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Opinión | Mónica Mayer



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Martes 19 de agosto de 2003

Covarrubias, aguerrido luchador por la libertad


José María Covarrubias, quien falleció el fin de semana, no era una perita en dulce.

A riesgo de parecer insensible ante su muerte, incluso me atrevería a decir que era una de las personas más difíciles que he tratado en mi vida. Obstinado, obsesivo, peleonero y grosero, son sólo unos cuantos adjetivos que podría utilizar para describirlo.

Sin embargo, estas mismas características que desquiciaron a más de uno, también hicieron de él un promotor cultural y luchador social único. Fue alguien que hizo la diferencia.

No recuerdo exactamente cuándo conocí a Chema. Seguramente a principios de los 80, cuando empezó a organizar la mítica Semana Cultural Lésbico-Gay en el Museo Universitario del Chopo. Este proyecto independiente, que se ha mantenido vivo contra viento y marea durante dos décadas, ha sido fundamental en la lucha por la diversidad sexual.

La Semana Cultural-Gay, organizada por el Círculo Cultural Gay, ha sido un espacio en el que todos, homosexuales y heterosexuales, hemos podido externar nuestra convicción de que, como dice la consigna, "No hay libertad política, si no hay libertad sexual". En México, la semana ha significado un logro heroico.

Pero José María siempre estaba librando batallas por la libertad. A riesgo de su integridad personal denunció desde los asesinatos de homosexuales en Chiapas hasta la censura en contra de los artistas.

Recuerdo que en una ocasión asistimos a una mesa redonda en la Universidad Iberoamericana sobre el famoso Salón Nacional de Artes Plásticas, Sección de Espacios Alternativos en 1988 en el Museo de Arte Moderno, en el que el grupo Provida armó un escándalo por la obra de Rolando de la Rosa que mostraba a la Virgen de Guadalupe con rostro de Marilyn Monroe.

Como saben, este grupo ultraderechista logró que bajaran la obra y que Jorge Alberto Manrique, director entonces del MAM, dejara el cargo.

Los invitados a la mesa eran los miembros del jurado que habían seleccionado aquella obra (Hilda Campillo, Santiago Espinosa de los Monteros y Luis Rius Caso) y Jorge Serrano Limón, entonces presidente de Provida.

José María empezó a repartir condones entre los estudiantes y tuvimos que salir con extrema precaución porque se caldearon los ánimos y lo querían golpear. En esos tiempos el condón todavía era tabú.

La última batalla que compartimos fue cuando asumió el cargo la actual directora del Museo del Chopo. Además de la consternación que provocó su falta de experiencia en museos, empezaron a enfrentar trabas la Semana Cultural Gay y Unidos Contra el Sida, que organiza una exposición todos los años. Varios artistas y promotores nos movilizamos.

No se logró que la UNAM entendiera que su área de Difusión Cultural debe profesionalizarse, aunque sí que continuaran estas muestras, que son espacios muy importantes de diálogo e información.

Dudo que la Semana Cultural Lésbico-Gay continúe sin José María Covarrubias, lo cual será una verdadera lástima. Ojalá me equivoque y 20 años hayan servido para que muchos otros estén dispuestos a tomar la estafeta. Yo recordaré con nostalgia y gastritis los acalorados desacuerdos con Chema, pero con respeto a su labor cultural y su aguerrida lucha.



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