Opinion

Comenzamos con GLORIA RUBIO Y ALATORRE DE GUINNESS, que a juicio de muchos, ha sido la número uno. Nacida en en Veracruz, contrajo matrimonio en cuatro ocasiones; la primera con un señor de apellido Scholtens. En 1935 se casó con el conde Franz Egon von Furstenberg-Herdringen, con quien tuvo dos hijos: Dolores (que contrajo matrimonio con su hermanastro Patrick Guinness) y Franz.

El siguiente "afortunado" fue el príncipe Ahmed Fakhri Bey, nieto del rey Fuad I de Egipto y sobrino de Fawzia de Egipto y del rey Farouk de Egipto. Su último marido fue Loel Guinness, miembro del parlamento inglés.

Poseedora de una elegancia excepcional y de un carácter un tanto arrogante, la verdad es que pocas compatriotas han tenido el roce social que ella tuvo con el jet set internacional.

FLORA DE LA MORA era una de esas bellezas que arrancaba suspiros. Hija de don José de la Mora, un banquero y empresario de Coahuila, fue, junto con su entonces marido Benjamín Burillo, una de los ocho sobrevivientes de un avionazo en la ciudad de Dallas, en el que perdieron la vida sus padres y dos hermanas.

Reina del baile Blanco y Negro, muy famoso allá por los años 40, campeona de golf, esquí acuático y slalom. Madre de seis hijos y 12 nietos, durante 20 años se le podía encontrar todos los miércoles en la mesa que tenían reservada para ella en el Rívoli. Segura de su belleza (que ayudaron a prolongar en su madurez Ivo Pitanguy y el doctor López Infante), aceptó modelar a los 60 años para una firma de cosméticos y una casa de ropa íntima.

En la actualidad, aún mantiene la promesa de enviar una tarjeta de felicitación durante las navidades, a un apuesto francés que conoció durante un viaje a Amamet (Túnez). Su nombre: Hubert de Givenchy.

La veracruzana SOFÍA CELORIO MENDOZA, más conocida como Sofía Bassi, fue también una socialité de gran belleza, que hizo correr ríos de tinta no sólo por su presencia, también por su trabajo como pintora, pero sobre todo, por un escándalo que cambió su vida para siempre.

Según cuentan las crónicas de la época, el primero de enero de 1966, Sofía, que se encontraba en la Quinta Babaji, la residencia que habitaba con su familia en Las Brisas de Acapulco, se dirigió pistola en mano a la alberca en la que se encontraba nadando su yerno, el conde Cesare D`Aquarone, y disparó contra él la carga completa de su Beretta calibre .32.

Numerosas sospechas y conjeturas levantó este caso, que terminó con el encarcelamiento de la pintora en la prisión de Acapulco, donde se conserva (al menos eso esperamos) el único mural realizado a cuatro manos, por sus amigos que la visitaban en la cárcel: Alberto Gironella, José Luis Cuevas, Francisco Corzas y Rafael Coronel. Casada con el doctor ítalo-mexicano Jean Franco Bassi, procreó un hijo (Franco), Sofía tenía otros dos de un matrimonio anterior: Hadelin y Claire Diericx (esta última esposa del conde asesinado).

Podríamos seguir mencionando a muchas otras mexicanas, como MARY CUSI DE ESCANDÓN; ROSA DE ONTAÑÓN (una de las mejor vestidas), EUGENIA RENDÓN OLAZÁBAL, EVA GONDA DE GARZA LAGÜERA , NADINA GARZA, MAGDA LIEJA, LUCÍA GÓMEZ DE PARADA (casada con Billy Guinness), PATRICIA DE BARRIOS GÓMEZ (que con su esposo Agustín, marcó toda una época en la vida social de México), o PEPITA CUEVAS DE SERRANO.

Sin embargo, me gustaría mencionar a algunas de las socialités "del nuevo milenio", que en su gran mayoría han añadido al término una característica más: su interés por labrarse un camino en el terreno profesional. Tal es el caso de ANA LUCÍA DE TERESA, emparentada con los Grimaldi de Mónaco por vía paterna (los Polignac).

Ana Lucía se casó con el financiero franco-inglés Nicholas Adam y reside desde hace años en París. Hija de Joaquín de Teresa y Polignac y de Ana Alicia Aguilar, estudió diseño de moda en la prestigiosa escuela Esmode, en París, colaboró durante algún tiempo en la fábrica matriz de Hermés y participó en el diseño de la colección primavera-verano 1994 de la casa Lanvin (cuya fundadora estuvo casada con un antepasado suyo).

Más tarde, estudió un diplomado en arte, al tiempo que diseña vestidos y joyas para sus amistades.

MÓNICA SÁNCHEZ-NAVARRO entró a las grandes ligas tras su matrimonio con el español Ricky Fuster Garaizábal, hijo de un ingeniero aeronáutico ya fallecido, que vendía aviones y representaba en España a la empresa MacDonell Douglas. Ricky, al igual que su hermano Álvaro, es uno de los mejores amigos del príncipe Felipe de Borbón, a quien conocen desde la infancia.

Por cierto, durante la famosa boda del siglo en España (la de los príncipes de Asturias), Mónica, que lucía un espectacular traje de Chanel, fue catalogada por las revistas de sociedad, tanto de México como de España, como una de las más elegantes del evento, junto con Rania de Jordania, Carolina de Mónaco y la infanta Elena.

La guapa GENOVEVA CASANOVA conquistó el corazón de Cayetano Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, conde de Salvatierra, e hijo de la duquesa de Alba, con quien procreó a los gemelos Luis y Amina. Tras cinco años de vida en común, la pareja acaba de anunciar su boda para el próximo 15 de octubre. Pero Genoveva no es sólo una cara bonita: estudió filosofía, ha escrito varios ensayos sobre la materia, así como poesía y cuentos cortos, que algún día planea publicar.

Hace unos meses abrió una tienda en Sevilla, donde vende muebles, joyas y artesanía de África. En la tienda ha destinado un espacio para promover el arte y la fotografía. Sin embargo, no se olvida de México. Se sabe que Genoveva donó recientemente una jugosa suma de dinero a World Education & Development Fund, a través del cual pretende apoyar al Centro de Capacitación y Desarrollo Mixe (CECAM), dedicado a la educación de jóvenes indígenas y al rescate de las tradiciones musicales del estado de Oaxaca.

Podríamos incluir también a ALEJANDRA DE CIMA , VIVIANA CORCUERA DE RODRÍGUEZ Y LILIANA SADA , entre otras.