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Agenda Alternativa | Javier Lozano

Frágil estabilidad



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Los augurios sobre la economía mexicana tienden al alza. Es una buena señal. Cierto. Pero debemos ser cautelosos respecto del origen de dicha señal; de su posible permanencia; de los factores que arriesgan su prevalencia; del optimismo exacerbado ...

Lunes 02 de agosto de 2004

Frágil estabilidad

Si de algo presumimos, dentro y fuera, es de la estabilidad macroeconómica. Pareciera intocable y, sin embargo, los preocupantes y crecientes acontecimientos políticos y la falta de liderazgo para hacerles frente pueden echarlo abajo todo


Los augurios sobre la economía mexicana tienden al alza. Es una buena señal. Cierto. Pero debemos ser cautelosos respecto del origen de dicha señal; de su posible permanencia; de los factores que arriesgan su prevalencia; del optimismo exacerbado que ha acompañado la buena nueva y, desde luego, de la manera en que administramos este bondadoso crecimiento.

No basta aún con el crecimiento económico observado a últimas fechas ni con la plausible estabilidad en las finanzas públicas. Esto es, o rebasamos 5% del producto o, en pocas palabras, nos quedamos detrás del pelotón. No ha lugar, pues, para el relajamiento o el conformismo.

Por momentos pareciera que estamos viviendo en una suerte de confianza ciega hacia el muy respetable comportamiento que, hasta ahora, han mantenido los mercados financieros y que sirven para presumir, una y otra vez, la férrea disciplina fiscal, el estricto control de la inflación y la aplicación de tasas de interés pocas veces vistas en México.

Quienes así piensan y quienes reiteran su confianza en la macroeconomía del país encuentran en los titulares de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México el fundamento de su confort. Saben, y con razón, que ellos y sus respectivos equipos de trabajo están más que capacitados para administrar abundancia, estabilidad o crisis. Y lo saben porque así está acreditado y documentado en la historia reciente del país.

En ese contexto, pues, no debiera haber cabida a la preocupación. Un crecimiento más que razonable, una estabilidad en las cuentas públicas confiable, un tipo de cambio en rango y dos tipos al frente del barco más que experimentados son una muy buena razón. Sí, todo eso es cierto, pero el riesgo está en otro lado.

La política, para variar, amenaza con nublar tan soleado paisaje. Paradójicamente, entre más confianza se le tenga a Paco Gil y a Guillermo Ortiz más cínicos se vuelven quienes arriesgan, una y otra vez, tan apreciada estabilidad económica pues, a su juicio, nos hemos vuelto impermeables a todo mal financiero. Es, valga el burdo ejemplo, como el borracho que piensa que a él no le pasa nada: ni lo pesca el alcoholímetro ni se encuentra en colisión, de frente, con otro igual de irresponsable que él.

Ciertamente el país puede aguantar el no tener reformas estructurales por largo tiempo. No nos desmoronamos. Ah pero si además de no tomar decisiones nos dedicamos a hacerle orificios aquí y allá a la nave tarde o temprano terminará por hundirse. Y en un escenario crítico, donde los mercados financieros respondan a su verdadero interés que es la rentabilidad y no la lealtad a país alguno, la corrida de capitales puede ser tan grave que ni 10 pacos y guillermos juntos podrán contener tan abrumadora avalancha.

No. No lo ven así nuestros distinguidos dirigentes gubernamentales y políticos. Y no lo ven porque o son torpes, o son irresponsables o, peor aún, caen en la mezquindad y en la usura política. Para la mayoría de ellos este viaje tiene un destino final que se llama "el 2006", con escalas en las elecciones de estos dos años intermedios. Es el poder por el poder mismo. Ah, pero eso sí, a la hora del discurso todos hablan del enorme compromiso que tienen para con la nación, adoptan un rostro adusto y fingen una sonrisa de Barbie pirata.

Ni siquiera los preocupantes, aberrantes, reprobables, indignantes y penosos acontecimientos de violencia que han marcado la jornada preelectoral en Oaxaca, el zafarrancho de El Chacho en Cancún o el cobarde asesinato de la doctora Gutiérrez de Velasco nos conmueven lo suficiente como para encender las luces de alerta. Las acusaciones entre los distintos ámbitos de gobierno, so pretexto del recurrido expediente jurisdiccional, son vehículo perfecto para el deslinde de responsabilidades y el señalamiento de la ajena culpabilidad.

No hablemos ya del "rayito de esperanza" quien, a la menor provocación, vuelve a cuestionar al mismísimo estado de derecho. Cuando no se trata de sus desacatos frente al Poder Judicial es, entonces, por la filtración de los videos. Si no es eso encuentra en el intercambio de pagarés del Fobaproa y el IPAB la razón suficiente para documentar "el más escandaloso fraude a la nación".

De inmediato voltea a criticar al Poder Judicial de la Federación por no obsequiar la orden de aprehensión solicitada por el fiscal especial para la persecución de los acusados por la guerra sucia, en cuya actuación vuelve a hallar la maldita complicidad de la derecha, de los intereses del gran capital y del gobierno federal todos, claro, bajo la dirección del maestro y expresidente Salinas de Gortari.

Entre tanto, el presidente Fox nos dice que debemos acostumbrarnos a tanto dime y direte pues es parte de la naciente y pujante democracia que tanto trabajo nos ha costado; Santiago Creel hace nuevos llamados a la civilidad pero sin ponerse el overol propio de su encargo; Roberto Madrazo se erige en la voz de la ética política mientras destruye a su propio partido y desconoce compromisos; Murat le mienta la madre a cuanto adversario se para en su camino; los legisladores continúan tropezándose con sus reformas light y los partidos políticos ofrecen su alianza al mejor postor.

Así, sin condiciones propicias para la gobernabilidad y entretenidos en un pobre espectáculo que va llevando a la sociedad al peligroso camino del hartazgo, el país toma un derrotero que, de no atenderse en el corto plazo, terminará por vulnerar, gravemente, la tan cacareada estabilidad macroeconómica. Al tiempo.

* Consejero del Idet y de la Fundación Desarrollo Humano Sustentable, A.C.

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javierlozano@jlamx.com



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