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"Homeschool", otra forma de educar

Cinthya Sánchez| El Universal
Viernes 27 de diciembre de 2013

Fuente: Homeschooling México

Fuente: Homeschooling México

Fuente: Homeschooling México

Familias mexicanas que sacaron a sus hijos del colegio siguen los planes de la SEP

cinthya.sanchez@eluniversal.com.mx 

Rompieron todos los paradigmas escolares. Son familias mexicanas que sacaron a sus hijos de la escuela y decidieron educarlos académicamente solos. Se le conoce como homeschooling.

Dentro de los hogares del Distrito Federal existe toda una gama de perspectivas educativas: desde los más estructurados que literalmente llevan la escuela a la casa, hasta los que llevan el unschooling a un estilo de vida radical.

La familia Erceg trata de estructurarse y sigue los programas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Jaqueline, madre de Darah de 10 años de edad y Santiago de 8, comienza a las 10 de la mañana a trabajar con los chicos de segundo y cuarto grado.

“Bajé los programas por grado de la página de internet de la SEP y comencé a crear mi propia forma de darles clases, trabajamos de 10 a una de la tarde y podemos estar en casa o salir a museos, parques, o realizar otro tipo de prácticas como cultivar plantas en el jardín, trato de apegarme al programa de cada año escolar, pero somos muy libres y depende de qué inquietudes tengan los niños”, dice Jaqueline.

El homeschooling no está prohibido en el país, pero tampoco está regularizado, los pequeños pueden presentar un examen en el INEA, entre los 10 y 14 años, y con eso acreditar la primaria y secundaria.

Darah y Santiago aún no tienen edad para presentarlo, mientras consiguieron que una escuela particular les aplique exámenes cada dos meses para medir sus conocimientos, ambos niños estudian por las tardes en el Conservatorio Nacional de Música y se les exige una boleta de calificaciones.

Jaqueline Erceg cuenta que en México ésta es una tendencia nueva, pero que en países como Estados Unidos existe una lista de gente que estudia en casa e incluso universidades como Harvard están interesadas en este tipo de alumnos pues “son niños que saben investigar y terminan aprendiendo más que los escolarizados. Tienen una atención personalizada y también un vínculo con quien les imparte la clase, porque no funciona igual si los chicos toman clase con alguien más que si se las imparten sus padres”, dice.

No existen estadísticas de cuántas familias usan el aprendizaje en casa en el DF, pero en la asociación Homeschooling México hay registro de mil 500 familias en todo el país.

“Yo les enseñaba a investigar”

Decidieron desescolarizarse por varias razones, según dicen, porque el sistema educativo estandariza, no brinda atención personalizada, pierde mucho tiempo, suscita problemas sociales y no respeta los ritmos naturales de cada niño.

Otra razón es la economía. Jaqueline cuenta que tomó la decisión en noviembre de 2012, pagaba 12 mil pesos de colegiatura por la primaria de sus dos niños y dedicaba tres horas diarias a hacer la tarea en casa con ellos. Asistían a una escuela bilingüe, con sistema UNO de Santillana; es decir, llevaban Ipad al salón de clases y estudiaban, además de los libros oficiales, con programas especiales para tabletas.

“Me di cuenta de dos cosas: que no todos los niños eran brillantes y que si mis hijos sacaban diploma de primer lugar no era por las seis horas que pasaban dentro de las aulas, sino por las tres horas que hacían tarea conmigo, yo les enseñaba a investigar y leíamos”, comenta.

Además la vida era cansada para los tres, dice, “después de la escuela comíamos rapidísimo, de ahí a las clases de música, se cambiaban en el coche, regresábamos y la tarea, después cenar y bañarse, yo veía a mis hijos cansados, dormían poco y la verdad es que lo más provechoso para ellos eran las clases de música y las tres horas de tarea”.

Darah y Santiago tocan cuatro instrumentos. Tienen un año y medio estudiando música con niños de su edad, hicieron el examen en el Conservatorio con 200 niños y fueron de los 30 afortunados que se quedaron con un lugar.

“Nunca jamás”

El pequeño Santiago dice que “nunca jamás” quiere regresar a la escuela. “Me gusta más que mi mamá me enseñe”, asegura.

Lo mismo dice Darah, confiesa que en la escuela estaba acostumbrada a que le dictarán las respuestas de cada tema. “Con mi mamá aprendí hasta a usar un diccionario, porque en la escuela nunca lo ocupábamos”, asegura la niña.

Jaqueline es médico cirujano, cuando sacó a sus hijos de la escuela consiguió que su plaza en la Secretaria de Salud (SSa) fuera en especiales, así que sólo trabaja sábados, domingos y días festivos.

Una vez a la semana los Erceg salen de práctica. Hace poco fueron a Universum. En un recorrido de tres horas Jaqueline les explico cómo funciona el espacio y las características de los planetas.

“Darah está viendo la descomposición de los alimentos y en la sala de química la ejemplifican de forma interactiva”, explica Jaqueline. Santiago, reforzó sus conocimientos sobre anatomía del cuerpo.

Se encontraron varios grupos escolares durante el recorrido. “De lo que me doy cuenta es que las maestras están más preocupadas por acarrear al grupo que por explicarles y a los guías pocos les ponen atención”, afirma. Jaqueline y sus hijos van a su propio ritmo, mientras les explica hace referencia a temas que ya conocen.

Critican la falta de socialización

Según los padres de familia que decidieron desescolarizar a sus hijos lo que más les critican es la socialización. En todos los blogs donde escriben sus experiencias sus detractores dicen que un niño necesita socializar con niños de su edad.

“La socialización empieza desde que un bebé nace. Empieza con la familia, con los vecinos, con otros niños en el parque, con todo tipo de personas en la calle cuando nos acompañan en nuestras actividades diarias y, eventualmente, en ambientes donde no está presente la familia y sí, poco a poco aprenden a compartir, a ganar, a perder, a defenderse, a resolver problemas”, argumentan defensores del sistema.

Los Erceg comulgan con esta idea. “Me parece que hay mucha presión por la socialización. Hay padres que tienen prisa porque el niño socialice y por ello se sienten obligados a llevarlos a la escuela, pero los padres pagamos un precio muy alto con tal de que nuestros hijos socialicen. Por un lado económico y por otro una mala calidad educativa”, declara.

Jaqueline recomienda a los padres el sistema. “Lo que importa es motivar a los chicos para que se interesen en aprender, un niño que aprende por motivación propia tiene una gran ventaja sobre uno que es obligado”, asegura.

Hasta ahora el único organismo independiente que puede certificar de manera oficial a nivel primaria y secundaria es el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), con varias opciones como la Evaluación Diagnóstica que reconoce las habilidades y conocimientos que se han adquirido a lo largo de su vida.

Darah y Santiago esperarán hasta entonces para acreditar lo aprendido en casa.



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