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La Voz Invitada | Poli Délano



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Martes 14 de diciembre de 1999

Poli Délano

Los disparos de Bolaño


En los primeros días de la FIL 99, se desarrolló un foro-panel acerca de la narrativa chilena actual. Participaron Jaime Collyer, la joven novelista Alejandra Costamagna, Guido Eytel, el popular Hernán Rivera, Pedro Lemebel y el autor de esta nota. Se excusó de tomar parte Luis Sepúlveda, debido a que tenía otra actividad a la misma hora. Y no llegó a la cita ni a la feria el polémico Roberto Bolaño, a quien posiblemente más de alguien esperaba con los colmillos afilados.

Bolaño vive desde hace más de dos décadas en Barcelona, sólo regresó a Chile por primera vez en 1998, atendiendo a una invitación a ser jurado de un concurso literario. En Santiago conoció a sus partes locales, cenó y platicó con ellos, leyó sus libros sin impresionarse demasiado y luego volvió a España para seguir con su vida y sus libros.

En entrevistas y artículos disparó hacia las letras chilenas como para no dejar títeres con cabeza. Salvó únicamente al cronista Pedro Lemebel, de quien se expresó elogiosamente y con entusiasmo. Un año más tarde septiembre último Bolaño volvió a Chile, esta vez a participar en la feria del libro y se enteró aquí del polvo que habían levantado sus declaraciones, quejándose luego de que algunas personas hasta le habían quitado el saludo. Las entrevistas siguieron y llegaron también las réplicas fuertes como temblores. Del porteño Rivera Leterier, dice Bolaño que intentó leer algunos libros, pero que escribe muy mal. De Diamela que no es una escritora "maldita" sino "malita". De Luis Sepúlveda, que su libro "Un viejo que leía novelas de amor" es un plagio de "El viejo y el mar" de Hemingway. Y a los jóvenes narradores que pasaron por el taller de José Donoso, los tilda de "donocitos" que "pretenden escribir como Graham Greene, como Hemingway, como Conrad", (entre otros) y les sugiere que dejen de escribir y se pongan mejor a leer. Del propio Donoso, afirma que solamente escribió tres libros que valen la pena. Los demás quedan fuera.

La verdad es que no me escandalizan tanto los disparos de Bolaño, si bien algunos no los comparto. Tiene derecho a opinar y por supuesto a expresar sus opiniones por escrito. Más me alarman las rabiosas réplicas que se escapan del terreno literario, para decirle, por ejemplo, que a estas alturas sigue jugando al guerrillero que nunca fue, o para señalar que al escritor le falta un diente. Siempre he creído eso de que "lo cortés no quita lo valiente": todo puede decirse sin ofender o descalificar al prójimo. Es verdad que Bolaño emplea un estilo más provocativo, además vive en otro país donde probablemente las cosas se digan sin tanto eufemismo como el que caracteriza a nuestro lenguaje.

Lo malo es que Bolaño no haya llegado a la FIL de Guadalajara, habría sido seguramente positivo discutir entre todos de viva voz, aclarar posibles equívocos y quedar finalmente más o menos amigos en la diversidad, como si entre bueyes no hubiera cornadas.



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