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La Voz Invitada | Poli Dilano



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Martes 04 de abril de 2000

Poli Dilano

Las canciones y la ruptura del amor


Entre las mzltiples encuestas que en todas partes se han hecho zltimamente para destacar las figuras y las obras mas relevantes del siglo XX, en distintos ambitos del quehacer humano, la cancisn Yesterday, del beatle Paul McCartney, se impuso como el tema del siglo. Creo que sm se trata de una gran cancisn, y me gans desde las primeras veces que la escuchi. No tardi en aprenderla de memoria para mal canturrearla en cualquier tertulia nocturna, a la hora de las prendas. Es una cancisn muy nostalgica que se refiere a aquel tiempo pasado que, al parecer de Jorge Manrique, siempre fue mejor. El personaje es un hombre gastado por la vida que va entrando en la madurez y que entiende que antes, ayer, el juego del amor era muy facil de jugar, pero que ahora necesita un lugar donde esconderse. Ademas, ha perdido a la mujer que ama.

En mi novela El hombre de la mascara de cuero, ambientada en el Mixico de los 60, aparece una mujer vieja, estadounidense, un tanto chiflada, que suele divagar y elaborar teormas acerca de la mzsica. En cierta ocasisn dice: Bueno, he permanecido casi tres horas escuchando discos, distintas canciones, y por eso me siento capaz de emprender la primera smntesis o, mejor, el primer bosquejo de mi formidable teorma. Su teorma es que hay ciertos leit motiv que predominan en la cancisn universal de cualquier latitud, de cualquier raza, quiza hasta de cualquier ipoca. Emprende la traduccisn de una lmnea de Yesterday: ?por qui mi amor se fue?, no lo si, no me lo dijo, y luego analiza: Existe aqum el desconcierto del abandonado que, sin haber seguido desde dentro la vida y los cambios de su pareja, se muestra incapaz de comprender que de la noche a la maqana le hayan dado calabazas y se encuentra entonces solo... ?Hay alguna diferencia se pregunta luego la vieja entre esa frase de McCartney y los Siete puqales que solma cantar el genial poeta Rolando Cardenas: Acuirdate que sin razsn, te fuiste sin decirme adiss, dejandome clavados siete puqales en el corazsn?... Una cancisn inglesa sajona de los 60 y un bolerito latino de los 40. ?Pero qui diferencia podrma establecerse entre ese why she had to go, I don't know, she wouldn't say y el acuirdate que sin razsn, te fuiste sin decirme adiss? Es claro que en este punto ambas canciones estan diciendo la misma cosa. Y sigue la anciana buscando ejemplos que apoyen su tesis. Llega a Argentina, a la voz inconfundible del maestro Rufino lamentandose frente a la desertora: Yo te ruego que al menos me digas por qui me castigas. Porque el hombre de ese tango no sabe qui pass, ni por qui fue que la luz del amor se apags. ?No es lo mismo?, se pregunta. Y no es lo mismo lo que grita este otro tango: ?Decmme qui paso, no alcanzo a comprender, por qui no me miras, corazsn como ayer? ?Y no es lo mismo, concluye, concentrandose en un bolero de Agustmn Lara. ?Por qui se fue? Tu la dejaste ir, vereda tropical. Todo es lo mismo dice la anciana, no confundirse, it's still the same old story, querido Humphrey Bogart, la historia del hombre, de la pareja, de lo que pudo haber sido y no fue... !Y pienso en la de canciones, tangos, boleros que podrmamos buscar para seguir alargando la lista!



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