Opinion

Le agradezco muy sinceramente su comunicación, sobre todo en un tema que muchas veces se piensa "exclusivamente femenino". Me imagino su angustia, su temor, seguramente sus culpas, pero desde el momento en que usted está viendo de frente el problema y esta buscando la mejor solución posible las cosas marcharán un poco mejor.

Muy pocos papás varones hablan en voz alta de lo que les sucede. La reacción típica es "culpar a la novia" o "desaparecer al hijo", le inventan un viaje, los sacan del mapa y se niegan a aceptar la paternidad. Qué bueno que ese no es su caso, lo felicito.

Un buen inicio sería que usted, su esposa y los papás de la novia lograran ponerse de acuerdo en la manera en que se buscarán soluciones. No los dejen solos, pero tampoco les resuelvan todo. Así que ustedes como adultos tendrán que analizar y negociar algunos puntos. Por ejemplo, ¿ellos quieren que el embarazo continúe? ¿la menor está interesada en ello? ¿han pensado en tenerlo y darlo en adopción?, ¿quién se hará cargo de los gastos del parto?, ¿cuáles son los derechos de la joven madre y cuáles los del joven padre? ¿Con quién vivirá el bebé?

Por supuesto que hay que incluir a los adolescentes en la conversación, pero después de que ustedes hayan dialogado. Hay papás de chicas que las corren de su casa, que viven el embarazo como la más grave afrenta, les dejan de hablar, las devalúan terriblemente ¿cuál es la posición de los padres de la novia?, ¿aceptan a su hijo?

El matrimonio a esta edad es casi un rotundo fracaso, pues no existe la madurez emocional ni sicológica para darle forma a un hogar. Cierto, nuestras abuelas se casaron a edades tempranas, pero los tiempos eran otros. Hoy hay que tomar en cuenta que los menores deben continuar con sus estudios, pero no estaría mal que su hijo ocupara algunas horas de su semana en trabajar para resolver los gastos más apremiantes.

Una de las partes más complicadas la lleva la mujer, ya que es la que tiene que vivir el embarazo, a veces su cuerpo no esta del todo listo para él y por ello corren algunos riesgos. En muchas escuelas cuando descubren que las chicas están embarazadas las corren porque temen que "el mal ejemplo cunda por toda la escuela".

El estigma social para ellas es mucho más fuerte. Hay que ayudarla a continuar con sus estudios y a realizar sus propios intereses.

Algunos padres optan por la adopción de sus nietos como hijos, pero esto trae consigo numerosos problemas. En primer lugar es un delito ya tipificado, registrar como propio a un (a) hijo (a) que no lo es. Después, el o la menor crecerían dentro de una mentira. Además, le estamos diciendo a nuestro (a) hijo (a) "tú no eres capaz", así que yo ocuparé tu lugar. Aquí se trata de acompañar al hijo durante su travesía por esta situación de la que tiene mucho que aprender. Si usted ocupa su lugar no lo ayudará a crecer.

Le propongo que considere a la terapia familiar como una opción para irle dando forma al asunto. En ella pueden participar usted, su esposa y los adolescentes involucrados. Es importante que usted no se sienta como el único responsable y que cada uno tome la parte que le corresponde. Otro camino sería la terapia individual en donde podría hacer una revisión más detallada de su propia historia ¿qué va a hacer con sus culpas?, ¿para qué le sirven?

El embarazo adolescente es uno de los problemas sociales que viven muchos padres de familia y no todos están dispuestos a enfrentarlo, se buscan salidas falsas, que llegan a producir dolor y severas fracturas en las familias.

Los jóvenes por su parte también están muy desprotegidos, se les niega la educación sexual que les ayudaría a sensibilizarse sobre el tema y además los entrenaría para protegerse. Son varios los estudios profesionales que han comprobado que los jóvenes con educación sexual objetiva y científica posponen el inicio de sus relaciones o utilizan protección.

Por otro lado, no hay programas para atenderlos y ayudarlos cuando se presentan los embarazos no deseados. Hay instituciones que, llenándolos de miedo y culpa, los presionan para tener a los bebés y luego los dan en adopción, sin embargo, no todas las chicas embarazadas desean llegar a término, lo que las obliga a recurrir al aborto clandestino.

Imagino que se encuentra en una situación poco fácil, pero también estÁ en posibilidad de ayudar y contribuir a la formación de un varón responsable, de un futuro padre que asumirá la consecuencia de sus actos. Cierto, se equivocó, pero de ese error pueden aprender muchas cosas.

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