Inicia la 'Petmanía'
Martes 06 de abril de 2004
En el Estado de México, con diferencia de un mes, arrancan dos empresas dedicadas al reciclaje de envases fabricados con PET, una que apoya Coca-Cola y la otra de Carlos Rello Lara, ex secretario de Desarrollo Económico de la entidad
En junio de 2002 en el Estado de México se informó súbitamente de la salida de Carlos Rello Lara como secretario de Desarrollo Económico de la entidad. Al desconcierto y realmente el desánimo de no pocos políticos de la entidad, siguieron las versiones en el sentido de que se había producido un rompimiento entre Arturo Montiel y no solo su brazo derecho en materia económica y de promoción de inversión extranjera, sino una persona que disfrutaba de todas las confianzas del actual titular del ejecutivo mexiquense. En no pocas ocasiones y a pesar de la premura para hablar de ello, se mencionaba a Rello Lara como un candidato natural en el proceso de sustitución de Montiel, lo que le ocasionó no pocas campañas en su contra.
La situación de su renuncia al cargo llegó al extremo de que Rello Lara tuvo que citar a una conferencia de prensa en la que expuso que el motivo único de su salida como brazo derecho de Montiel era no otro que el atender de manera especial y de tiempo completo un delicado asunto de familia. Unos creyeron la explicación y otros no. Lo cierto es que el ex funcionario está de vuelta a los circuitos empresariales de donde hizo una pausa para encargarse de uno de los despachos básicos del gobierno del estado de México.
Rello está por inaugurar una planta que demandó poco más de 110 millones de pesos de inversión. Su nicho: el reciclaje de PET, que producirá hojuelas de PET, fibras de poliéster y geotextiles. La asociación que lo hará posible está firmada con Joongbo Chemical Co. , que encabeza Jong Woo Lee , presidente de la empresa. La parte mexicana que lleva Rello Lara cuenta con el 92% del paquete accionario. La empresa se llama Tecnología de Reciclaje y está situada en Tecanac, al Nororiente del Valle, por la salida vieja hacia Tlaxcala.
Cuenta la compañía con 12.5 hectáreas para su operación. La planta, propiamente dicha, ocupa 2.5 toneladas y tiene una reserva para crecimiento y almacenamiento de 10 hectáreas. Inicialmente el proceso de recolección habrá de centrarse en el desperdicio que se genera dentro del estado de México y posteriormente abarcará regiones cercanas al estado. Vale la pena mencionar que hace un mes Coca-Cola inició su empresa de recolección y reciclado de PET también en el estado de México, en el parque industrial Toluca 2000 utilizando una tecnología que patentó un mexicano en la Unión Americana y que constituye la planta de reciclado más grande en América Latina y la segunda en el mundo, después de una que se puso a funcionar en Europa.
El asunto del tema en cuestión quedó concluido en noviembre del 2003 y permite la incorporación de tecnología de punta de origen coreana. Las capacidades de producción de esta empresa será de 7.2 millones de toneladas anuales de PET en su fase de hojuela. Para el caso de la segunda línea de producción, que demanda hojuela de PET y desperdicio de poliéster con el propósito de producir fibras con una capacidad productiva de 800 mil kilogramos mensuales.
Para el caso de la tercera posibilidad productiva, la planta Tecnología de Reciclaje obtendrá también Geotextiles que son utilizados para la estabilización de suelos en carreteras, rellenos sanitarios, drenajes y taludes. Su capacidad productiva en este terreno será de 2 millones 400 mil toneladas al año. La planta mexicana será capaz de procesar más de 7 millones 100 mil toneladas de PET y poliéster al año, con lo que ello significa para el cuidado del medio ambiente.
Los ciclos de reciclado de PET son muy volátiles y por lo general en épocas de baja demanda del proceso no hay un precio que motive la recolección y reciclado del bien. Trate usted de distinguir en la calle o en un basurero una lata de refresco. Notará perfectamente que es casi imposible lograrlo porque hay un precio del aluminio para reciclar que invita incluso a la población con bajos recursos a procurar la colecta de este desperdicio. Eso no ha pasado con frecuencia en el caso del PET porque cuando hay un precio internacional atractivo se recolecta y cuando , como es el caso casi de manera general, hay un precio muy deprimido nadie se interesa por la "pisca" y entonces usted ve los envases en abundancia en las vías públicas.
Se presume que las iniciativas que están ambas montadas en el estado de México y que tienen como punto de negocio el reciclaje de envases conformados con PET darán mucho más estabilidad a ese mercado y evitará que el material en desuso se encuentre botado en la vía pública sin interés ciudadano en su proceso de reciclaje. La pregunta sería hoy día: ¿el mercado, hasta ahora sin la presencia de estos estímulos para el reciclaje podrá responder al ritmo de la exigencia de dos empresas del nicho, precisamente las dos en el estado de México?
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