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Historia. Se acostumbró a que no la vean

Diana Villavicencio| El Universal
Domingo 03 de agosto de 2014
<b>Historia.</b> Se acostumbr a que no la vean

FALTA. Aunque Catalina Igoyen tiene cinco hijos, ninguno la apoya económicamente, por lo que subsiste de lo que le da el gobierno capitalino. (Foto: RAFAEL RAMÍREZ EL UNIVERSAL )


diana.fuentes@eluniversal.com.mx  

“No tengo a nadie, mis hijos se murieron”, es así como Catalina Guerrero Igoyen, de 87 años, interpreta la ausencia diaria de sus hijos, al vivir sola en la casa que habitó con ellos hace más de 40 años.

Recapacita y aclara que en realidad no está sola, tiene a su perro, su gato y sus plantas.

Vive en la delegación Gustavo A. Madero, casi no escucha cuando alguien toca el timbre de la puerta de su casa y asegura vivir de lo que le da el gobierno capitalino, pues sus hijos ya no la apoyan económicamente.

“Mire, no está para saberlo, pero una comadre me recomendó que comprara el mandado y lo pagara con la tarjeta que me dan, así hasta me alcanza para pagar la luz y el teléfono”.

Tiene cinco hijos, tres hombres y dos mujeres; 15 nietos a quienes ve muy poco y a otros que ni siquiera conoce. “Hay nueras que los quitan de la familia”, recuerda; a ella le ocurrió.

Guerrero Igoyen, quien es originaria de Durango, asegura que nunca ha sentido miedo de vivir sola. Desde joven ha sido autosuficiente, lavaba, planchaba y limpiaba casas ajenas.

“Nunca me avergoncé de mi trabajo, así pude sacar adelante a mis hijos, aunque mi suegra y cuñada me hicieran la vida pesada”, relata Catalina.

Ahora que se encuentra viviendo sola, disculpa a sus hijos el hecho de que no la visiten de manera contínua o quizá no estén tan al pendiente de ella.

“Ellos tienen sus obligaciones, además lo regañan a uno de todo, en cambio yo aquí sola si quiero me levanto temprano, como o me duermo”.

Además está conciente de algo: “Si no me van a dar entonces que no me quiten”.

En su memoria aún conserva los mejores recuerdos en la casa ubicada en la colonia San Juan de Aragón, pese a que ya no estaba con su esposo Tomás Carmona Gómez, a quien extraña y valora: “fueron los años más felices los que duré de casada, fueron tan poquitos, pero fueron los mejores"”

Catalina Guerrero lleva medio año de sufrir afectaciones en su salud debido a las tres caídas que ha tenido y que le han provocado cansancio y dolores, lo que le impide salir de su casa.

“Los doctores le dicen a una de mis hijas que ya no debo estar sola pero a mi no me gusta que me manden. Yo les digo ‘a mí déjenme sola, no en hospitales y menos en asilos’. Ya nadie renueva a uno, ¿a poco no?”.



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