Opinion

Se habla ya de que esta huelga trae consigo la desaparición del Canal 40. Sin embargo, la huelga es necesaria. Es un paso en favor de la economía y la dignidad de los trabajadores de CNI y un camino para que la opinión pública conozca al verdadero Javier Moreno Valle, un hombre que no sólo defraudó la confianza de sus socios y empleados al utilizar para su bolsillo los millones de pesos que ingresaron a CNI por concepto de publicidad tengo en mi poder documentos que lo prueban; también desilusionó a sus trabajadores que confiaban en sus promesas de pago de los adeudos, mismas que hasta hoy no se cumplen.

Por igual, dañó la confianza de empresarios que le prestaron dinero, tal es el caso de Francisco Ibarra, titular de Grupo Acir. En este renglón hay que incluir el adeudo que tiene con Ricardo Salinas Pliego, con quien firmó una carta de intención, en el año 1998. En esta larga lista de engaños, incluyo los miles de dólares que le debe a Satmex y al IMSS; los otros tantos que no ha pagado a su ex mujer, Gina Díez Barroso y los 3 millones 206 mil pesos que adeuda a la Secretaría de Hacienda por concepto de impuestos del periodo junio-octubre del año 2000, en que, por cierto, a la chequera de Moreno Valle ingresó un buen de dinero. Hasta al dueño del World Trade Center le vio la cara, pues no le ha pagado la renta del piso 41, sede del canal.

Y la estafa también se la hizo Moreno Valle al Estado mexicano quien le otorgó vía la Secretaría de Comunicaciones y Transportes una concesión pública, al considerarlo un sujeto honesto y con capacidad financiera para hacer uso del espectro radioeléctrico. Y ¿qué decir del engaño a la teleaudiencia? Grande es también este boquete que abrió y acabó con la confianza de muchos mexicanos que una y otra vez remember El Chiquihuitazo creyeron en sus palabras y en las de su empleado más cercano, Ciro Gómez Leyva. Ambos también, de tanto en tanto, han utilizado la pantalla para fines personales ajenos a los objetivos de una concesión. Es histórica la entrevistalinchamiento de Ciro Gómez Leyva contra Carlos Alejandro Franco, quien desde Publicorp empresa para la que diseñó varias campañas se enteró y pudo documentar la existencia de El Cochinito que Luis Kelly ideó con dinero del Gobierno del DF para el que parecía terso futuro electoral de Rosario Robles. Es muy reveladora la frase: "Lo siento, tenía que hacerlo", que Gómez Leyva le espetó a Franco mientras le tendía la mano a modo de despedida, esa noche de mayo del 2001, noche de linchamiento ante las cámaras del 40; los dineros de la otrora poderosa jefa de gobierno hacia CNI, también están documentados por Carlos Alejandro Franco, quien luego de ser amenazado y sufrir un atentado vive hoy en otro país, por su seguridad y la de su familia.

Hay mucha información respaldada en documentos sobre el mal uso que Javier Moreno Valle ha hecho del poder mediático y de los dineros por la explotación de la concesión. Seguramente ningún otro titular de concesión ni el propio Ricardo Salinas Pliego ha cometido tantas arbitrariedades, irresponsabilidades y errores con la vía de comunicación que por más de 10 años tiene en uso. Es tiempo, pues, que las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Gobernación tomen cartas en el asunto. Y, ahora sí, que analicen con lupa a quién entregarle la señal que le retiren a Moreno Valle. Se dice que Grupo Multimedios está levantando el dedo. Pero, mucho ojo, ese consorcio concentra ya un buen número de medios tanto escritos como de radio y televisión. Hay que buscar alternativas de honestidad, congruencia y de antimonopolio.

Periodista.

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