aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




La Voz Invitada | Poli Dilano



COLUMNAS ANTERIORES


Martes 30 de noviembre de 1999

Poli Dilano

Escritores sin casa


Es usual que para publicar su primer libro, el escritor que inicia tenga que juntar uno a uno los billetes que ha de pagar al impresor, o bien recurrir a la suscripcisn por parte de sus amigos y familiares. La obra aparece, un millar de ejemplares que han costado mas o menos mil 500 dslares y que le son entregados al autor, obligandolo ahora a enfrentarse con la desconocida e ingrata misisn de tocar las puertas de los libreros para ofrecer su modesta mercancma. Como el libro no viene avalado por el sello de una supereditorial, suele encontrar el rechazo o, a lo mas, ser aceptado a consignacisn en dos o tres ejemplares.

Los crmticos de suplemento, por su parte, agobiados por una avalancha de obras firmadas por nombres taquilleros, pasan casi siempre por alto. El tmtulo novato, de manera que al autor no le va quedando mas remedio que cambiar su oficio de distribuidor por el de vendedor ambulante, y entonces, si tiene el caracter ad hoc , ira puerta por puerta sacando la culebra igual que los merolicos, persuadiendo a la dueqa de casa, al dentista en su consultorio, o al maestro en los recreos escolares, esforzandose por convencerlos de que su historia vale la pena, csmprela, no se va a arrepentir. Si le faltan esos poderes de conviccisn, los ejemplares de su obra permaneceran en los paquetes de origen, a veces hasta por dicadas. Hace poco, la viuda de un escritor muy destacado de la Generacisn del 50 me pregunts qui podma hacer con 200 ejemplares de una novela de su marido que il habma auto-editado hace mas de 40 aqos. Tambiin, por cierto, esta la posibilidad de sacar los libros de sus envoltorios y regalarlos a diestra y siniestra como una tarjeta de presentacisn. No es mala idea, ya que la experiencia demuestra, casi estadmsticamente, que el dinero que financis la edicisn, no se recupera nunca. O casi nunca.

A menos que el escritor, agobiado por la economma y si de veras el libro tiene valores literarios, haga lo que hicieron Armando Mindez Carrasco, autor de la novela Chicago chico, o el notable cuentista Luis Cornejo. Se instalaban con una mesita plegable en algzn lugar cintrico conveniente la Plaza de Armas, por ejemplo, donde se colocan los pintores que hacen retratos y caricaturas, o la calle San Diego, donde se multiplican las librermas de viejo y se pasaban ahm las horas de una jornada laboral. Cornejo, re-autoeditando su libro Barrio Bravo, llegs a vender de esa manera cerca de 40 mil ejemplares. En las distintas ferias del libro que han estado surgiendo en las provincias de Chile, se puede ver a los escritores Pablo Hunneus o Enrique Lafourcade vendiendo cantidades de ejemplares de sus obras autoeditadas. Ellos, en todo caso, lo hacen porque asm obtienen mayores ganancias y no debido al rechazo de las casas editoras.

Un joven poeta y novelista, Josi Christian Paez, pionero de la gestisn literaria y portavoz de muchos escritores sin casa, ademas de cronista polimico, acaba de publicar el Diccionario biobibliografico de escritores chilenos jsvenes y autoeditados. Registra cerca de 200 nombres, entre los que se cuentan figuras que ya han destacado en el medio literario como los poetas Pedro Araucario (fallecido a los 32 aqos), Lila Caldersn, Bernardo Chandma, Isabel Gsmez, Reynaldo Lacamara, y los narradores Tadeusz Malinowski (notable escritor marino), Marcelo Leonart, que en 1998 obtuvo el primer lugar en el Premio Juan Rulfo con su cuento Maribel bajo el brazo, y el propio Paez, que hace poco edits su primera novela, 666 hijos de la ceguera, la cual se abris camino por medio de suscripciones.

En una breve introduccisn de este curioso diccionario, la acadimica Ana Gavilanes nos informa que por primera vez las obras de 190 de estos escritores autoeditados saldran al extranjero: estaran disponibles, nada menos, en la FIL 99, en el stand nominado Autoeditados-Emergentes, de la muestra chilena. Buen trabajo.



PUBLICIDAD.