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“El Woody”vuela ya en su bicicleta

Rafael Montes| El Universal
Domingo 14 de octubre de 2012
El Woodyvuela ya en su bicicleta

RECUERDO. La bicicleta fantasma en memoria de Pedro Landaverde fue colocada en el cruce de Calle 24 y Moldeadores, en Azcapotzalco. (Foto: ESPECIAL )


rafael.montes@eluniversal.com.mx

Con Pedro Landaverde, El Woody, un ciclista de 27 años, se cumplió la advertencia que unos días antes él mismo había hecho al pie del Ángel de la Independencia, cuando el Instituto de la Juventud del DF (Injuve), al que pertenecía, lanzó la campaña “Yo cuido al ciclista. No atropello sus derechos”, dirigida a automovilistas.

Esa vez, mediodía del sábado 8 de septiembre, el joven explicaba en su discurso que “cuando sucede un accidente entre un automovilista y un ciclista, al primero le cuesta una abolladura, al segundo, la vida”.

La noche del 13 de septiembre, Pedro se estrelló contra un automóvil en un crucero donde confluyen cinco calles, todas de doble sentido, sin semáforos, topes o señalizaciones, de la colonia Trabajadores del Hierro, en Azcapotzalco.

El encontronazo hizo a Pedro golpearse en la cabeza. El percance “parecía uno más”, recuerda el director del Injuve, Javier Hidalgo. No tuvo lesiones externas, no perdió la conciencia, no se veía mal. Pero con el paso de las horas, la situación empeoró. Un mareo, un malestar y Pedro tuvo que ser internado.

Seis días después, su vida terminó en la sala del hospital. Un infarto cerebral, ocurrido horas después del percance, acabó con la existencia del biólogo de la UNAM, del ambientalista, del incansable promotor de la bicicleta como instrumento contra el cambio climático.

Lo desconectaron. Sus órganos fueron donados a seis personas.

Ayer, su “rebaño”, como se dicen los jovencitos de los que se hacía cargo en el Injuve, colocaron una bici fantasma para no olvidar su muerte. Seis veladoras quedaron prendidas en la esquina donde su bicicleta se encontró con el auto.

Tras una rodada desde las instalaciones del Injuve, en la calzada México Tacuba, unos 150 muchachos colgaron en la esquina de Calle 24 y Moldeadores,una bicicleta blanca con la foto de Pedro que apunta hacia el cielo, porque “la bicicleta es lo más equiparable a volar o ser un pájaro”, dijo Hidalgo.

La bicicleta, dice Edgar Godínez, uno de los pupilos de Landaverde, “no es peligrosa, es un transporte, con el que hay que tener precauciones”. Esa fue la lección que dejó.

“Aquí te despedimos, volando al cielo a bordo de tu bicicleta”, dijeron sus amigos. Llorando, lo honraron cantando, con la promesa de que su legado, el uso de la bicicleta, está hoy más firme que nunca.



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