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Rocky, el pitbull, y las tres perras boxer junto con las que atacó y dio muerte a un bebé de un año ocho meses en Tláhuac, estarán bajo observación de especialistas de la UNAM hasta octubre para determinar si serán sacrificados o no.

El pasado 6 de agosto el pequeño Emmanuel fue jalado por Rocky al interior de una casa de la calle Montes Urales, en la colonia Selene , cuando el bebé caminaba por la banqueta junto con su mamá, dos tíos y su hermanita.

Tras el ataque los perros fueron llevados a la Unidad Departamental de Control Canino de Tláhuac.

Información de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), indican que los canidos estarán bajo observación por lo menos nueve semanas, por etólogos de la UNAM, para determinar el comportamiento de los perros, las causas de su agresión y si son un riesgo para la sociedad.

El ataque a Emmanuel no fue el primero en suceder. En la delegación Tláhuac fueron presentadas cuatro quejas por mordeduras.

Entre esos ataques estuvo el de un pequeño perro al que mataron. Por debajo de la puerta hay un espacio de unos 40 centímetros para que pasaran las llantas de los vehículos hacia el interior, y era por donde Rocky sacaba la cabeza para morder y jalar hacia el interior a sus víctimas.

Los perros estuvieron muy inquietos y aullando los primeros días, pero ahora muestran un comportamiento más tranquilo, se informó.

Su supuesta propietaria, María Eugenia “N”, se encuentra interna en el Centro femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, y será procesada por el delito de homicidio doloso por omisión, por la juez 69 Penal, Nelly Ivonne Cortés Silva.

La mujer se encuentra en la etapa de entrega de pruebas para demostrar su posible inocencia, y aunque ella fue detenida el día de los hechos, debido a que era quien se encontraba en la casa, vecinos han informado que en realidad su esposo, un mecánico, era el propietario de los perros.

La Procuraduría conoció que cada vez que había un reclamo por el comportamiento agresivo de los perros, la señora María Eugenia y su familia se negaban a escucharlos y respondían que le demostraran que sus mascotas los habían atacado.