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“Perdí todo mi patrimonio”

Anahí Moreno| El Universal
Sábado 02 de julio de 2011
Perd todo mi patrimonio

DESASTRE. Habitantes de las zonas en conflicto relatan que en cuestión de 10 minutos el río de Los Remedios se desbordó y todo se inundó. (Foto: ISAAC ESQUIVELCUARTOSCURO )


Clínica de periodismo

“No tengo nada, ni un par de zapatos... no hay nada, todo está inservible, ¡apesta!”, expresó Maru mientras su voz se quebraba al contar que donde vive —Las Vegas Xalostoc, Ecatepec— nadie quiso proporcionarles ayuda porque “no están en el mapa”.

Como Maru y su famlia se encuentran más de 800 familias.

Debido al continuo caer de la lluvia del jueves, las zonas afectadas en la entidad mexiquense fueron varias. Pérdidas totales para unos y para los que lograron “salvarse” el daño no pasó a más de medio metro de agua. La ayuda para esa colonia no llegó ni cuando se hicieron los reportes.

En cuestión de 10 minutos todo se inundó y el río de los Remedios se desbordó. La rapidez con la que ocurrió no dio tiempo a reacciones, había que salir inmediatamente porque el agua ya les llegaba a las rodillas.

Unos boquetes que trabajadores de Pemex abrieron en el río de Los Remedios, y no pudieron controlar con costales de arena, dejaron salir el agua.

Los vecinos denunciaron que fue a causa de esos boquetes que todo se desbordó. “En lugar de pedir ayuda, se fueron cuando vieron que no podían controlar lo que habían hecho, exigimos indemnización”, dijeron.

La preocupación por sus casas hizo que los habitantes de Las Vegas Xalostoc llamaran a Protección Civil y al sistema de aguas de la entidad para reportar la inevitable inundación. La respuesta fue: “Todo está bajo control, las compuertas están abiertas”.

Eso no era cierto, las casas más perjudicadas se vieron bajo 2 metros de agua, tanto de la lluvia como de la que salía por el drenaje.

Policías municipales y vecinos sacaron a personas de la tercera edad y niños en carros y patrullas. Los llevaron a los albergues, pero en éstos no había espacio, “pues no éramos los únicos afectados”, comentó Maru.

Pero la ciudad tiene diversos matices: no todos se solidarizan ante una tragedia, el transporte público se aprovechó de quienes tuvieron que salir por sus propios medios. “ De cobrarnos tres pesos nos comenzaron a cobrar nueve para salir”, narró Maru con indignación.

“Por conflictos entre partidos se echan la bolita de quién dio la orden de abrir las compuertas y al final no lo hicieron”, reclamó una de las vecinas.

Para el Ejército y elementos de la Agencia de Seguridad Estatal había otras prioridades. Colonias como Valle de Aragón e Impulsora necesitaban ayuda. “Nosotros no estamos en el mapa”, reclama la joven.

La ayuda llegó muy tarde. Las compuertas fueron abiertas a las tres de la madrugada.

La mañana de ayer, Las Vegas Xalostoc se vio anegada por un dejo de voces y miradas de solidaridad. No quedaba más que tratar de limpiar y terminar de desalojar el agua.

“Todos nos veíamos con cara de, ¿y ahora qué hacemos?”, expresó Maru, quien continuaba desconsolada por las condiciones en las que había quedado su casa.

Ya sin agua, el panorama no era diferente. El lodo rodeaba la infraestructura de negocios y hogares. Buscar algo que se pudiera rescatar era inútil, todo estaba inservible.

“Perdimos todo, hasta el refri de la tienda está en el piso porque la fuerza del agua lo tiró, no tenemos dinero, no hemos comido, no hay cómo preparar”, se lamentó Marú.

La falta de agua potable impide a los habitantes de Las Vegas Xalostoc quitar el “olor a caño” que inunda las calles. Aun así, conservan la esperanza de que la ayuda fluya, tal como el agua corría ayer por sus hogares.

 



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