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El tamaño sí importa. Mientras los grandes se empujaban y peleaban entre ellos, los pequeños aprovecharon los huecos para alcanzar el tesoro: un cuarto de leche.

Los niños resultaron vencedores en la guerra que se desató a un costado de la Catedral Metropolitana, en uno de los puntos de distribución del lácteo que se repartió entre los asistentes a la partida de la “Monumental Rosca Bicentenario” en el Zócalo.

El orden se rompió cuando una señora ignoró la fila e intentó conseguir los tetra pak y luego fue imitada por otras personas, pero de inmediato la gente formada reclamó.

Entonces comenzaron los empujones y las mentadas de madre. Tres niños aprovecharon el momento, sacaron ventaja de su tamaño y se metieron entre las piernas de la gente que forcejeaba por los lugares, hasta alcanzar la leche acomodada en el suelo.

Cada uno salió del tumulto con cuatro envases sin que nadie se diera cuenta, sólo sus padres que se reían de la hazaña que realizaron David, Pablo y Daniel en menos de dos minutos.

La familia se alejó mientras la pelea entre los adultos continuaba. “No se metan, fórmense” era la principal petición de la multitud.

Un par de jóvenes, los encargados de repartir la leche, intentaban calmar a la gente repitiendo: “Tranquilos todos van a alcanzar, pero fórmense”, ante la mirada inmóvil de un policía que prefirió no intervenir.

La rosca más grande del mundo

Ayer, el Distrito Federal rompió el récord Guinness de la Rosca de Reyes más grande del mundo, aseguró la secretaria de Desarrollo Económico, Laura Velázquez.

Aunque aún falta que se dé la notificación oficial, el récord lo tiene Houston, Texas, con un pan que pesó mil 300 kilogramos.

La monumental Rosca Bicentenario, instalada al rededor de la Plaza de la Constitución, midió 720 metros y pesó 12 mil kilogramos, según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa).

La funcionaria agregó que con este evento se da inicio a las festividades del bicentenario de la Independencia y el centenario de su Revolución.

En la preparación de la rosca participaron 3 mil personas de distintas panificadoras de la ciudad y se requirieron siete mil 568 kilos de harina, mil litros de leche, dos mil 900 kilogramos de azúcar y 56 mil 880 huevos. El costo estimado de producción fue de un millón 600 mil pesos.

Durante casi cuatro horas, 120 personas armaron el pan con 3 mil 113 tramos que conformaron la rosca.

A las 09:45 horas se hizo el primer corte de la rosca, a partir de ese momento, los miles de capitalinos que asistieron comenzaron a recibir una rebanada y un cuarto de leche.

No conforme, muchos de los asistentes se formaron más de dos veces, recibían su pedazo de pan, lo envolvían en servilletas o lo metían a bolsas de plástico y repetían la operación.

Esperanza Dimas llegó desde Naucalpan con sus dos hijos y se fue con siete pedazos de rosca y el mismo número de leches, “yo creo que sí nos dan de más para que no se les quede”.