Lunes 01 de octubre de 2001
Sigue el conflicto legal por la marca Farmacias del Ahorro
Belisario Domínguez afirma que está a punto de ganar; seguiría demanda civil por daños.
Avanza... Sigue avanzando el asunto multimillonario en dólares que podría perder el hiperconsorcio de comercio farmacéutico Farmacias del Ahorro, en donde se encuentran intereses empresariales de un personaje muy ligado a Raúl Salinas de Gortari , como resulta la presencia de Paulina Castañón . Dicen que el asunto podría resolverse en menos de un año. La parte que lleva mayores ventajas, a decir de los enterados en cuestiones legales, es quien acusa a Fernando Castañón de haber usado de manera ilegal el nombre y la marca en polémica. Pero hagamos un recuento.
Belisario Domínguez Solórzano es un empresario que en 1988 inició un negocio de farmacia al que nombró Farmacias del Ahorro. A lo largo de dos años Belisario sumó cuatro sucursales, todas ellas en los límites de Comitán de Domínguez, Chiapas. Cuando preparaba sus planes para crecer fuera de la entidad, nacieron otras Farmacias del Ahorro. Detrás de ellas estaba una familia que posteriormente habría de acaparar los reflectores del escándalo político-policiaco. Atrás de esta avasalladora iniciativa empresarial se localizaba a quienes forman parte del círculo de los Castañón Morell , entre cuyas figuras destacaba una atractiva joven, quien sería involucrada sentimental con el hermano incómodo de Carlos Salinas de Gortari .
Los responsables de este meganegocio lo hicieron proliferar como los hongos en épocas de lluvias. Hoy habría alrededor de 400 puntos de venta, aunque los titulares del negocio afirman que son menos de 300. Lo cierto es que no tardarán en llegar a superar las 500 farmacias en el país, sobre todo porque se conoce que en la actualidad está abierta la puerta para que usted, si tiene alrededor de 1 millón de pesos a disposición, puede comprar una franquicia y sumarse a la exitosa familia. Nos preguntamos si los nuevos aliados a esta iniciativa sabrán que, sin tratar de adelantar vísperas, está en juego legal la marca que soporta el progreso del negocio. Propietarios de la Comercializadora Farmacéutica de Chiapas, SA de CV, son los que reclaman como legítima su marca; nacieron en Tuxtla Gutiérrez con tan buena suerte y buen apoyo de capital que en muy pocos meses superaron ampliamente el número de sucursales que a lo largo de dos años pudo levantar la familia Domínguez. El error de los Domínguez fue no haber registrado la marca desde un principio. El error de los Castañón fue haber pensado que el empresario iniciador de Farmacias del Ahorro no decidiera defenderse a como dé lugar.
Los dueños de la comercializadora, cuyo apoderado legal es Fernando Castañón Morell , iniciaron en 1992 sus negocios y cuando alcanzaron el número de 300 se dieron a la tarea de "solicitar amablemente" a la familia Domínguez que dejara de usar el nombre de Farmacias del Ahorro, pues el no hacerlo así implicaría enfrentar una demanda por el uso indebido de la marca. Luego de la "invitación cordial", la comercializadora farmacéutica procedió a solicitar, ante las autoridades del IMPI, del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que se infraccionara a los negocios del señor Domínguez por estar violando la Ley de la Propiedad Industrial. ¿Quién iba a pensar que los quejosos eran quienes habían violado la ley consciente o inconscientemente?
Por ello, y mientras se investigaba, el IMPI de Comitán decidió poner sellos a los anuncios de los negocios Farmacias del Ahorro en manos de Belisario Domínguez . Aunque la medida era cautelar, el entonces cuerpo de abogados de los Domínguez no contestó a tiempo y todo mundo pensó que el silencio de los afectados concedía razón a la comercializadora.
Pero no resultó así. Los ahora ofensivos, el despacho que encabezan Ricardo Manuel Terán González y José Juan Pérez Sánchez le dieron la vuelta al caso y presentaron ante el IMPI nada menos que 979 pruebas que demuestran que quien utilizó primero la marca Farmacias del Ahorro es el señor Domínguez y no la empresa que representa Castañón y, ante el cúmulo de datos y documentos contundentes, se demostró que el padre de la marca era la familia Domínguez, pues la ejerció desde 1988, mientras que los segundos reconocen haberla usado desde noviembre de 1992.
El IMPI nulificó la marca de la comercializadora y le quitó razón alguna a los inicialmente quejosos. Los de la megacadena de farmacias procuraron amparos a la determinación del Instituto que fueron negados. Reviraron con solicitud de revisión ante tribunales colegiados y no procedió su pretensión. Alegan que la autoridad es incompetente e incluso no cuenta con la solidez legal para dar veredictos. Entre el avance del caso hacia los territorios de la demanda civil por daños y perjuicios, los de Castañón lanzaron otros dos registros de Farmacias del Ahorro, que se convertirán en un nuevo lío legal que ya tiene principio de curso.
Todo apunta a que cuando terminen los zipizapes legales por la titularidad de la marca, se proceda a la demanda por daños y perjuicios con fundamento en el artículo 221 bis de la Ley de Propiedad Industrial. Los de Comitán piensan que utilizar nueve años la marca, sin tener derecho a hacerlo, les merecerá a los agresores un costo multimillonario en pesos y piensan vengar a su máxima expresión posible el hecho de que cuando se intentó llegar a un acuerdo en paralelo con el proceso legal, el representante de Castañón Morell afirmó que no sólo no llegarían a acuerdo alguno, sino que a partir de ese momento Belisario Domínguez Solórzano se había convertido en su "enemigo a muerte".
De las primeras noticias de este asunto, que le detallamos hace ya varios meses, se hablaba de una demanda en los terrenos de los 20 mil millones de pesos, pero ahora declinan hablar de una cifra. Recuerde que la sanción por haber violado la ley involucrada en este caso no puede ser menor a 40% de las ventas obtenidas durante el periodo de uso ilegal de la marca.
Le mantendremos informados y, desde luego, está abierta la posibilidad de escuchar nuevamente los argumentos de la otra parte involucrada.
Raúl Martínez-Ostos , nuevo director de Comunicación Social de la SHCP, inicia con pie derecho, escuchando a sus colaboradores y a los periodistas. Ojalá que las inquietudes que reciba sirvan para mejorar la poco fluida relación entre la dependencia y los medios, sobre todo en los momentos críticos. Lo más relevante será no que el nuevo titular del puesto tenga mente abierta y disposición, sino que la estructura de la dependencia sea capaz de entender los cambios que el joven Raúl Martínez-Ostos seguramente habrá de plantear a la alta jerarquía de Hacienda y Crédito Público. etorreblanca@eudoramail.com


