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Cinecrítica | Tomás Pérez Turrent

Potter, Cuarón y el prisionero



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La nueva película del cineasta mexicano Alfonso Cuarón es una obra sorpresiva, porque ha sido capaz de hacer personal algo que se maneja como una serie exitosa, cuyas partes han sido (y seguirán siendo) una máquina de ganar dinero. Por lo tanto, p...

Viernes 11 de junio de 2004

Potter, Cuarón y el prisionero


La nueva película del cineasta mexicano Alfonso Cuarón es una obra sorpresiva, porque ha sido capaz de hacer personal algo que se maneja como una serie exitosa, cuyas partes han sido (y seguirán siendo) una máquina de ganar dinero. Por lo tanto, parecía que debía seguir por este camino.

Ignoro si la película es fiel o no al original. Para comenzar, sólo conozco la primera entrega de la popular saga de la británica J.K. Rowling, que leí cuando salió la novela en su publicación mexicana. Lo que sé es que la cinta que hoy nos ocupa es muy superior. Cuarón deja una papeleta muy difícil para quien vaya a continuarla.

No voy a decir que es muy superior a las dos anteriores realizadas por el ex actor infantil y vergonzoso cineasta Chris Columbus, simplemente son cosas completamente diferentes.

Bien hizo Columbus en olvidarse de la realización y pescar un puesto como productor, simplemente no hay ninguna relación entre un cineasta y otro no cineasta: el ex niño actor nunca será director. Bastaría ver las dos películas en los primeros 20 minutos.

Para comenzar, me referiría al reparto. Los actores principales son evidentemente los mismos, es decir los niños (habría que decir muchachos) aspirantes a magos Harry Potter (Daniel Radcliffe), Hermione (Emma Watson) y el pelirrojo Rupert Grint (Ron Weasley).

Harry, al parecer ha roto de manera definitiva con la familia que lo acogía y decide terminar de una vez por todas con sus tíos y el primo: inflando a la horrible tía Marge (Pam Ferris) y dándole su merecido al primo y al tío.

Este esperado acto no hace más que responder a la lógica más elemental. De hecho, los actorcitos (más bien ex actorcitos) cumplen con creces su cometido.

Si acaso el más flojo es el pelirrojo y no porque sea un actor con pocos recursos, el problema viene desde la escritura, como que fue descuidado en el guión.

Estos actores son respaldados por una impresionante lista de figuras de primera línea: Gary Oldman, que aquí no es villano sino más bien el héroe, Sirius Black, que es precisamente el prisionero de Azkaban.

Harry Potter se ha prometido acabar con Sirius sin conocer su verdadera identidad. Ahora bien, el resto son un modelo de buenos actores muy bien dirigidos por Cuarón.

Aparte del ya mencionado Oldman, que sorprende por su seriedad, están Michael Gambon, Richard Griffiths, David Thewlis, Timothy Spall (que deja sus papeles de chofer de taxi cornudo para bordar un villano medroso y lo más bajo posible).

Mientras tanto, la diva Emma Thompson (Sybil) encarna a una profesora de bolas de cristal (un papel muy breve para sus laureles). Sin embargo, es rebasada por Maggie Smith (profesora Minerva) con una aparición tan breve que no dice más de tres palabras.

En cuanto al equipo del cineasta, la fotografía de Michael Seresin no tiene desperdicio interiores como en exteriores y efectos especiales (por ejemplo cuando el héroe Daniel Radcliffe recibe una nueva "escoba" que parece jet en despegue y, naturalmente, sus compañeros no saben cómo celebrarlo.

La cinta conserva el tono de cuento infantil: escobas de bruja, juegos con el tiempo, repetición de lo ya vivido, todo ello sin perder el tono de las primeras imágenes, al contrario.

El misteriosamente célebre John Williams escribe por fin una partitura adecuada y brillante. La edición de Steven Weisberg, funcional, y adecuada es la ambientación (Alan Gilmore, Steven Lawrence, Gary Tomkins, Alexandra Walker).

En una entrevista que el cineasta dio al colega de estas páginas, Salvador Franco, Alfonso Cuarón niega que su objetivo sea alcanzar la celebridad en Hollywood, que sin embargo existe si creemos en los elogios vertidos por la crítica estadounidense.

Por ejemplo, la afirmación de que "es sin duda la mejor de las hechas hasta ahora" o bien Nicolas Arthur escribe que el cineasta mexicano "logró lo que el primer director no pudo: una cinta compleja, atemorizante, pero con matices", y por su parte el productor de la serie, David Heyman (que aparece como principal con Heyday Films junto con 1492 Pictures), elogia al director del filme Alfonso Cuarón, aun si se trataba de la más complicada de las ya hechas.

Alfonso Cuarón no hará sin duda otro filme de la saga "harrypotteriana". Lo que ha hecho no tiene paralelo.

¿Habrá otro cineasta nacional capaz de tomar la batuta? Creo que sí, allí está Guillermo del Toro, cada vez más firme y decidido a hacer lo que sin duda le falta: una comedia-comedia; el humor le sobra, es un cineasta maduro y está listo para lo que sea.

Volviendo a Cuarón, éste construye su película a partir de un hecho: luego de romper con su familia, Potter regresa al colegio, encuentra a sus amigos y se prepara para hacer justicia por la muerte de sus padres, asesinados por el criminal Sirius Black, que ha escapado de su prisión en Azkaban.

Va a cumplir dos deseos, vengar a sus padres y cumplir lo que comenzó 13 años antes. Pero el profesor Lupin, que tiene un secreto relacionado con la luna llena y ha sido el más cercano al joven Potter, sabe lo que sucedió y no permite que cometa un error.

Es conocer la verdad y reiniciar su vida con todo y su varita mágica. Sin duda, al año siguiente cursará el cuarto año en Hogwarts School y continuará sus estudios de brujería y magia.

Cines: CNA, Duraznos, Tláhuac, Coapa, Cuauhtémoc (2), G. Sur, Chino, Real, WTC, S. Fe, Diana (2), Interlomas, Izcalli (3), P. Coapa, Tlalpan, Neza, Villa y 21 más (y 29 en versión doblada) y en total 135 pantallas en la zona metropolitana.



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