Esfera Humana | Enrique Castillo-Pesado
Miércoles 03 de octubre de 2001
Fiesta de la Vendimia
Toda la magia y simbolismo fluyeron en la noche de gala que Domecq organizó para celebrar su Fiesta de la Vendimia. Más de 300 personalidades acudieron a un salón del restaurante El Lago "con el objeto de levantar sus copas para brindar un merecido homenaje al doctor Wilhem Gártell y al ingeniero Marcial Ibarra, quienes contribuyeron incondicionalmente al reconocimiento que hoy goza en México y en el mundo entero la Casa Pedro Domecq." Antonio Ariza Alduncin, mandamás de la firma ante la mirada dulce de su padre don Antonio Ariza Cañadilla, aseguró que "hoy en día, Chateau Domecq es uno de los grandes vinos mundiales, gracias a la medalla de plata que obtuvimos en el Concurso Mundial de Bruselas." Y el joven empresario tiene razón. Ariza Alduncin apuntó que "en todo el mundo se ha empezado a hablar de nosotros y de nuestra pasión por el vino, por crear una auténtica cultura mexicana del vino, por la calidad sin fronteras que han obtenido los vinos mexicanos." La tarea no ha sido fácil porque hay que enfrentar muchos retos, pero es vital que la industria mexicana continúe manteniendo la relevancia que los vinos de México han logrado frente a los vinos importados. Sé que a los Ariza siempre les preocupó crear vinos mexicanos de calidad, prestigio y reconocimiento internacional. Durante la Vendimia en el Valle de Calafia, Antonio Ariza Alduncin aceptó lo siguiente: "Somos privilegiados. ¿La razón? Nuestros viñedos se encuentran ubicados en la zona que se conoce como la Franja del Vino, al igual que los viñedos de países como Francia, Italia, España o Alemania. Justo entre 30 y 50 grados de latitud en ambos hemisferios y en tierras con características climatológicas y geológicas ideales para el cultivo de la vid".Herencia vitivinícola
En Calafia se cosechan más de 33 variedades de uva de extraordinaria calidad, entre las que nos gustan como Chardonnay, Nebbiolo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Zinfandel. Hoy cuentan con el más elevado grado de experiencia humana, la más alta tecnología en procesos y equipo, y lo más importante, gente comprometida en engrandecer la cultura vinícola de México. No hay que olvidar cuando crearon Padre Kino, vino fresco, práctico y ligero. Doblando la hoja, durante su intervención ante el micrófono, Ariza Alduncin, impecablemente vestido de esmoquin, comentó que "no sólo de tradición vive el hombre, ni las empresas, sino que éstas son el resultado de la innovación, la visión de futuro, el compromiso renovado constantemente y, sobre todo, el trabajo incansable que se comparte dentro de un equipo de profesionales con objetivos comunes." Me enteré hace ya un buen rato de que Domecq continúa con políticas muy estrictas en la producción de vinos, alcanzando con especial cuidado y supervisión la más alta calidad de producción; "de hecho", informó Adolfo Quiroz, "estamos en proceso de iniciar la transformación a la versión 2000 de la norma ISO 9000". El que prueba estos vinos descubre un mundo mágico, sensual y de una vida en constante evolución, donde siempre aprenderán algo, pero lo más importante: disfrutar. Por otra parte, Ariza Alduncin subrayó que "estamos orgullosos de la vitivinicultura mexicana, de la paciencia, empeño y trabajo de cientos de miles de manos mexicanas que han puesto el nombre de México muy en alto."Wilhem Gártell-Marcial Ibarra
En el homenaje a Wilhem Gártell y Marcial Ibarra hubo emoción. Ambos son profesionales que con su gran sapiencia han sido parte importante de la excelencia de los vinos Domecq, orgullosamente mexicanos. La Vendimia es la recuperación y mantenimiento de una verdadera tradición que comenzaron los egipcios, quienes recolectaban los racimos de uvas, pisándolas después, exprimiendo el orujo y colando el jugo por un lienzo que después ponían a reposar y fermentar en ollas gigantes de barro. El arte y la vendimia pasaron a Grecia donde se producían los mejores vinos entonces del mundo, los cuales no eran superados ni siquiera por los romanos. El gran impulsor de la vid fue Carlo Magno y así se crearon, a orillas del río Rhin, lo que hoy son los grandes viñedos de Alemania. En