johana.robles@eluniversal.com.mx

El 40% de los choferes de microbús tienen problemas de visión, incluso algunos han sido operados para retirarles las cataratas de los ojos; el 44% padece obesidad. El tabaquismo, la diabetes mellitus, hipertensión arterial, la insuficiencia venosa (várices en las piernas) son las enfermedades que padecen los operadores.

Estos datos forman parte de las estadísticas del Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la ciudad de México (Cenfes), que es la única asociación civil autorizada para practicar los exámenes médicos y toxicológicos, así como la capacitación y pruebas de pericia a los conductores para obtener o renovar su licencia tarjetón.

En entrevista con Rocío Mejía, directora de la asociación que surgió en 2008, comenta que tras conocer su estado de salud, a los operadores se les brinda asesoría para que atiendan su problema o adicción antes de continuar con el proceso para renovar el documento que les permita trabajar.

“Hacemos una evaluación, con la tecnología de punta, con médicos y enfermeras especializadas en el tipo de enfermedades que presentan los transportistas”, explicó.

Así, sostuvo, en el caso del problema de visión se les obliga a acudir con un oftalmólogo para que tengan sus lentes y que continúen con el proceso de certificación. En el caso de adicciones los envían a programas de rehabilitación.

Esto debido a que 1% de los operadores dan positivo en sus pruebas toxicológicas. La mariguana, cocaína y anfetaminas son las drogas que utilizan.

Los dos siguientes pasos son la capacitación y las pruebas de pericia. En el primero, el 10% reprueba en la primera ocasión; deben irse a una segunda o tercera vuelta. Sobre la destreza para conducir, el 5% no pasa la prueba. Lo hace hasta la segunda oportunidad.

De acuerdo con Rocío Mejía, a las instalaciones de la asociación no llegan todos los operadores de microbuses.

Por ejemplo, este año, tienen previsto atender a 15 mil 128 operadores que buscan obtener por primera vez o renovar la licencia tarjetón tipo “C”, sin embargo, el número es mayor tan sólo por la cantidad de microbuses que se estima que circulan, que son 25 mil.

Mejía indicó que el chofer de la ruta 1 que se estrelló en Viaducto Tlalpan y provocó la muerte de ocho personas no pasó por el Cenfes. De hecho, los operadores que han estado involucrados en accidentes se ha constatado que no han acudido ni han sido certificados.

Explicó que en julio pasado, cuando arrancaron los operativos del Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal (Invea-DF) para remitir al corralón a quienes no contaran con la licencia vigente, se disparó la cantidad de solicitudes de choferes para obtenerla, pero conforme disminuyeron esas acciones, bajó la demanda.

Cenfes se creó a petición del secretario de Transportes, Armando Quintero, para que sustituyera las tareas que realizaban 16 empresas privadas.

Mejía reconoció que ha habido resistencia de choferes, pero deben pasar por el Cenfes porque es una obligación para obtener el permiso para trabajar.