aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Detrás de la Noticia | Ricardo Rocha

Cien días cruciales

Ricardo Rocha ha sido redactor, reportero, corresponsal de guerra, productor y conductor de programas.

En 1977 cubrió por dos meses la ...

Más de Ricardo Rocha



COLUMNAS ANTERIORES


Ver más columnas
El 2006 comenzó hace mucho tiempo: cuando en noviembre de 2003 se publicó la primera encuesta que estableció a Andrés Manuel López Obrador a la cabeza de las preferencias para el relevo sexenal de este año

Lunes 09 de enero de 2006

Cien días cruciales

El 2006 comenzó hace mucho tiempo: cuando en noviembre de 2003 se publicó la primera encuesta que estableció a Andrés Manuel López Obrador a la cabeza de las preferencias para el relevo sexenal de este año. Antes, Vicente Fox ya había proclamado su anticonstitucional sistema de gobierno definido por él mismo como "la pareja presidencial"; exhibió, también sin pudor, un cansancio prematuro y anticipado cuando expresó sus deseos de regresar cuanto antes al rancho.

Se aceleró así un proceso que derivó en una abortada y feroz disputa entre aspirantes, y marcada por una ruta crítica de linchamiento que aún no concluye: el Paraje San Juan, los videoescándalos, el predio El Encino, el desafuero y la amenaza seudojurídica de cárcel e inhabilitación al más favorecido por la mayoría de los habitantes de este país. Hasta que los más de un millón que marcharon obligaron al gobierno a dar marcha atrás y López Obrador pudo consolidarse como candidato de la izquierda.

En paralelo, el PRI vivió su proceso interno por vez primera sin el dedo omnímodo del Presidente de la República en turno como el gran elector. Y fue un desastre. Los contendientes destaparon las cloacas de su pasado inmediato y se arrojaron el contenido. El resultado ha sido el desplome en las encuestas de Roberto Madrazo, que ha pasado de ser un candidato de segunda a uno de tercera. Sus posibilidades ahora están minadas por las evidencias de su imagen de carnicero político, manchado por el salpicadero de sangre de sus víctimas mientras esboza su mejor sonrisa. Si eso es capaz de hacer con sus congéneres, qué no hará con el país, es lo que muchos especulan.

El PAN, en cambio, vivió un proceso más o menos terso, marcado por el derrumbe estrepitoso de Santiagoyanimeacuerdo y su vergonzante escándalo por sus convenencieras casas de apuesta.

En contraste, Felipe Calderón apeló a su raigambre panista de pura cepa y consolidó una candidatura que además lo posicionó favorablemente en la opinión pública. Ha desplazado del segundo lugar a Madrazo y está a 10 puntos de López Obrador, según la mayoría de las mediciones serias y confiables.

Así están en el arrancadero los tres principales aspirantes a ejercer la Presidencia de la República en este desdichado país para el sexenio de 2006 a 2012.

Y aunque es obvio que el 2 de julio es el momento decisivo, los próximos 100 días serán decisorios.

Es cierto que faltan aún 175 días para la elección presidencial. Pero si para finales de marzo López Obrador logra mantener o ampliar su ventaja, será imparable. Habrá vencido a los demonios persecutorios que lo han acosado durante mas de dos años y muy probablemente sumará a sectores todavía indecisos que no forman parte del voto duro de sus partidos. En el otro extremo, el candidato que vaya rezagado en el tercer lugar quedará eliminado por nocaut técnico y, para efectos prácticos, fuera de la contienda. Este escenario propenderá a la polarización de las preferencias entre los dos punteros. Una especie de voto útil implícito, aunque no necesariamente explícito.

Desde luego que son numerosos los factores que jugarán en estos 100 días cruciales. Sus temporalidades y pesos específicos serán muy variables, dependiendo de las estrategias, movilidad y capacidad de reacción de los propios contendientes, sus partidos y sus equipos de campaña. Aquí están algunos de ellos en un forzoso desorden.

-El gobierno de Vicente Fox ya está operando en favor de Felipe Calderón, el candidato del PAN. Todos los días lleva a cabo una permanente y asfixiante campaña que intenta -con éxito o no- convencer al electorado de que lo que más nos conviene es que todo siga igual. Pero además opera impúdicamente decisiones, como la del endoso de Josefina Vázquez Mota a la coordinación de la campaña calderonista, con la esperanza de beneficiar a su candidato mediante el caudal de contactos y agradecimientos de los beneficiarios del populismo de derecha del presente régimen. Para cerrar la pinza ha puesto en Sedesol a Ana Teresa Aranda, una incondicional de esa política ultraderechista, quien en su momento fue acusada por los propios panistas de favorecer con recursos y desde su cargo en el DIF a Felipe Calderón en la contienda interna. Más turbia, ni el agua.

-En una contienda tan despiadada e inequitativa, el papel del árbitro será fundamental. Luis Carlos Ugalde y el resto de los consejeros del IFE tienen ante sí la oportunidad histórica de trascender si logran mediar con inteligencia y decisión en una batalla que se puede anticipar como sucia y truculenta. Por supuesto que también, en su momento, contarán la Fepade y el TEPJF, pero será en otros tiempos. Por ahora, es el IFE la institución de mayor responsabilidad.

-Por cierto, llama la atención la campaña del poderoso sector empresarial machacando sobre la infalibilidad de nuestros órganos electorales, con el argumento sospechoso de que ha de respetarse el resultado sea cual fuere y sin el menor asomo de protesta de ninguno de los participantes. Nada más falso. Para eso están todas las instancias que los ciudadanos nos hemos dado. Para hacer del actual un proceso transparente y convincente que en este

2006 refrende la vocación democrática del 2000 sin el menor asomo de duda. En este sentido, no es aceptable que el espíritu original del Pacto de Chapultepec de un acuerdo convocante e incluyente se transforme en una intencionada camisa de fuerza que eventualmente intente convalidar un resultado tramposo. Nunca se trató de eso. Los árbitros también estarán a prueba y deberán ganarse en los hechos la confianza de los electores.

-El dinero y los medios también juegan. La vigilancia sobre los ríos de recursos destinados a las campañas en radio y televisión deberá ser igualmente estricta. También estarán a prueba las estrategias de cada partido sobre el balance entre campañas de spots y el recorrido más esforzado por los caminos y las plazas públicas. En el caso del manejo ético o mañoso de los medios en la cobertura de cada candidato, no hay modo de regularlo. Pero sí habrá un castigo social que cada medio deberá evaluar si vale la pena asumirlo.

-Y hablando de eso, no cesan las revelaciones sobre escándalos de corrupción de miembros de la familia presidencial, particularmente los hijos de la señora Marta. A los panistas y su candidato les urge deslindarse para no pagar los costos en las urnas.

-En el caso de la alianza Por el Bien de Todos -PRD, PT y Convergencia-, está cada vez más claro que el sub Marcos intenta restarle votos. "La otra campaña" es en realidad la otra patraña que -luego del penoso embate encarnado en Cuauhtémoc Cárdenas- intenta debilitar a la izquierda. El único antídoto es no hacerle el juego.

Desde luego que hay otros muchos factores. Ya habrá tiempo de hablar de ellos.



Comenta la Nota
PUBLICIDAD.