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Beben alcohol por tradición

Mónica Archundia| El Universal
Lunes 23 de enero de 2006

A Francisco Nicolás de Jesús ingerir cerveza en exceso jamás le ha ocasionado problemas con su familia o su trabajo; es su forma de socializar en las fiestas religiosas que la comunidad triqui, a la que pertenece, realiza en la ciudad de México.

"A veces tomo cada ocho o cada 15 días por dos o tres días seguidos, nada más que últimamente me hizo mal, me dolió la cabeza y como que puedo quedar loco, ¿no? y pues vamos a ver si con eso vamos a dejar esto."

Para él, tomar es parte de su vida. Lo hacía en su natal San Juan Copala, Oaxaca, cuando tenía 13 años y formaba parte de la banda de viento, para aguantar las desveladas.

En su comunidad, la ingesta excesiva de cerveza no es mal vista. Aún hoy, radicado en el DF con su familia, no padece rechazo por esta práctica, pues no le impide elaborar artesanías que vende en ferias delegacionales.

En la ciudad de México el consumo de alcohol entre los indígenas migrantes y originarios no se encuentra documentado, pero los representantes de estos grupos y autoridades y organizaciones civiles reconocen una incidencia significativa.

María Eugenia Ruvalcaba Luna, custodia "A" de la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, explica que para las etnias, el consumo de bebidas embriagantes es parte de su vida, de sus tradiciones. "Desde que nacen está integrado en su vida religiosa, si hacen fiesta sin alcohol son señalados".

Ana María Victoria Jardón, directora de Políticas de Salud de la Secretaría de Salud local, dice que con base en el trabajo de campo con indígenas, "tenemos un nivel elevado de alcoholismo y es más en los hombres".

Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2002, el consumo de bebidas embriagantes es mayor entre la población urbana de 18 a 65 años de edad en comparación con la rural.

Mientras 72.2% de quienes viven en las ciudades del país ha probado una copa de alcohol alguna vez en su vida, en el caso de las zonas rurales este porcentaje es de 60.7%.

Según Alejandro López, director de Atención a Indígenas en la ciudad de México, para el sector "es mucho más permisible tomar alcohol en sus fiestas tradicionales, pero el problema de consumo se puede dar en cualquier grupo social y la gente reacciona en función de su bagaje cultural".

Explica que a través del trabajo del gobierno de la ciudad con indígenas en predios o campamentos provisionales se identifica a quienes enfrentan problemas con el consumo "y los mandamos al Instituto de Asistencia e Integración Social o al Toxicológico para que reciban tratamiento".

De acuerdo con el Informe México Salud 2004, el Distrito Federal ocupa el lugar 18 en la tasa de mortalidad por cirrosis hepática en hombres a nivel nacional, sin diferenciar entre población rural y urbana.

En la capital confluyen 56 organizaciones de indígenas migrantes que se han asentado en Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras y Venustiano Carranza.

A ellas se suman 42 pueblos originarios del DF distribuidos sobre todo en Tláhuac, Xochimilco, Tlalpan y Milpa Alta.

Según la Asamblea de Migrantes Indígenas de la capital, la ciudad es una de las regiones del país con mayor diversidad cultural porque alberga a al menos un millón de personas de los 62 pueblos indígenas del país.

A todos ellos Alcohólicos Anónimos intentará llegar entre el 22 y 28 de enero, a través de su Semana Nacional de Información Compartiendo Esfuerzos.

El objetivo es dar orientación a quienes padecen esta enfermedad o pueden tenerla, además de llamar la atención de la sociedad sobre la gravedad de los problemas asociados al abuso de bebidas alcohólicas.



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