Opinion

Las autoridades de Censida reconocieron que la campaña fue sometida a "revisión", tomando en cuenta algunos de los comentarios que hicieran esos sectores ultraconservadores. "Sólo se revisaron sugerencias y recomendaciones de autoridades, instituciones públicas y organizaciones civiles que deseaban participar", dijo el titular de Censida, y confirmó que no habría retraso en la salida al aire de los promocionales contra la homofobia. Chiapas, comentó, fue el primer estado que solicitó se le enviase el material para su transmisión.

Si todo ha salido como se anunció, desde el mes de abril están al aire en 15 ciudades del país esos promocionales que intentan romper con formas de discriminación sexual. Según la estrategia de Censida, a finales de mayo se habrá cubierto todo el país con esa campaña. Resulta extraño que el Distrito Federal no haya figurado como uno de los primeros estados donde se escucharan los spots; se supone que la capital del país es la entidad donde la aceptación a la homosexualidad tiene menos problemas; ¿o será una mera pose? Ojalá Censida nos saque de dudas.

Habrá que estar atentos a la transmisión de esa campaña, pues hasta hoy no sabemos cuáles fueron las modificaciones a los guiones. No olvidemos que en México persisten y, al parecer, crecen, los sectores ultraconservadores. Ese segmento no sólo no quiere ver que la pobreza, el desempleo, la corrupción y la impunidad aumentan cada día, también se empeña en ignorar que la homosexualidad es una opción creciente en nuestro país y que, por lo mismo, necesita atención en todos los órdenes, principalmente de información oportuna y veraz acerca de los peligros de contagio del sida. Según Censida, se tienen contabilizadas 92 mil 400 personas que viven con el virus. Pero se sabe que hay un subregistro de casos y, si éstos se toman en cuenta, la cifra alcanza las 160 mil personas infectadas de VIH.

Ojalá que la campaña por la aceptación de la diversidad sexual ayude también a que disminuyan las faltas a los derechos humanos contra personas que viven con VIH-sida, pues según la CNDH, desde 1990 se han presentado 661 quejas por violación por parte de funcionarios públicos de los derechos de individuos que viven con esa enfermedad. A la par, está el problema de la discriminación a homosexuales y lesbianas en centros de trabajo. Hoy, miles y miles de gays viven calladamente su identidad sexual; reconocerse en el centro de trabajo como homosexual podría significar la pérdida del empleo; a ese nivel tan primitivo y ofensivo de racismo y homofobia estamos en el país. Las conquistas legales que han obtenido gays y lesbianas en España, Holanda y Bélgica en México se ven inalcanzables en un mediano plazo. Sin embargo, por algún lado tenemos que empezar y la campaña radiofónica puede abrir el camino.

Periodista.

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