarse con las coordinaciones priístas en la Cámara de Diputados y el Senado. Uno de los grupos empuja a Emilio Gamboa Patrón para tener el control de la bancada en San Lázaro. Otro apoya a César Camacho Quiroz.

El pleito para la coordinación en el Senado está entre los sectores que respaldan a Manlio Fabio Beltrones y los que quieren a Carlos Jiménez Macías. En dos semanas, los priístas terminarán por repartirse estos puestos y lo que queda del partido.

Una candente reunión se dio anoche en la oficina del consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde . La dirigencia de la coalición Por el Bien de Todos, encabezada por Leonel Cota , planteó: recuento de votos o movilización social. Ugalde les dijo que no hará nada que implique violar la ley.

Los perredistas también exigieron a Ugalde que frene al secretario de Gobernación, Carlos Abascal, porque el funcionario se ha dedicado a convencer a gobernadores y líderes partidistas de que acepten la ventaja que lleva el candidato presidencial panista Felipe Calderón, además de hacer declaraciones sobre el Programa de Resultados Electorales Preliminares.

El consejero Ugalde les comentó que ése no era su problema. Cota se hizo acompañar de Manuel Camacho, Jesús Ortega, Ricardo Monreal, Alberto Anaya y Horacio Duarte. Los más encendidos en sus reclamos fueron Cota, Camacho y Monreal.

Con una mirada desde el exterior, el mexicanólogo Armand Peschard Svedrup señala que algunos sectores de la izquierda mexicana deberían pensar dos veces antes de salir a las calles a defender un supuesto triunfo de Andrés Manuel López Obrador.

El director del Proyecto México del Center for Strategic and International Studies sostiene que con estas movilizaciones la izquierda estaría poniendo en riesgo, sin una razón válida, el espacio político ganado en esta elección y que les ha tomado décadas construir.