Opinion

La primera vez fue en Chile, durante un encuentro de escritores celebrado en Concepcisn, enero de 1962. Yo venma llegando a Santiago tras un par de aqos en China, con un modesto libro de cuentos reciin aparecido, y nunca antes habma sido invitado a una ocasisn semejante. Ahm conocm y entrevisti a Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, Mario Benedetti, autores que a los jsvenes de mi generacisn (que no pasabamos de los 24) ya nos traman bastante locos con "La regisn mas transparente", "Los pasos perdidos" a los "Poemas del hoyporhoy". Por supuesto que tambiin "Hijo de hombre", de Roa Bastos, quizas la primera revelacisn del realismo magico en nuestra literatura latinoamericana. Terminado aquel encuentro, nos vimos en Santiago, cenando en mi casa, con Jorge Teillier, Rolando Cardenas, Manuel Miranda Sallorenzo, todos deslumbrados no sslo del talento del novelista, sino de su legmtima modestia.

La tercera vez fue en Mixico, probablemente en 1975, cuando aparecis "Yo el Supremo", la novela paraguaya mas traducida en el zltimo medio siglo, centrada en el doctor Francia, que goberns Paraguay durante 26 aqos.

La semana pasada viaji a Asuncisn, la znica capital sudamericana que me faltaba conocer. Ahm nos volvimos a abrazar. Pensi que lo mas probable serma que ni me recordara. Pero me equivoqui y estuvimos algunos momentos intercambiando memorias.

El encuentro en Asuncisn fue convocado por la Red Cono Sur de radioemisoras y sus organizadores habman acordado que cada una de las radios invitara a un narrador de su pams. Por Argentina fue Marma Esther de Miguel, ganadora del Premio Planeta de novela en 1996, autora de "Calamares en su tinta". Por Brasil acudis Moacyr Soliar, que se ha dedicado como en "La guerra en el Bom Fin" a novelar la vida de los inmigrantes judmos y urbanos en Rmo Grande do Sul.

Por Uruguay tuvimos a Omar Prego, autor de la novela "Nunca segundas muertes" y de numerosos reportajes producto de una larga carrera periodmstica.

El autor de esta nota fue el invitado chileno.

El lema de la mesa en que intercambiamos opiniones se enfocs sobre la literatura y los medios de comunicacisn. Especialmente, la radio, a la que practicamente por unanimidad se le dio un cordial tirsn de orejas. Habiendo sido el gran medio durante casi todo el siglo XX, la gran compaqma que vino a ahuyentar la soledad de quienes viven en rincones remotos del mundo y tambiin de aquillos que en el seno de la metrspoli no tienen alguien a su lado, habiendo roto los silencios obligados y transformado los habitos y la vida del hombre trayendo las noticias, la mzsica, la discusisn de ideas a la habitacisn, no ha logrado convertirse en un puente cultural. Hablamos de Amirica Latina, que mediante las aisladas literaturas de nuestros pamses genere una mayor unidad, colabore para que nos conozcamos los unos a los otros, para que sepan en Uruguay quiin es Seliar y en Brasil conozcan a Marma Esther de Miguel. Ojala que las interesantes ideas que se vertieron en el dialogo tengan algzn eco en el futuro.

Me alegro de haber visto a Roa Bastos en su propia ciudad natal, de la que por razones de la polmtica que ha caracterizado a nuestros pamses en el presente siglo, tuvo que mantenerse alejado durante mas de 40 aqos.