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Agenda Alternativa | Javier Lozano

El monopolio legislativo



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Pareciera que el futuro de la nación se agota en sacar la nueva Ley Federal de Radio y Televisión. Bueno, al menos eso se desprende ante la insistencia de sus promotores y defensores de aprobar, a como dé lugar y a pesar de sus múltiples errores d...

Lunes 31 de enero de 2005

El monopolio legislativo

Lejos de escuchar y enmendar, se ausentan y se molestan. Replican con furia a la crítica y descalifican con argumentos éticos ante la falta de sustento técnico. Sí, son los mismos que tienen en sus manos la agenda del país

Pareciera que el futuro de la nación se agota en sacar la nueva Ley Federal de Radio y Televisión. Bueno, al menos eso se desprende ante la insistencia de sus promotores y defensores de aprobar, a como dé lugar y a pesar de sus múltiples errores de fondo y forma, la iniciativa del senador Javier Corral y Raymundo Cárdenas (y de otros tantos que, con más entusiasmo que conciencia del texto, la suscribieron aquel 12 de diciembre del 2002).

Cierto es que la legislación de medios podría considerarse como parte de una más amplia reforma del Estado. Pero cierto es, también, que ni con mucho se trata de su aspecto más trascendente.

Por lo pronto, la reforma fiscal integral, incluidas las conclusiones de la Convención Nacional Hacendaria y el posicionamiento de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) pueden esperar. También lo puede hacer la reforma energética, aunque sigamos pagando caro el gas y la gasolina que increíblemente importamos de Estados Unidos. El tema laboral puede seguir siendo un lastre para la competitividad de nuestro aparato productivo pero, también, debe ser paciente. Y qué decir de la necesidad de más inversiones, empleos y seguridad pública, víctimas todos de este repentino cambio de prioridades en el Senado de la República.

La discusión de la nueva legislación se vio interrumpida en estos dos años, entre otros episodios de nuestra rica y variada vida política, por la decisión de su principal promotor, Javier Corral licencia de por medio de buscar infructuosamente la gubernatura de su natal Chihuahua. Ya de regreso a la vieja casona de Xicoténcatl, Corral no reasumió la presidencia de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, cuya estafeta había pasado a su colega Héctor Osuna, pero sí apresuró, de nueva cuenta, su tema predilecto: la reforma de los medios. ¿Y si hubiera ganado las elecciones y hoy fuera gobernador? ¿Sería éste el tema número uno del Senado?

Huelga decir que los propios senadores intentaron por casi tres años sacar una nueva legislación en materia de telecomunicaciones sin el más mínimo éxito, gracias a la pésima interlocución entre las dos cámaras, y entre éstas y el Ejecutivo federal, a través de la SCT.

Y cuando, hacia el último periodo de sesiones del año pasado se comenzaba a desempolvar una iniciativa para fortalecer a la Cofetel, ya fuera a través de una ley orgánica propia o bien a través de un capítulo orgánico dentro de la Ley Federal de Telecomunicaciones vigente, por la derecha (literalmente) le rebasó el proyecto ciudadano encarnado en la iniciativa Corral-Cárdenas.

Y es así que, en las accidentadas discusiones que se han venido dando, la intolerancia y la descalificación han sido el signo característico de la forma en que, sin más, los promotores y defensores de tal iniciativa fustigan a quienes, con argumentos técnicos y jurídicos, tratamos de hacerles ver que no basta con entusiasmo para emprender un proyecto de esta envergadura.

De hecho, el pasado jueves 27 de enero se desarrolló el Foro sobre la Reforma de la Radiodifusión en la Universidad Iberoamericana, espléndidamente coordinado por nuestro colega Eduardo Ruiz Vega, y en el que se desahogaron los puntos críticos de la reforma en cuatro mesas, integradas por personajes cuya trayectoria y conocimiento de la materia no podría ser puesta en tela de juicio (al menos objetivamente). Empero, habiendo sido invitados, los senadores de la República que defienden la iniciativa Corral-Cárdenas y los investigadores y demás defensores del proyecto, brillaron por su ausencia.

En dicho foro algo quedó más que aclarado: todo mundo cree en la necesidad de que México tenga una nueva ley en materia de radio y televisión (la actual fue expedida hace 45 años), pero también quedó acreditado por los presentes que no satisface la iniciativa Corral-Cárdenas, pues plantea la creación de nuevas autoridades, hace énfasis en el tema de los contenidos, omite la verdadera convergencia tecnológica y está plagada de errores técnicos.

Y es que, a estas alturas, no debemos tratar de regular los contenidos sino, simplemente, ordenar su clasificación y sus horarios; podemos establecer prohibiciones de dichos contenidos pero no anhelos subjetivos; no es pertinente crear nuevas autoridades sino fortalecer a las existentes y, por último, hemos de atender ya lo que el resto del mundo está haciendo en materia de convergencia tecnológica (se recomienda leer la revista Newsweek del 24 de enero pasado, cuyo título de portada es por demás significativo: "El teléfono del futuro"), en lugar de seguir tratando de dividir, artificialmente tecnologías y regulación.

Para colmo y como réplica desde Cancún, ahora los senadores que promueven la iniciativa Corral-Cárdenas pretenden desacreditarnos como críticos porque, a su decir, más que académicos, somos consultores privados, tenemos nuestros propios despachos y defendemos a la industria.

Vaya, vaya. Ahora resulta que, ignorando nuestra trayectoria profesional, nos darán clases de ética aquellos que, cobrando sus dietas con el pago de los impuestos que genera el producto de nuestro trabajo, y estando obligados a escuchar a sus representados, optan por la descalificación.

Y conste que son los mismos que se quejan del duopolio televisivo cuando tienen y dilapidan el monopolio legislativo. Pobre país.



Posdata

Hoy termina, y bien, el mandato de Melquiades Morales como gobernador de Puebla. Es todo un señor.

javierlozano@jlamx.com / www.idet.org.mx



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