América también se daba la vid, pero no se conocía el cultivo ni la producción del vino. Al principio de la Conquista y como los españoles acostumbraban tomar vino, los enviaban de España, pero como el mismo no siempre llegaba en buenas condiciones, Hernán Cortés ordenó que se empezara el cultivo de vides en diversas zonas del territorio mexicano. Los misioneros, siguiendo la costumbre europea, sembraron las vides alrededor de los conventos. Como se dejó de importar vino de Europa y para proteger a los productores de España, el rey Felipe II ordenó la destrucción de todos los viñedos, orden que no fue totalmente acatada. Fraile Junípero Serra fue el primero en propagar la vid en Baja California, llevándola hacia toda la zona norte. Fueron los dominicos los que recorriendo estas tierras comenzaron su producción y su enseñanza del cultivo de la vid. Domecq inició su historia productiva en México en 1951, cuando don Antonio Ariza Cañadilla, quien ya se había establecido en México, y don Pedro Domecq (qepd), quien llegó a realizar una visita, digamos de "curiosidad empresarial" de unos 15 días, vislumbran el potencial vinícola de algunas zonas desérticas de nuestro México.Aventura sin igual
La aventura de los vinos empezó con la cosecha de 1963, que más tarde da origen al vino tinto Los Reyes, y en 1971 se complementa la tercia de Reyes, con el vino blanco y rosado. En 1977, surge Calafia, vino donde predomina la uva Cabernet Sauvignon y que le da nombre a este esplendoroso valle donde hemos estado en varias ocasiones. Ariza Alduncin repitió la frase "todo viñedo es una conquista y todo vino una gran victoria". Todo esto conduce en 1978 al proyecto de varietales X-A. Y claro: entre los nuevos Domecq surgió el Chateau Domecq, que expresa lo mejor de las uvas Cabernet Sauvignon y Nebiolo, ganando una medalla de plata obtenida en el concurso mundial de Bruselas. La casa también ha contado con la asesoría del profesor Emile Peynaud, quien significó que "si hay vides en el paraíso, seguramente son como las del Valle de Calafia". En fin, en El Lago hubo fiesta de gala donde presentaron a la reina de la Vendimia y donde saludé a Iñaki Landaboru, Diego Gutiérrez Cortina con su esposa; Adrián Vargas, doctor Joffre y Gay de la Fontaine; Rogerio y Cristina Galván; Julienne Gómez, el célebre chef Olivier Lombard, los Beard, con Jean y Dominique Berthelot; y decenas de amigos de los Ariza. Y hasta la próxima. ¡Abur!
Miércoles 03 de octubre de 2001
Toda la magia y simbolismo fluyeron en la noche de gala que Domecq organizó para celebrar su Fiesta de la Vendimia. Más de 300 personalidades acudieron a un salón del restaurante El Lago "con el objeto de levantar sus copas para brindar un merecido homenaje al doctor Wilhem Gártell y al ingeniero Marcial Ibarra, quienes contribuyeron incondicionalmente al reconocimiento que hoy goza en México y en el mundo entero la Casa Pedro Domecq." Antonio Ariza Alduncin, mandamás de la firma ante la mirada dulce de su padre don Antonio Ariza Cañadilla, aseguró que "hoy en día, Chateau Domecq es uno de los grandes vinos mundiales, gracias a la medalla de plata que obtuvimos en el Concurso Mundial de Bruselas." Y el joven empresario tiene razón. Ariza Alduncin apuntó que "en todo el mundo se ha empezado a hablar de nosotros y de nuestra pasión por el vino, por crear una auténtica cultura mexicana del vino, por la calidad sin fronteras que han obtenido los vinos mexicanos." La tarea no ha sido fácil porque hay que enfrentar muchos retos, pero es vital que la industria mexicana continúe manteniendo la relevancia que los vinos de México han logrado frente a los vinos importados. Sé que a los Ariza siempre les preocupó crear vinos mexicanos de calidad, prestigio y reconocimiento internacional. Durante la Vendimia en el Valle de Calafia, Antonio Ariza Alduncin aceptó lo siguiente: "Somos privilegiados. ¿La razón? Nuestros viñedos se encuentran ubicados en la zona que se conoce como la Franja del Vino, al igual que los viñedos de países como Francia, Italia, España o Alemania. Justo entre 30 y 50 grados de latitud en ambos hemisferios y en tierras con características climatológicas y geológicas ideales para el cultivo de la vid".
