El libro de San Cipriano

Cuando se enteró que su columna se publicaría en la parte inferior izquierda de la página, Taibo recordó la frase usada por los camioneros: ...
El tal libro que dice que recoge todos los secretos de San Cipriano no está avalado por ningún...
Miércoles 06 de octubre de 2004
En una librería de San Antonio, Texas, me encontré un ejemplar del llamado Tesoro del hechicero. Me hice del singular libro a cambio de tres dólares.
El tal libro que dice que recoge todos los secretos de San Cipriano no está avalado por ningún pie de imprenta pero, sin embargo, trae una serie de fórmulas mágicas que un santo llamado Cipriano, parece ser, las consideraba infalibles.
Quienes están habituados a leerme saben bien que la hechicería me hace lo que el viento a Juárez e incluso pienso que detrás de estos libros de brujas y brujos suele haber fórmulas mágicas a las cuales no concedo ni un ápice de verdad, sino un cúmulo de trapisondéeses.
En la mencionada librería de San Antonio procuré saber cómo había llegado hasta allí la sabiduría de San Cipriano, pero una muchachita de aire candoroso sólo supo decirme que solían venderse un promedio de siete libros de San Cipriano al año y que tenía entendido que ese santo aseguraba un alto número de fórmulas eficaces a sus compradores.
Tesoro del hechicero está ilustrado por unos dibujos rústicos que auguran la baja calidad intelectual de los lectores.
El secreto de la gallina negra que corona este acto de magia consiste en tomar una gallina negra que no haya puesto huevo todavía y que ningún gallo haya pisado. Al agarrarla, hacerlo de modo que no exhale ningún grito, para lo cual iréis a las 11 de la noche al gallinero; la sorprenderéis mientras duerme, la agarraréis por el cuello apretando lo suficiente para que no cacaraquee, pero sin ahogarla.
Llevarla inmediatamente a un lugar en donde se crucen dos caminos y allí, al dar la media noche, hacer en el suelo un círculo con una vara de ciprés colocaos en el centro y con un cuchillo de mago negro abrirás el cuerpo de la gallina en dos partes pronunciando estas palabras tres veces: Eloim, Essaim, frugativi, et appellativi. Volver en seguida el rostro hacia el oriente arrodillaos y recitar esta oración venite in me spiritus magicus et tuss in anima mea imbuet.
Hecho esto entonces el espíritu infernal se aparecerá vestido con una casaca escarlata con galones de oro, un chaleco amarillo y unos calzones de color verde. Su cabeza se parecerá a la de un perro con orejas de asno, estará coronado por dos cuernos de vaca, sus piernas serán como las de una vaca.
Os preguntará para que le llamas, entonces le darás vuestras órdenes, las que quieras, pues no puede negarse a nada.


