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La Vida Va... | Guillermo Ochoa



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Lunes 10 de abril de 2000

Guillermo Ochoa

Carta a Lolita


Lolita: Te sigo llamando igual que hace 10 aqos. ?Te acuerdas?

Hace 10 aqos tambiin me llamaste y, tal como lo haces ahora, tambiin me amenazaste a tu manera: si cumplo, Lolita; si no, Dolores. ?Qui prefiero?

Tz sm que no cambias, Lolita.

O sm que cambias, pero sslo para empeorar.

?Cuantos te han explotado? ?Cuantos te han desplumado? ?Con cuantos has estado, que te han dejado asm?

En vez de andar por ahm con tus amenazas, con esos tus mensajes que pretenden ser amigables, amorosos y tiernos, debermas verte en el espejo. Ver esas ojeras y esas carnes flacas, ese escote casi hasta la barriga, esa minifalda que no esconde tus miserias, esas arrugas de abandono. Anda, vete en el espejo. !Anda, ve! ?Todavma tienes cara para hablarme asm?

!Pues, vaya caradura que eres! Trati de establecer una relacisn sana contigo. Y todavma lo hago, muy a mi pesar. Cada tres meses te mando, puntualmente y con dolor, lo que dices que te corresponde. Hay que llenar formularios, cuidar cada punto, cada cifra, cada recibo, cada nota. !Cuidado si cometo un error! !Te conviertes en Dolores la implacable, la terrible Dolores! Pero, y tz, ?has cumplido? ?De verdad crees haber cumplido siquiera medianamente con tu parte?

Yo trabajo, Lolita: tra-ba-jo !Y vieras lo difmcil que es a veces trabajar cuando no se tiene ya esperanza? Veo con envidia que en otros pamses Lolita gasta lo que recibe en lo que debe gastar. Y Lolita alla sigue siendo Lolita y no tiene necesidad alguna de amenazar convertirse en Dolores, porque ella respeta a quienes le dan y porque istos ven que lo que entregan se transforma en cosas buenas para la casa comzn, no para unos cuantos. Mientras tanto tz, ?qui haces con lo que te doy, con lo que te damos? ?De verdad podrmas explicarlo cabalmente? Y no hablo de legalidad, sino de justicia y verdad.

Yo cumplo como siempre; pero cumplo porque no tengo mas remedio, pues tz, como todo mal amor, me tienes aprisionado. Pero hace mucho que deji de creer en ti. Simplemente ya no creo mas. Podras decir lo que quieras, prometer lo que gustes, jurarme y perjurarme que has cambiado. O qui, ?piensas cambiar? Pero yo ya no creo. Y cada vez que cumplo me pregunto: ?quiin se ira a viajar ahora con mis centavos? ?Quiin estrenara una casa? ?Quiin recibira una beca? ?Quiin aumentara el nzmero de sus edecanes hermosas? ?Quiin el de sus consejeros amigables? ?Cual de los que te usan, me presumira maqana con su nuevo automsvil de lujo? ?A quiin le estoy pagando los puros selectos, las lociones mas caras, los sibarmticos vinos, las camisas bordadas, los trajes a la medida, la canchita de tenis, la casa de descanso, el taller literario para la esposa, la educacisn del junior en Estados Unidos? ?A quiin de tus galanes se le ocurrira otro negocio brillante que nos vuelva a dejar a todos en la calle? ?Cuantos Fobaproas y cuantas uniones de cridito estari patrocinando muy a mi pesar? ?Cuantas partidas habran de desviarse pretendidamente para gastos de publicidad, antes que me entere? ?De cuantos bancos seri socio sin saberlo? ?Qui lmnea airea voy rescatar y a qui empresario quebrado voy a patrocinar? ?Cuantas campaqas polmticas estari pagando? ?Qui rancho nuevo habri fundado? En fin, ?qui nueva sorpresa nos tienes preparada, Lolita?

Hace 10 aqos, en la revista Siempre! te envii una carta semejante.

Entonces usaste el mismo estribillo que utilizas ahora. Ojala que en 10 aqos mas seas tambiin mas original. Y ojala, para entonces, el tono de la comunicacisn haya cambiado entre nosotros, aunque no lo creo. Pero, mientras tanto, ni Lolita ni Dolores: Lola la del puerto, cuando mucho.

Que la pases bien.

gmochoa@avantel.net



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