Miércoles 08 de diciembre de 1999
Labastida creó un PRI paralelo al PRI
EMB ?¿quieres ser secretario general??
A pesar de negarlo enfáticamente, al final Francisco Labastida armó ya su propio PRI. Y no es, ni con mucho, un nuevo PRI sino el mismo viejo PRI de siempre, el del pasado oscuro y las dobles caras, sólo que con su equipo de trabajo: 1. En una ciberentrevista por internet el lunes 26 de julio de 1999 en Reforma , Labastida fue increpado por la participación de Emilio Gamboa Patrón en su camarilla de campaña. ?Hay varias versiones que vinculan a Gamboa con el narco. ¿Lo consideró usted al incluirlo en su equipo??, preguntó una persona. Y Labastida eludió el tema: ?Las versiones dicen que lo vinculaban con una relación personal con una mujer, nunca que lo vincularan con actividades ilícitas?.
Pero el asunto fue más complicado que la relación extramarital. Gamboa fue relacionado con Marcela Bodenstedt, una comunicadora de Televisa que había sido policía judicial antinarcóticos y que era en esos momentos investigada como presunta publirrelacionista del cártel del Golfo de Juan García Ábrego. Inclusive la DEA documentó un trámite de alquiler de inmuebles por la señora Bodenstedt en nombre de García Ábrego. La relación de la señora Bodesntedt fue también con Joseph-Marie Córdoba Montoya.
Por alguna razón y ante la persistencia del ciberentrevistador ??insisto: ¿metería las manos al fuego por Gamboa???, Labastida no quiso avalar absolutamente a Gamboa y sólo respondió: ?las personas deben responder por sus propios actos. Yo respondo por mis actos nada más ?. Gamboa acaba de tomar posesión como secretario técnico del consejo político nacional del PRI representando directamente los intereses de Francisco Labastida.
2. Con la mira puesta en la presidencia del PRI, Moctezuma finalmente pudo incrustarse en la estructura de decisiones del tricolor. En 1997 Zedillo quiso designarlo presidente o secretario general del PRI, pero los grupos de poder del partido se opusieron . Y Zedillo lo coló como secretario técnico del consejo político nacional y desde ahí movió los hilos para bloquear la precandidatura de José Antonio González Fernández al gobierno del DF. Y desde esa posición, Moctezuma quiso reestructurar el PRI pero siempre con la oposición de los priístas.
Con el disfraz de demócrata, Moctezuma ha querido vender una imagen falsa . En 1997, cuando comenzaron a mencionarlo como posible aspirante a la candidatura presidencial del PRI, Moctezuma publicó un artículo en Reforma para aclarar las formas. Moctezuma hizo un juego de palabras a partir de una autopregunta ??¿Esteban, quieres ser presidente??? para concluir que le deberían preguntar si quería participar en un proceso democrático para competir por la candidatura presidencial con un programa coherente a sus ideas. Es decir, Moctezuma dejó entrever su rechazo al dedazo .
Pero he aquí que olvidándose de sus propias palabras y razonamientos democráticos, a Moctezuma no le preguntó nadie si quería ser secretario general del PRI ni cómo deberían de preguntárselo para que no se viera como una imposición. Y al viejo método jurásico donde el candidato presidencial priísta se apropia del partido y margina a la verdadera militancia, Labastida impuso a Moctezuma como secretario general del PRI pero con funciones de presidente. Y negando sus propios razonamientos que constan por escrito, Moctezuma llegó al PRI para ejercer el poder absoluto borrando del mapa político a la presidenta del CEN.
3. Ya triunfador y antes de su abrazo de reconciliación con Roberto Madrazo, Labastida se reunió a comer con los senadores del PRI. Ahí apareció, en uno de los apartados rincones ?como la muñeca fea de Cri Cri? la señora Dulce María Sauri, entonces secretaria general del PRI. El equipo de Labastida había filtrado la información de que Sauri iba a dejarle la secretaría general del PRI a Moctezuma Barragán, el bebesaurio de Labastida, y que ella se iría a la Fundación Colosio.
