Ella empieza la conversación asegurando que es inocente. Lo cual resulta difícil de creer cuando apenas hace 15 días la encontraron cómplice y culpable de hurtos en Comercial Mexicana y Sam’s Club.

Silvia, de 52 años, relata que está en el Reclusorio Femenil de Santa Martha Acatitla, por una injusticia. Recuerda que entró al Sam’s de Iztapalapa a buscar un pastel, pero ella nunca ha tenido membresía de este club.

“Llegué por reaprehensión. A mí me detuvieron en septiembre de 2012, sólo pasé un mes. Me agarraron afuera de la Comercial Mexicana de La Viga, supuestamente porque venía con una muchacha que sí robó, siendo que yo no tenía que ver nada. A los 15 días de que salí, volví a caer, me agarraron en Sam’s. Lo traté de arreglar por fuera, estuve yendo a firmar, pero me dijeron que no alcanzaba los beneficios”, comenta.

La señora, cuya actividad laboral ha sido principalmente la limpieza de casas y negocios, comenta que fue con una de sus hijas y su nieta a buscar un pastel. Asegura que ya iban de salida, pero que su nieta, de siete años de edad, corrió nuevamente al interior de la tienda.

“Ella no sé qué vio y se metió otra vez, yo la perseguí. Mi hija se quedó viendo otras cosas. Corrí tras la niña. Es cuando el de seguridad corre tras de mí y habla por radio, y ahí me acusa de que yo tomé unas botellas de vodka”, explica atropelladamente.

Silvia tiene su residencia en la delegación Iztapalapa. Su esposo se dedica “al negocio de la basura” y las “chácharas” que revende en un tianguis, conocido como el de las Torres.

Los judiciales fueron a casa de Silvia el 28 de febrero de 2013 y la trasladaron a Santa Martha Acatitla. Su sentencia termina hasta el 29 de enero de 2014.

“Si yo hubiera hecho algo, lo aceptaría”, afirma.