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Medios de por medio | Elvira García



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Martes 10 de diciembre de 2002

Incierto destino del diario "unomásuno"


En 1977, Editorial Uno se constituyó como empresa con un capital de 12 millones de aquellos pesos. Así nació el diario unomásuno . En 1989, Manuel Becerra Acosta recibió un millón de dólares a cambio de abandonar la dirección de ese periódico. Los metió en una maleta y se exilió en España hasta su muerte, en el año 2000. En 1998, Luis Gutiérrez Rodríguez, sucesor de Becerra en la dirección general y socio mayoritario de Editorial Uno, vendió sus acciones, casi 3 mil, a Manuel Alonso Muñoz, e hijos. A cambio se echó a la bolsa cerca de 3 millones de dólares. Cuatro años después, en noviembre de 2002, Alonso Muñoz y sus dos vástagos, Muñoz Coratella, remataron Editorial Uno, la reserva de derechos por el uso exclusivo de los títulos unomásuno, Sábado, Páginauno, Másturismo, Deportemásuno, Asterisco Comunicaciones, Siglo Mexicano y Motoruno , así como tres inmuebles propiedad de Editorial Uno y todos sus pasivos, en ¡5 millones de pesos¡ Sí, leyó usted bien.

Hoy la familia Alonso se quitó un peso de encima pero no ha de dormir tranquila, sólo por dos razones: demostró incapacidad para hacer periodismo y le dio la puntilla al diario que en una época fue todo un gran periódico.

Así es. Somos testigos de la muerte paulatina de unomásuno , el tabloide que a finales de los 70 y la primera mitad de los 80 fue innovador y abrió sus puertas a una distinta forma de narrar la realidad de México. Vendido en una bicoca al empresario mexicano de origen libanés Naim Libien Kaui, editor de periódicos en el estado de México y en el Distrito Federal y dueño de hoteles en la zona conurbada, el nada alentador destino del unomásuno nos enfrenta a ineludibles preguntas: ¿Hacia dónde va una buena parte de la prensa mexicana? ¿Dónde están los buenos periodistas que sabían dirigir el timón de sus periódicos, capotear las tempestades y salir adelante? Hoy, los empresarios formados en otras lides, se acercan al periodismo con la destreza y la gracia de un elefante que intenta bailar Giselle con zapatillas de punta. Lo vemos en esta etapa del unomásuno.

Por un lado, ha sido arrancado de su sede original, Correggio 12, para hacerse e imprimirse en las oficinas que sus dueños, Libien Kaui y Libien Tella, tienen en Gabino Barreda 86, donde editan La Tarde , un cotidiano de su propiedad. Por el otro, más de 200 trabajadores permanecen en Correggio, en espera de que la nueva administración les convoque por escrito cuál es su nuevo centro de labores. Esto, que podría ser un dato anecdótico, tiene visos de ser una omisión dolosa, pues al estar desde octubre la empresa Editorial Uno en conitalicaso mercantil es decir en proceso de ser declarada en quiebra la cláusula séptima de la sentencia dicta "efectos de arraigo para el responsable de la administración", o lo que es lo mismo, que mientras no concluya este proceso, el periódico no podrá hacerse en otro domicilio y hoy se produce en la colonia San Rafael, con un puñado de empleados de Editorial Uno y otros del diario La Tarde . Además, el sindicato de trabajadores de Editorial Uno está emplazando a huelga para el primer minuto del 13 de diciembre, por revisión salarial y violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo.

Libien Kaui no ha entablado negociaciones con los trabajadores que literalmente se han quedado en la calle y que lo han citado hasta en tres ocasiones, sin éxito. A cambio, publicó el 5 de diciembre un desplegado en el que expone con una enmarañada sintaxis su posición. En uno de los párrafos dice: "Se llama la atención de los lectores para poner en claro que la nueva administración está preocupada por la permanencia y existencia de Editorial Uno, S.A, de C.V. como fuente de trabajo, por lo que hasta ahora no se puede entender la posición de los que se erigieron como `líderes`, por su incomprensible actuación, en virtud de que los intereses de los trabajadores se encuentran debidamente protegidos y garantizados, además del compromiso de mantener la planta laboral".

El tema del diario unomásuno da para más. Por ahora, valdrá la pena que la sociedad civil y los medios de comunicación empecemos a preocuparnos, pues a todos nos importa el futuro de la prensa nacional. Los ciudadanos de hoy no son los de hace cuatro décadas, que se conformaban con cualquier periodismo. Actualmente, sociedad y gobierno exigen a los medios el respeto a un código de ética, honestidad y transparencia informativas.



Por si no se enteró?

El gran Vals es la reciente novela de Jesús Vicente García. En una prosa sencilla y bien pulida el autor nos lleva por los caminos de la noche, en los bares y las calles de un sector de la ciudad de México? Escríbeme: viragarcia1952@aol.com



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