Domingo 10 de junio de 2001
Aunque también desempeñó con atingencia la segunda base, el chihuahuense Manuel Arroyo figura en la historia del beisbol nacional como destacado antesalista. No tenía manos tan buenas como Leo Rodríguez o Luis "Molinero" Montes de Oca, pero su juego patrullando el tercer saco y en la caja de bateo, fue siempre sumamente agresivo.
Nacido el 25 de enero de 1918 en Ciudad Camargo y criado en El Paso, Texas, Manuel Arroyo fue guiado en la pelota por el legendario manager Guillermo "Yamo" Ornelas, quien lo contrató para sus Alijadores de Tampico en 1938. Bateó .280, y al año siguiente pasó al Carta Blanca de Monterrey, porque cambió de uniforme Ornelas y manejó a la escuadra regiomontana. Arroyo tuvo promedio de .222 en el ataque.
La temporada de 1940 el empezó en la Liga Mexicana en el Monterrey y la finalizó con Tampico; acumuló .303 a la ofensiva. Con el equipo jaibo actuó hasta 1944, y dos años logró estar entre los bateadores de .300. Como pelotero del circuito de verano se retiró en 1951, con bastante fortuna porque ayudó a los Azules del Veracruz a conquistar el gallardete. Antes jugó para el México, los Charros de Jalisco y el Nuevo Laredo.
En su trayectoria de 13 años en la Liga Mexicana el pequeño pero fortachón Manuel Arroyo conquistó promedio global de bateo de .256, por 702 jits en 2 mil 646 turnos.
Como gran número de peloteros que juegan durante el verano en la liga veraniega, Manuel Arroyo se pasaba actuando los inviernos en el beisbol de la Liga de la Costa del Pacífico.
Fue el primer campeón bateador que tuvo ésta, en la temporada 1945-46 con los Tomateros de Culiacán, con .375 de porcentaje.
Como timonel, llevó al Nachital al título de la Liga del Sur de Veracruz, en 1952. También hizo campeón al club de Chihuahua, en la Liga Central, los años 1953 y 1955.
Su etapa más brillante como manager la vivió con los Tomateros. Les dio cuatro gallardetes, con 1948-49, 1949-50. 1951-52 y en 1955-56.
En la Liga de la Costa se recuerda a Tomás Arroyo como el piloto que, en una campaña verdaderamente sensacional, logró que Culiacán se coronara en 1955-56, luego de que en la temporada anterior habían terminado los Tomateros en el sótano.
Los cuatro campeonatos que ganó Arroyo en el circuito costeño, establecieron un récord que, en 1957-58, le empató Memo Garibay al dar un cuarto banderín a Mazatlán.