Pero no ocurrió así. Inopinadamente, José Antonio González Fernández fue sacado de la presidencia del tricolor por la negociación de Zedillo con Madrazo. Y el propio Madrazo bloqueó el ascenso de Moctezuma a la presidencia: Sauri fue ascendida a la presidencia y cualquier cambio vendrá después de las elecciones del 2 de julio del 2000. El objetivo de Moctezuma de llegar a la presidencia del tricolor tendrá que esperarse hasta agosto y entonces tendrá que competir con Madrazo por el liderazgo del partido. Pero como secretario general, Moctezuma se hizo del control absoluto del PRI a nombre de Labastida.
Lo peor fue que se violentaron los estatutos priístas. Sauri no había llegado con alguna imposición sino que había sido electa en fórmula con González Fernández. Por tanto y para cumplir con las reglas de la política abierta, el cambio en el PRI debió de haberse dado con los mismos procedimientos de elección aún como candidatos únicos. Sin embargo, para evitar que alguien se inscribiera contra Moctezuma o aflorara la irritación priísta por el desaseo en el cambio de González Fernández, Labastida optó por imponer al joven Moctezuma sin siquiera preguntarle ?¿Esteban, quieres ser secretario general del PRI??.
4. Como candidato triunfador de una elección interna cargada de irregularidades y fraudes entre priístas, Labastida se reunió con los economistas del PRI. Y a pesar de que los priístas han insistido en cambiar el programa económico neoliberal de gobierno, el candidato del PRI aplicó el método Carlos Salinas: transformó el programa de gobierno de Zedillo ?que es continuación del de Salinas? en la bandera económica del PRI en campaña por el 2000. Los priístas que preparaban un plan con mayor contenido social se quedaron plantados .
5. Después de haber privilegiado la ?sana distancia? con el PRI, cacareado el cercenamiento del dedo señalador de candidatos y privilegiado la autonomía priísta, el presidente Zedillo convirtió la casa presidencial de Los Pinos ?sede republicana del Poder Ejecutivo federal? en el alterno auditorio ?Plutarco Elías Calles? del PRI. Y el simbolismo no fue casual: Calles fundó el PRI y fundió la institución presidencial como la jefatura máxima del PRI. Zedillo operó desde Los Pinos el proceso de elección presidencial, en Los Pinos desalentó candidaturas para privilegiar la de su candidato Labastida, mantuvo bajo control a los precandidatos y ahí negoció con Madrazo el acto de elección real de Labastida como candidato priísta. Y siempre negó el dedazo.
Como en 1994, cuando Zedillo dividió al PRI entre el de la militancia y el controlado por Salinas-Córdoba desde su oficina del edificio inteligente ?así le decían los propios priístas? de Insurgentes Sur, también en la campaña presidencial del 2000 habrá dos PRI: el de los priístas y militantes que tendrán que buscar afanosamente a los neopriístas de Labastida para recibir como dádiva una candidatura y el de Labastida que se quedó con el control de las decisiones importantes del tricolor con Moctezuma y Gamboa y que decidirá candidaturas a partir de los intereses labastidistas de continuidad neoliberal Salinas-Zedillo.
El perfil político de los neopriístas de Labastida fue dibujado por Moctezuma en plena campaña por la candidatura tricolor. Para apuntalar a un Labastida debajo de Madrazo, Moctezuma inició una ofensiva crítica contra el tabasqueño pero involucrando mañosamente al PRI: ?No sé cómo los priístas lo aguantan ?, dijo Moctezuma señalando a Madrazo como corrupto. Pero olvidando sus propias declaraciones, Moctezuma tendrá que enfriar sus propias pasiones y socializar con el Madrazo que censuró en el pasado. Ahora como priísta improvisado, Moctezuma sabrá por qué los priístas aguantan a Madrazo.
De nueva cuenta ?como antes con De la Madrid, Salinas y Zedillo? los candidatos neopriístas usaran al PRI sólo para ganar la elección presidencial. Y luego se olvidarán de él.
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