Opinion

La primera dama Marta Sahagún le dio ayer a sus adversarios un argumento más para machacarle al asunto de las acusaciones de enriquecimiento ilícito de sus hijos, los Bribiesca , quienes habrían incurrido en tráfico de influencias, aunque Presidencia lo niega. La señora Sahagún dijo en Washington que a los hijos "hay que dejarlos hacer lo que quieran", y el incendio se hará incontrolable.

Por aquello de que más vale pájaro en mano que ciento volando, la dirigencia nacional del PAN se hizo a un lado y los albiazules desistieron de jugar como abogados en todas las tribunas. El líder panista, Manuel Espino, se desmarcó al decir: "Espero que la de los señores Bribiesca sea una realidad; no nos corresponde decir si son honorables".

HOTELAZO. En su esfuerzo por atraer los reflectores, las autoridades del DF no cesan en sus intentos de lanzar buscapiés en el caso de los cubanos expulsados del María Isabel Sheraton, para quedar como paladines de la antidiscriminación. La administración capitalina y la delegacional buscan lavar la imagen cubana y quedar bien con los isleños. Pero los defensores son a su vez promotores del verdugo; al parecer se les olvidó borrar de su lista de recomendados al citado hotel, al que ahora acusan de racista y violador de las leyes que rigen el comercio en la ciudad y sobre el que advierten dejarán caer todo el peso de la ley , a ver si al final de la faena no le tiembla la mano a Virginia Jaramillo para culminar con la estocada . Por cierto, ¿no es también discriminatorio agarrar a toletazos a 30 indígenas triquis en el Zócalo?

¿AHORA SÍ? El procurador Daniel Cabeza de Vaca reconoció que el gobierno está en una guerra contra el crimen organizado, al inaugurar la XVII Conferencia Nacional de Procuradores; cambió el discurso de "estamos tranquilos" a una petición urgente de unir esfuerzos. Ahí fue visto por última vez como procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida , quien deja el cargo sin resolver el caso Salinas . ¿Le urgirá fuero?