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TOLUCA, Méx.— Nora viaja todos días desde Temoaya para trabajar en el crucero de Pino Suarez y Carranza en Toluca, desde donde vigila a sus niños y sobrinos, mientras ofrece chicles, cigarros y agua a los distraidos automovilistas que esperan el cambio del semáforo.

Nora es indígena, de escasos recursos y mujer, las tres características que identifican a uno de los grupos más desprotegidos y vulnerables en la entidad en este Día Internacional de la Mujer, de acuerdo con la directora del Consejo Estatal de la Mujer, Mercedes Colín.

Señala que el grupo de indígenas en el Estado de México es el que presenta las mayores desventajas sociales, ya que en ellas se concentran los más altos niveles de subdesarrollo.

Como ejemplo está Nora, descendiente del pueblo otomí, quien todos los días sale de su comunidad de Temoaya a las 5:00 horas, acompañada de su hija de 4 años y dos sobrinos de 7 y 8 años, para instalarse cerca de las 8:00 horas en su puesto.

No sabe leer ni escribir, pero sí contar, lo que le permite vender.

A cada cambio de semáforo, se lanza entre los carros para ofrecer dulces y cigarros. Dice que a veces los hombres la molestan y le ofrecen dinero a cambio de que se vaya con ellos, también que a veces se regresa con cinco pesos de ganancia.

De lejos, cuida a su hija, mientras que sus sobrinos comienzan a aprender ya el trabajo que se ha convertido en el único medio de subsistencia de su pueblo: limpiar parabrisas.

Mercedes Colín asegura que en el Estado de México, al menos 60% de mujeres ha sido violentada.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que 67% de mujeres de 15 años y más han vivido incidentes de violencia por parte de su pareja, su familia, la comunidad, el trabajo o escuela.