En Calafia se cosechan más de 33 variedades de uva de extraordinaria calidad, entre las que nos gustan como Chardonnay, Nebbiolo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Zinfandel. Hoy cuentan con el más elevado grado de experiencia humana, la más alta tecnología en procesos y equipo, y lo más importante, gente comprometida en engrandecer la cultura vinícola de México. No hay que olvidar cuando crearon Padre Kino, vino fresco, práctico y ligero. Doblando la hoja, durante su intervención ante el micrófono, Ariza Alduncin, impecablemente vestido de esmoquin, comentó que "no sólo de tradición vive el hombre, ni las empresas, sino que éstas son el resultado de la innovación, la visión de futuro, el compromiso renovado constantemente y, sobre todo, el trabajo incansable que se comparte dentro de un equipo de profesionales con objetivos comunes." Me enteré hace ya un buen rato de que Domecq continúa con políticas muy estrictas en la producción de vinos, alcanzando con especial cuidado y supervisión la más alta calidad de producción; "de hecho", informó Adolfo Quiroz, "estamos en proceso de iniciar la transformación a la versión 2000 de la norma ISO 9000". El que prueba estos vinos descubre un mundo mágico, sensual y de una vida en constante evolución, donde siempre aprenderán algo, pero lo más importante: disfrutar. Por otra parte, Ariza Alduncin subrayó que "estamos orgullosos de la vitivinicultura mexicana, de la paciencia, empeño y trabajo de cientos de miles de manos mexicanas que han puesto el nombre de México muy en alto."
En el homenaje a Wilhem Gártell y Marcial Ibarra hubo emoción. Ambos son profesionales que con su gran sapiencia han sido parte importante de la excelencia de los vinos Domecq, orgullosamente mexicanos. La Vendimia es la recuperación y mantenimiento de una verdadera tradición que comenzaron los egipcios, quienes recolectaban los racimos de uvas, pisándolas después, exprimiendo el orujo y colando el jugo por un lienzo que después ponían a reposar y fermentar en ollas gigantes de barro. El arte y la vendimia pasaron a Grecia donde se producían los mejores vinos entonces del mundo, los cuales no eran superados ni siquiera por los romanos. El gran impulsor de la vid fue Carlo Magno y así se crearon, a orillas del río Rhin, lo que hoy son los grandes viñedos de Alemania. En América también se daba la vid, pero no se conocía el cultivo ni la producción del vino. Al principio de la Conquista y como los españoles acostumbraban tomar vino, los enviaban de España, pero como el mismo no siempre llegaba en buenas condiciones, Hernán Cortés ordenó que se empezara el cultivo de vides en diversas zonas del territorio mexicano. Los misioneros, siguiendo la costumbre europea, sembraron las vides alrededor de los conventos. Como se dejó de importar vino de Europa y para proteger a los productores de España, el rey Felipe II ordenó la destrucción de todos los viñedos, orden que no fue totalmente acatada. Fraile Junípero Serra fue el primero en propagar la vid en Baja California, llevándola hacia toda la zona norte. Fueron los dominicos los que recorriendo estas tierras comenzaron su producción y su enseñanza del cultivo de la vid. Domecq inició su historia productiva en México en 1951, cuando don Antonio Ariza Cañadilla, quien ya se había establecido en México, y don Pedro Domecq (qepd), quien llegó a realizar una visita, digamos de "curiosidad empresarial" de unos 15 días, vislumbran el potencial vinícola de algunas zonas desérticas de nuestro México.
La aventura de los vinos empezó con la cosecha de 1963, que más tarde da origen al vino tinto Los Reyes, y en 1971 se complementa la tercia de Reyes, con el vino blanco y rosado. En 1977, surge Calafia, vino donde predomina la uva Cabernet Sauvignon y que le da nombre a este esplendoroso valle donde hemos estado en varias ocasiones. Ariza Alduncin repitió la frase "todo viñedo es una conquista y todo vino una gran victoria". Todo esto conduce en 1978 al proyecto de varietales X-A. Y claro: entre los nuevos Domecq surgió el Chateau Domecq, que expresa lo mejor de las uvas Cabernet Sauvignon y Nebiolo, ganando una medalla de plata obtenida en el concurso mundial de Bruselas. La casa también ha contado con la asesoría del profesor Emile Peynaud, quien significó que "si hay vides en el paraíso, seguramente son como las del Valle de Calafia". En fin, en El Lago hubo fiesta de gala donde presentaron a la reina de la Vendimia y donde saludé a Iñaki Landaboru, Diego Gutiérrez Cortina con su esposa; Adrián Vargas, doctor Joffre y Gay de la Fontaine; Rogerio y Cristina Galván; Julienne Gómez, el célebre chef Olivier Lombard, los Beard, con Jean y Dominique Berthelot; y decenas de amigos de los Ariza. Y hasta la próxima. ¡Abur!
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