Las ejecuciones y las bandas edicadas al narcomenudeo y al tráfico de armas en Tepito será uno de los grandes pendientes que en materia de seguridad herede el gobierno que concluye a Marcelo Ebrard Casaubón.

Las organizaciones criminales que operan en el barrio cobraron la vida de por lo menos 60 personas de 2005 a la fecha como resultado de ajusticiamientos.

A lo largo de estos seis años, en Tepito se registraron ejecuciones violentas originadas por el pleito del territorio entre bandas dedicadas a la droga y al narcotráfico.

Sin embargo, 2003 fue el año más violento que protagonizaron las bandas del barrio bravo.

En ese año se logró la captura de los integrantes de una banda encabezada por Jorge Ortiz Reyes, El Tanque, y Alejandro Sánchez Zamudio, conocido como El Papis.

Los encajuelados y los cadáveres que aparecían atados con cinta canela llevaron a la detención de sicarios a sueldo como Gilberto Gutiérrez Pérez, alias Beto Pelotas; Hugo "N", alias Hugo Bocinas, y Milton Jair González Zamora, alias El Milton, así como Alfredo Ramírez Anaya, El Goldar.

A Beto Pelotas y Hugo Bocinas se les acusó de ser los responsables de por lo menos 10 homicidios ocurridos en el barrio de Tepito durante los años 2002 y 2003. En su momento, se les señaló como los principales asesinos a sueldo que mataban por encargo de grupos que se disputan el mercado de la droga.

En 2006, la Dirección de Ejecuciones y Sanciones Penales del Gobierno capitalino estimó que alrededor de 360 personas que estaban en los reclusorios del DF provenían tan sólo de la calle Jesús Carranza, de ahí que ésta se convirtiera en la calle con mayor número de detenidos en toda Latinoamérica. Ahí, al menos 10 vecindades sirven como laboratorios, bodegas y guaridas de delincuentes.

La Procuraduría capitalina tiene detectado que en tres tianguis de la ciudad de México se realiza la comercialización de armas: Tepito, en la delegación Cuahtémoc; San Felipe, en Gustavo A. Madero, y en Iztapalapa.

En esta última demarcación destaca la violencia que emerge de un asentamiento irregular rodeado de peñascos, conocido como El Hoyo, de difícil acceso y sin vigilancia policiaca, donde cerca de 300 familias de escasos recursos se instalaron.

Las condiciones del terreno y de pobreza hicieron de esta zona un caldo de cultivo para la proliferación de grupos delictivos dedicados al robo y desmantelamiento de vehículos.

El Hoyo , que en realidad es la colonia La Joya, de Iztapalapa, sirve como deshuesadero pero también como zona de descarga de ve mercancías robadas a tráileres.

Por su parte, Iván del Llano, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales, comentó que Ebrard tendrá que enfrentar al narcomenudeo, que según cifras de la PGR, en los últimos años creció 700%.

Desde su punto de vista, es necesario que tomen en cuenta las cifras negras de los delitos que se cometen, ya que a lapercepción de la población indica que no coinciden sus resultados con la realidad.

(Con información de Ella Grajeda)